La cafeína: ¿Amiga o enemiga de nuestra salud?
Para muchas personas alrededor del mundo el día inicia hasta que se toman una aromática taza de café. Una vez que dan el primer trago, sienten -o sentimos- que se activa todo el mecanismo interno. Se calcula que entre el 80-85% de los adultos consumen cafeína, ya sea en forma de café, té, o en bebidas energéticas.
La cafeína es considerada una droga, y por ello, causa adicción. Pero es curioso que la mayoría de las personas lo descubren hasta que sufren del llamado: síndrome de abstinencia.
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Cuando se habla de dependencia o adicción al café, en realidad, se está haciendo referencia a la cafeína, uno de sus componentes principales. La cafeína es un alcaloide del grupo de las xantinas, se encuentra de manera natural en diversas plantas, siendo el café su fuente más común, seguido por el té, la yerba mate, el guaraná y el chocolate.
¿Cómo funciona la cafeína?
La cafeína ejerce su acción estimulante en el Sistema Nervioso Central (SNC), proporcionando un aumento en la atención, un pensamiento más ágil y una mejor coordinación corporal. Esto se debe a su relación con la adenosina, un neurotransmisor inhibidor que regula la actividad cerebral y promueve la sensación de sueño.
La cafeína actúa como un antagonista de la adenosina, ya que su estructura molecular es similar. Al ocupar los receptores de adenosina en lugar de esta, la cafeína impide la sensación de fatiga mental y sueño. La acumulación de receptores de adenosina en respuesta al bloqueo de la cafeína contribuye a la tolerancia y dependencia.
Dependencia a la cafeína
El café es la segunda bebida más consumida en el mundo, y la cafeína se encuentra en diversas fuentes, lo que hace que su ingesta diaria sea considerable. El desarrollo de la dependencia a la cafeína puede ocurrir con la administración repetida durante un período de 6 a 15 días.
Las personas dependientes pueden experimentar síntomas de abstinencia entre 12 y 24 horas después de suspender el consumo, que pueden persistir hasta una semana. La tolerancia, la adaptación del cuerpo a la cafeína, implica un aumento en los receptores de adenosina, lo que lleva a la necesidad de dosis más altas para obtener el mismo efecto estimulante.
Trastornos relacionados con la cafeína
Intoxicación por cafeína: Se produce por el consumo excesivo y presenta síntomas como intranquilidad, nerviosismo, insomnio, taquicardia y otros.
Trastorno de ansiedad y del sueño inducido por cafeína
Efectos tóxicos: Pueden ocurrir con ingestas rápidas de alrededor de 1200 mg de cafeína, mostrando síntomas de etapas maníacas, depresión y desorientación, entre otros.
Beneficios y recomendaciones para el consumo responsable
Aunque la cafeína puede ser potencialmente adictiva, el consumo moderado puede brindar beneficios para la salud, como la reducción de la incidencia de ciertas enfermedades.
Recomendaciones:
La FDA considera la cafeína como “Generalmente reconocida como segura” (GRAS) y sugiere no ingerir más de 400 mg al día. Esta cantidad es equivalente a cuatro o cinco tazas de café y generalmente no se asocia con efectos nocivos.
La sensibilidad y velocidad de asimilación varían entre individuos, y en ciertos grupos (embarazadas, lactantes, niños), las dosis recomendadas son más bajas.
El cese brusco del consumo de cafeína puede provocar síntomas de abstinencia.
Manejo de la abstinencia de cafeína
Si decides reducir o eliminar la cafeína, es posible experimentar síntomas de abstinencia. Para facilitar este proceso, se sugiere:
- Llevar una alimentación variada.
- Practicar deporte: Acelera el metabolismo y mejora el estado de ánimo.
- Beber agua regularmente: Previene dolores de cabeza y mejora el bienestar.
- Sustituir la cafeína: Explorar otras bebidas energéticas o, si el café se consumía para mejorar el tránsito intestinal, considerar jugos naturales ricos en vitaminas y fibra.
- Priorizar el descanso: Dormir lo suficiente es esencial durante este proceso de adaptación.
La cafeína, aunque puede clasificarse como una droga, se consume comúnmente y no suele generar trastornos por consumo significativos. Sin embargo, es importante ser consciente de sus efectos y, si se decide reducir su consumo, hacerlo gradualmente mientras se adoptan hábitos saludables para minimizar los síntomas de abstinencia. En casos de preocupación, siempre es recomendable consultar con un profesional de la salud.