10 señales de la demencia temprana (Video)

Por Dr. Carlos Jaramillo

Dentro de los problemas que más me preocupan del mundo moderno son los que tienen que ver con la demencia, la pérdida de la memoria, la incapacidad de tener habilidades sociales y la dificultad para poder hablar y comunicar de manera efectiva.

Al igual que las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, las enfermedades mentales están en un permanente ascenso, pero esto no es algo que dependa únicamente de los genes.

Hay personas que tienen el ApoE, especialmente el ApoE4, que es una proteína específica que puede aumentar, muy por encima del resto de la población, el riesgo de sufrir demencias. ¿Existe un tema genético? Sí, pero no es el caso de la gran mayoría.

¿Qué olvidos son “normales” y cuáles no lo son?

Olvidar dónde dejé las llaves es normal, pero ¿qué pasa cuando no recuerdo para qué sirven? Existen ciertas señales que deberían ponernos en alerta, como, por ejemplo no retener información recién aprendida, fechas importantes y eventos; tener dificultad para planificar, resolver problemas o realizar tareas habituales en el hogar; desorientación en tiempo o en espacio, es decir no saber en qué día vivimos o llegar a un sitio conocido y pensar que es la primera vez que estamos allí; sufrir confusiones con el lenguaje visual o espacial, o sea presentar alguna dificultad para leer, determinar una distancia o distinguir un color; problemas con la articulación y ejecución del lenguaje ya sea oral o escrito; dificultad para tener una conversación común o repetir lo mismo varias veces; colocar objetos en lugares donde no deberían ir; disminución en la falta de juicio para la toma de decisiones, el manejo del dinero o el aseo personal; pérdida del interés por el trabajo o por las actividades sociales y finalmente cambios en el ánimo o en la personalidad donde se puede observar desde un estado de depresión, miedos y ansiedad hasta una fuerte irritabilidad que incluso puede derivar en actos de agresividad.

Es importante destacar que existen hábitos que pueden retrasar todas estas complicaciones y evitar tal padecimiento para lo cual será fundamental tener un buen nivel de masa muscular durante toda la vida, ejercitarla y estimularla, controlar la alimentación comiendo muy buena proteína y grasas saludables, evitar alimentos ultraprocesados que generan inflamación y cuidar nuestra microbiota.

Además existe evidencia científica que demuestra que el sueño y el manejo del estrés reducen hasta en un 12% el riesgo de desarrollar demencias tales como el Alzheimer y que hay algunos nutrientes específicos que podemos encontrar en nuestros alimentos que también pueden ayudarnos en la prevención como los ácidos grasos de tipo omega-3, la cúrcuma, especialmente aquella alta en curcuminoides, el cacao con sus flavonoides, el cual nos protege contra el deterioro de la edad, y el magnesio, uno de los mejores aliados para la función cognitiva.

Otro dato a tener en cuenta es aumentar en nuestra dieta el consumo de frutas, verduras, frutos secos y semillas ya que en ellos encontramos diferentes antioxidantes que son primordiales para el funcionamiento de nuestro organismo.

Es necesario recalcar que es esencial para nuestro cuerpo tener un consumo adecuado, en cuanto a calidad y a cantidad, de proteína con perfiles de aminoácidos completos siendo muy buenas opciones los huevos, la carne de res, cerdo, pollo, pescados y mariscos, en ellos hay aminoácidos específicos con funciones determinadas para el cerebro, como por ejemplo la glicina, el triptófano, la prolina y la hidroxiprolina.

Debemos hacernos cargo de nuestro cuerpo, por eso si reconocemos a tiempo estas señales podemos consultarle a un profesional de la salud ya que existe farmacología que puede ayudar a mejorar la calidad de vida. Es un desafío complejo que hay que vivirlo en familia.