3 sencillas técnicas de control emocional para combatir el estrés
Las técnicas de control emocional son herramientas cruciales para combatir el estrés, ya que permiten a las personas gestionar y regular sus emociones de manera efectiva. Estas técnicas incluyen la meditación, la relajación muscular, la respiración profunda y la visualización, entre otras.
Al aprender a controlar sus emociones, las personas pueden disminuir los niveles de estrés, lo que a su vez mejora su bienestar físico y mental. Además, estas técnicas también pueden ayudar a prevenir problemas de salud relacionados con el estrés crónico, como enfermedades cardíacas y trastornos de ansiedad.
La emoción es la respuesta afectiva ante un hecho, una idea o un recuerdo que produce inestabilidad y perturbación en el individuo. A lo largo de nuestra vida experimentamos una gran variedad de emociones: ira, tristeza, excitación, irritabilidad, odio, confusión, temor. Si bien es normal atravesar estas emociones, es importante saber cómo repercuten en nuestro cuerpo y mente.
En la actualidad existen diversos tipos de terapias (desde asistir a una sesión con el psicólogo hasta la meditación asistida) que le permiten al ser humano realizar una introspección de su conciencia y que pueda trabajar con aquellas emociones y sentimientos que tanto lo estresan, o bien modifican sus conductas sociales.
A continuación te mencionaremos algunas sencillas técnicas de control emocional que podrás incorporar en tu rutina diaria, logrando un control total sobre el estrés y el cansancio producido por este.
Elimina el estrés con una respiración profunda
La respiración es una de las técnicas de control emocional más efectivas y accesibles que tiene el ser humano para lograr controlar aquellas emociones que le producen estrés. La mejor aliada de esta técnica es la meditación. El estado logrado a través de esta práctica produce ciertos efectos fisiológicos. Disminuye el ritmo cardíaco, baja la tensión sanguínea y reduce la absorción de oxígeno, todas funciones controladas por el sistema nervioso autónomo, el cual es el encargado de dirigir los procesos involuntarios de nuestro cuerpo. De hecho un nuevo estudio de la Universidad de California de Los Ángeles sugiere que las personas que ejercitan la meditación tienen menos posibilidades de contraer males neurológicos relacionados con la edad, pues la meditación ayuda a preservar la materia gris cerebral, en la cual encontramos a las tan preciadas neuronas.
Una pequeña guía para iniciarse en la meditación:
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Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 5.
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Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4.
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Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 10.
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Repite varias veces hasta que te sientas más relajado.
Elimina el estrés con afirmaciones positivas
Las afirmaciones positivas nos ayudan a concretar deseos y combatir el estrés. La creación empieza siempre en una idea, y ayuda mucho escribir en un papel aquello que tanto anhelas o deseas resolver. Según pensemos, y según visualicemos nuestras vidas, así será nuestra realidad y nuestra experiencia. Haz el ejercicio de todas las noches antes de irte a dormir escribir en un cuaderno las afirmaciones positivas sobre las que deseas trabajar, y de esta forma estarás programando a tu subconsciente y atrayendo los resultados que deseas en tu vida.
Aquí te dejamos unos consejos prácticos que te serán de gran ayuda a la hora de escribir tus afirmaciones positivas:
Intenta que estén redactadas en primera persona, utilizando el tiempo verbal presente y usando un lenguaje positivo/afirmativo. Es importante que además tengan un efecto emocional y sean ciertas para ti.
Elimina el estrés con un cambio de perspectiva
Los seres humanos solemos cometer 2 errores, que perjudican al otro y a nosotros mismos: podemos llegar a ser muy egocéntricos, considerando que nuestro punto de vista es el único válido, y por otro lado solemos otorgarle a los demás intencionalidades que pueden no ser correctas. Estas actitudes pueden derivar en discusiones o sentimientos negativos hacia nosotros mismos. Por eso es importante tener la capacidad de realizar un cambio de perspectiva para poder actuar con mayor claridad y coherencia. ¿Cómo podemos trabajarla? En primer lugar es importante ampliar el foco de la situación, oxigenar la mente, pues cuanto más sumergidos estamos en algo menos vemos. Para ello es necesario retirarse del centro de la escena para poder ver desde afuera y con otra mirada lo que está sucediendo. Interpretarlo en su globalidad y de esta forma analizar de nuevo la situación desde esta nueva perspectiva.
Por otro lado puedes trabajar poniéndote en el lugar del otro para acercarte a los sentimientos que esa persona está viviendo en ese momento en particular. De esta manera es probable que adquieras actitudes más tolerantes y reduzcas los sentimiento negativos que la discusión genera.
Ya ves que de esta manera puedes trabajar sobre tus emociones de manera controlada y saludable, logrando sanar el estrés y buscando la plenitud en tu cuerpo, mente y espíritu.
(Fuente: Psicología y mente. Psicología clínica de Anna Gimeno, graduada de la Universidad de Barcelona)