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¿Cómo preparar a los niños para la navidad?

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Por: Dra. Luz Towns-Miranda

Todos los padres y familias desean que sus niños tengan las mejores fiestas navideñas posibles. Sin embargo, debemos entender que la época festiva también podría ser muy estresante, intensa e incluso caótica, para los menores de edad.

Para evitar que la temporada navideña tenga un efecto adverso, los padres y cuidadores deben preparar a los niños con anticipación para que éstos entiendan los cambios y alteraciones que comúnmente conlleva la época de Navidad: receso escolar, cambios e interrupciones en las rutinas diarias, fiestas y reuniones familiares – deseadas y no deseadas – emociones abrumadoras y ansiedad, entre otros factores.  Durante la temporada navideña pasan muchas cosas fuera del control de los pequeños, al punto de que éstos a menudo pueden sentirse vulnerables y preocupados, y cuestionar su propia seguridad y bienestar.  

Los niños y la expectativa de los regalos

Comencemos por preparar mental y emocionalmente a los niños acerca de las expectativas de regalos. Si el infante todavía posee “pensamiento mágico”, es decir, que cree en Santa Claus (“Papá Noel”) y Los Tres Reyes Magos, debemos preguntarle temprano durante el año qué regalo le gustaría recibir.  De esta forma podríamos enseñar al niño desde temprana edad, a tener expectativas realistas sobre lo que podría recibir.

Si el niño desea un regalo costoso que está fuera del presupuesto familiar, dile que es posible que Santa o Los Reyes no puedan traer un regalo tan costoso. En una oración: “Santa y Los Reyes no siempre pueden traer todos los regalos que quisiéramos”. En cambio, sugiérele al niño que elija un regalo que Santa o Los Reyes lo más probable puedan costear.  

Si el infante ya no cree en Santa ni en Los Reyes, entonces es momento de “negociar”. Infórmale al menor con anticipación que no podrá recibir el obsequio costoso que desea y trate de crear una solución que funcione. Cuando la conversación y planificación comienzan temprano durante el año, las familias comúnmente pueden hacer un sacrificio para presupuestar y comprar obsequios que de lo contrario serían imposibles de adquirir.

Mantener una rutina es clave

Los padres y cuidadores también deben mantener un horario de sueño para los niños, similar al que tienen durante el año escolar.  Recuerden que los niños tendrán dificultades para adaptar su horario de sueño, y podría tomarle algunos días regresar a las dinámicas y rutinas de la escuela. Mi consejo es establecer un horario para dormir y para despertar aún durante las vacaciones.  

Es importante también planificar y realizar actividades con los niños durante el receso navideño.  Salir a un museo o evento cultural o artístico, mirar películas de tema familiar o navideño, colaborar en la cocina, y realizar voluntariado en causas comunitarias, son algunas de las opciones más comunes.  

La Navidad y las emociones de los niños

Estén además atentos a las señales de “Tristeza Navideña” (Holiday Blues en inglés) en los niños – condición que podría manifestarse como ansiedad, depresión, irritabilidad, y otros trastornos del comportamiento durante, e incluso después de las festividades. Muchos niños sienten presión de participar en encuentros familiares, aún cuando las relaciones de familia no son armoniosas. Este es un tema que también debe hablarse con los menores, por adelantado.

Es imprescindible que los niños sepan qué va a pasar durante la época navideña, para que puedan expresar sus dudas e inquietudes sobre asuntos importantes, y que los padres y cuidadores puedan abordar las preocupaciones, y reducir o eliminar el estrés navideño en los pequeños.  Asuntos aparentemente simples como visitar familiares, recibir visitas de otros, y figurar quiénes estarán alrededor, pueden adquirir dimensiones gigantes y ser abrumadores para los niños.

Por ejemplo: algunas familias insisten en realizar actividades deportivas sociales agresivas durante las reuniones, y no todos quisieran participar.  Por ende sería muy útil tener una conversación adelantada sobre cómo apoyar a un niño que opte por no participar en una actividad que está fuera de su zona de afinidades o comodidad.

La responsabilidad de los padres y cuidadores

También es importante prestar atención a cómo reacciona un menor ante los sucesos y cambios del diario vivir.  Asimismo, tenemos que prestar atención a nuestro propio comportamiento como padres y cuidadores. Los niños pueden estresarse y preocuparse mucho, cuando los padres y adultos a su alrededor se exceden en sus comportamientos, y el consumo de alcohol, tabaco, cannabis u otras sustancias.  Los padres y adultos deben considerar que no están solos: que los niños se verán afectados por cualquier exceso de su parte, que le impida a los niños tener una época navideña disfrutable y relajada.

La Dra. Luz Towns-Miranda es psicóloga clínica con práctica en la Ciudad de Nueva York. 

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