Endometriosis: una dolencia hasta hace poco silenciada
La endometriosis afecta aproximadamente a 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva en todo el mundo, es decir, a cerca del 10 % de este grupo poblacional. Se trata de una enfermedad crónica que se manifiesta en un dolor intenso durante la menstruación, las relaciones sexuales, al defecar o al orinar.
La endometriosis afecta en gran medida la vida de quien la padece; además, provoca dolor pélvico crónico, distensión abdominal, náuseas, fatiga y, en ocasiones, depresión, ansiedad e infecundidad.
En la actualidad, no se dispone de un tratamiento que la cure, por lo que el objetivo suele ser aliviar los síntomas. Los médicos consideran de gran importancia diagnosticar tempranamente la endometriosis y empezar un tratamiento eficaz, pero en muchos lugares, como los países de ingresos bajos y medianos, la población tiene poco acceso a estos servicios.
Para algunas mujeres, cada ciclo menstrual se convierte en una pesadilla de dolor paralizante, relaciones sexuales dolorosas, sangrado excesivo y dificultades para concebir. Estos síntomas podrían indicar la presencia de endometriosis, una afección que afecta entre el 10 y 15% de las mujeres en edad fértil.
¿Qué es el endometrio?
El endometrio es un tejido que recubre el útero internamente, juega un papel crucial en el ciclo menstrual. Se engrosa para recibir un óvulo fertilizado y, si no ocurre la fertilización, se desintegra, dando lugar a la menstruación. Sin embargo, en casos de endometriosis, este tejido crece fuera del útero, comúnmente hacia las trompas de Falopio, ovarios o la pelvis, donde sigue el mismo ciclo de engrosamiento, desintegración y sangrado. El problema radica en que este tejido no tiene salida, lo que provoca diversos malestares.
La endometriosis puede provocar la formación de quistes en los ovarios y cicatrices en otros lugares, lo que lleva a la adherencia de órganos pélvicos entre sí. Esto resulta en dolor crónico, especialmente durante la menstruación, y puede dificultar la concepción.
Aunque la causa exacta de la endometriosis aún no se comprende completamente, se cree que está relacionada con la menstruación. Los síntomas suelen mejorar después de la menopausia, lo que respalda esta teoría. Los tratamientos para los síntomas a menudo implican suprimir o detener el ciclo menstrual mediante terapias hormonales o cirugía.
Lamentablemente muchas mujeres experimentan retrasos significativos en el diagnóstico de la endometriosis. La falta de atención y conocimiento médico sobre esta afección contribuye a esto. En promedio, el diagnóstico puede tardar hasta 6.7 años, siendo aún más prolongado en entornos de atención médica estatales en comparación con los privados. Esto se debe en gran parte a la demora en la derivación de la atención primaria a especialistas en ginecología, especialmente para mujeres cuyos síntomas incluyen menstruación y relaciones sexuales dolorosas.
A pesar de no ser una enfermedad mortal, la endometriosis tiene un impacto significativo en la calidad de vida. En algunas encuestas, se ha comparado el nivel de sufrimiento asociado con la endometriosis al de mujeres con cáncer. Esta afección afecta tanto a nivel físico como psicológico y social.
Es fundamental escuchar y comprender las experiencias de las mujeres con endometriosis. Un mayor conocimiento y atención hacia esta condición podrían ayudar a reducir los retrasos en el diagnóstico y brindar un mejor apoyo a quienes la enfrentan.
¿Se puede prevenir la endometriosis?
Aunque no hay una forma garantizada de prevenir la endometriosis, hay algunas medidas que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollarla:
Mantener un peso saludable: El exceso de grasa corporal produce estrógeno, una hormona que puede aumentar el riesgo de desarrollar endometriosis.
Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio regular puede ayudar a reducir el estrés y a mantener un peso saludable, lo que a su vez puede ayudar a reducir el riesgo de endometriosis.
Reducir el consumo de alcohol y cafeína: El consumo excesivo de alcohol y cafeína puede aumentar los niveles de estrógeno, lo que puede aumentar el riesgo de endometriosis.
Comer una dieta saludable: Una dieta saludable y equilibrada que incluya frutas, verduras, granos enteros, proteínas y grasas saludables puede ayudar a mantener un peso saludable y reducir el riesgo de endometriosis.
Reducir el estrés: El estrés crónico puede afectar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de endometriosis.
Evitar la exposición a la radiación: La exposición a la radiación, como la radiación de los rayos X, puede aumentar el riesgo de endometriosis.
No fumar: Fumar puede aumentar los niveles de estrógeno y reducir la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos del cuerpo, lo que puede aumentar el riesgo de endometriosis.
Controlar las condiciones médicas existentes: Algunas condiciones médicas, como la diabetes y la hipertensión, pueden aumentar el riesgo de endometriosis, por lo que es importante controlarlas adecuadamente.
Hablar con un médico: Si tiene antecedentes familiares de endometriosis o experimenta síntomas de la afección, hable con un médico para obtener más información sobre las formas de reducir el riesgo de desarrollarla y para recibir tratamiento si es necesario.
Ante cualquier duda consulta con tu médico. No olvides realizar chequeos anuales.