Furia contra los migrantes cerca al Día de Acción de Gracias
Tiene sentido que el Día de Acción de Gracias sea el principal feriado no religioso de los Estados Unidos, una nación de migrantes.
La celebración inmortaliza el agradecimiento que los colonos ingleses hicieron por la generosidad de la tribu Wampanoag, durante tres días de festividades, y probablemente mucho frío, que habrían tenido lugar en Plymouth Rock, Massachusetts en 1621.
Es revelador que Donald Trump y su acólito texano, el gobernador republicano Gregg Abbott hayan elegido el fin de semana previo a Thanksgiving para desencadenar su furia contra los migrantes, no todos los migrantes, sino los que llegan sin papeles por la frontera con México.
Por un lado, Trump anunció desde la ciudad de Edimburgo, Texas, que “tomará el control” de la frontera si es reelecto a la Casa Blanca en las elecciones del 5 de noviembre de 2024.
Ya sabemos, gracias a The New York Times, cuáles son los planes del equipo de Trump: abrir gigantescos campos de concentración para migrantes; llevar a cabo redadas masivas; separar a menores de edad de sus padres, cometer deportaciones récord y completar su faraónico muro fronterizo.
“Sus planes no tienen nada que ver con arreglar nuestro sistema de migración, que él mismo destruyó… Tampoco tienen como objetivo asegurar la frontera. Se trata de demonizar a nuestra comunidad y separar nuestras familias”, opina la representante demócrata de Texas, Verónica Escobar.
Admirador de las políticas de Trump, Abbott no sólo lo endosó a Trump durante su visita a la frontera, sino que se apresta a promulgar la polémica Ley SB4, una de las más radicales contra los migrantes en la historia del país y que ha sido descrita como una legislación xenófoba y racista por organizaciones de defensa de los derechos civiles y de los migrantes.
Cuando entre en vigor, la SB4 permitirá a los agentes del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas arrestar a personas que sospechen entraron ilegalmente al Estado, y deportarlos de manera sumaria sin apego al debido proceso, además de criminalizar a menores de edad de 10 a 17 años.
En el concurso republicano por el primer lugar como villano migratorio, Abbott destronó a su colega de Florida Ron DeSantis.
Durante su visita a Texas, Trump y Abbott celebraron prematuramente el Día de Acción de Gracias. Sonriente, Trump repartió utensilios a policías y miembros de la Guardia Nacional de Texas. Con una cajita al lado, Abbott distribuyó servilletas. Algunos agentes, de aspecto latino, tuvieron la dicha de posar para la foto con Trump. Otros prefirieron la más íntima “selfie”.
Fue un grotesco espectáculo ver a dos políticos conmemorar un día que esencialmente es una celebración de la migración, anunciando políticas antimigrantes. Pero es una imagen imborrable del rostro y la identidad del nuevo partido republicano, y un recordatorio de lo que nos espera si Trump es reelecto en 2024.