¿Cómo ayudar a una persona con problemas de alcohol y drogas?
El consumo de sustancias como el alcohol y las drogas puede traer consecuencias que no solo afectan a la persona que las usa, sino también a la familia, la pareja, los hijos, y los amigos. Lidiar con el alcoholismo y la drogadicción es equivalente a luchar contra un enemigo invisible. Si deseas ayudar a una persona que lucha contra el uso del alcohol y las drogas, considera las siguientes recomendaciones.
Es importante reconocer la manera en la que estás apoyando a tu ser querido en su problema de adicción. Todo el círculo familiar y el entorno social de una persona alcohólica o drogadicta puede verse afectado. Esto se refleja en cambios que pueden surgir en las dinámicas del hogar haciendo que giren entorno a la persona adicta. Por ejemplo, comprar alcohol para consumir en el hogar evitando que la persona tome fuera de casa y se exponga a situaciones como manejar ebrio puede ser contraproducente.
¿Cómo puedo saber si alguien de mi familia tiene problemas con el alcohol y las drogas?
Cuando se observan cambios continuos en la personalidad, el estado de ánimo, y en el comportamiento de un familiar o amigo, el problema puede ser evidente. Sin embargo, varias personas que sufren de alcoholismo o drogadicción, pueden ocultar lo que está pasando evitando conversaciones, actuando de manera inusual o incluso diciendo mentiras. Así logran compensar y disfrazar el comportamiento disfuncional causado por la adicción. Esto hace que aparenten estar bien cuando en realidad tienen un problema.
Los trastornos causados por el consumo del alcohol y las drogas son considerados como condiciones mentales y no como falta de voluntad o debilidad de la persona para dejar de consumir estas sustancias. Algunas personas buscan el alcohol debido a una predisposición genética. Otros lo hacen como resultado de trastornos de personalidad o problemas psicológicos y psiquiátricos.
Estos trastornos pueden activarse a cualquier edad, incluyendo la adolescencia, una etapa clave y frágil debido a los cambios hormonales significativos que ocurren en la pubertad. En otros casos, hay personas que usan el alcohol y las drogas para aliviar la angustia de problemas personales, traumas, abusos, trastorno de estrés postraumático, depresión y/o ansiedad. Además, no podemos minimizar el impacto de haber crecido en un hogar en donde los padres u otros familiares son bebedores o consumidores de drogas.
Gran parte de nuestro aprendizaje durante la infancia proviene de observar los comportamientos de las personas que están a nuestro alrededor, principalmente a los padres. Un error muy grave que cometen algunos padres es el de dar alcohol a los hijos a temprana edad, a quienes en ocasiones, se les aplaude por marearse con unos «traguitos». Estas conductas carecen de responsabilidad y en el futuro pueden ser una de las causas del consumo del alcohol y las drogas de una persona.
¿Qué puedo hacer para ayudar a una persona sufre de adicción?
Si deseamos ayudar a alguien que está sumergido en el alcohol y las drogas, el tratamiento médico y psicológico es imperativo. También es importante que la persona que sufre de esta adicción reconozca que tiene un problema. Esto es primordial para poder recuperarse. Una vez logrado este paso, la atención profesional puede incluir una variedad de tratamientos, psicoterapias y medicamentos que pueden ayudar a la persona a luchar contra la adicción. Es importante considerar que avergonzar, culpar y negociar con la persona que es adicta puede ser contraproducente y empeorar la situación.
Ayudar a una persona que abusa con el alcohol y las drogas a recuperarse de la adicción suele ser un proceso agotador, tanto física, mental, emocional como financieramente. Es importante que el familiar o amigo que está pasando por esta situación también busque ayuda de otras personas que atraviesen circunstancias similares, en grupos de apoyo como Al-Anon o Nar-Anon, amigos, o en comunidades como la iglesia, terapia personal, así como de asesoramiento familiar. El tratamiento para toda la familia puede mejorar las posibilidades de que el adicto se mantenga sobrio.