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Dr. Shaps: Los peligros de las reacciones adversas a medicamentos 

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Se conoce como síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica que causa reacción a los medicamentos y, por consiguiente, deriva en la aparición de ampollas epidérmicas, necrosis y desprendimiento. 

Esta reacción puede afectar entre 1 y 5 personas por millón y puede tener efectos muy negativos en la salud e incluso provocar la muerte. “La mortalidad puede ser de hasta el 7,5% en niños y de 20 a 25% en adultos, aunque tiende a ser menor con el tratamiento temprano”. 

El Síndrome de Stevens-Johnson (SJS) es una forma severa de eritema multiforme, una reacción cutánea que puede desencadenarse por diversas causas. Se considera una emergencia médica debido a la rápida progresión y la severidad de los síntomas, que pueden poner en peligro la vida del paciente. En casos extremos, el SJS puede evolucionar hacia una condición más grave conocida como Necrólisis Epidérmica Tóxica (NET), en la cual más del 30% de la superficie corporal se ve afectada. 

Causas y factores de riesgo

Las causas más comunes del SJS incluyen reacciones adversas a medicamentos y, en menor medida, infecciones. Entre los medicamentos que se asocian frecuentemente con el SJS se encuentran: 

  • Antibióticos: Como las sulfonamidas y las penicilinas. 
  • Medicamentos anticonvulsivos: Como la fenitoína y la carbamazepina. 
  • Analgésicos: Como el ibuprofeno y el naproxeno. 
  • Medicamentos para la gota: Como el alopurinol. 
  • Las infecciones virales, como el herpes simple, el virus de la varicela-zóster y el VIH, también pueden desencadenar el SJS en algunos casos. Además, factores genéticos pueden aumentar la susceptibilidad a desarrollar este síndrome en respuesta a ciertos medicamentos. 

Síntomas 

Los síntomas iniciales del SJS pueden parecerse a los de una gripe y suelen incluir: 

  • Fiebre alta 
  • Dolor de garganta 
  • Tos 
  • Sensación de malestar general 
  • Dolores en el cuerpo 
  • Después de estos síntomas iniciales, suelen aparecer erupciones cutáneas dolorosas que se extienden rápidamente y forman ampollas. La piel afectada se desprende, dejando áreas crudas y dolorosas similares a quemaduras. Las membranas mucosas, incluyendo los ojos, la boca y los genitales, también pueden verse afectadas, causando inflamación, ulceración y cicatrices. 

Diagnóstico 

El diagnóstico del SJS se basa en la historia clínica del paciente, los síntomas y un examen físico. En algunos casos, se pueden realizar biopsias de piel para confirmar el diagnóstico. Es esencial una evaluación rápida y precisa para iniciar el tratamiento adecuado y minimizar las complicaciones. 

Tratamiento 

El tratamiento del SJS requiere hospitalización, a menudo en una unidad de cuidados intensivos o en una unidad de quemados, debido a la naturaleza grave y extendida de las lesiones cutáneas. Las medidas terapéuticas incluyen: 

  • Suspender el medicamento causal: Identificar y detener el uso del fármaco que provocó la reacción es crucial. 
  • Cuidado de heridas: Similar al tratamiento de quemaduras, incluye la limpieza y el vendaje de las áreas afectadas. 
  • Control del dolor: Utilización de analgésicos para aliviar el dolor severo. 
  • Rehidratación y nutrición: Administración de líquidos y nutrientes por vía intravenosa si es necesario. 
  • Prevención de infecciones: Uso de antibióticos tópicos o sistémicos para prevenir infecciones secundarias. 
  • Terapias inmunomoduladoras: En algunos casos, pueden utilizarse corticosteroides o inmunoglobulinas intravenosas para reducir la respuesta inmunitaria. 

Pronóstico y recuperación 

El pronóstico del SJS varía según la severidad del caso y la rapidez con la que se inicie el tratamiento. La recuperación puede tardar semanas o meses, y algunos pacientes pueden experimentar complicaciones a largo plazo, como cicatrices en la piel, problemas oculares crónicos y daño a otros órganos internos. 

La tasa de mortalidad del SJS oscila entre el 5% y el 15%, siendo más alta en casos de NET. La atención médica temprana y adecuada es vital para mejorar las posibilidades de recuperación y reducir las secuelas. 

¿Cómo reducir el riesgo de los efectos de los medicamentos? 

Cuando estás pensando en tomar un medicamento nuevo, la lista de posibles efectos secundarios puede parecer interminable y aterradora. Según investigaciones, las etiquetas de los medicamentos enumeran un promedio de 70 (y hasta 525) efectos secundarios. 

“Cuantos más medicamentos tome una persona, mayor será la probabilidad de que al menos uno cause un efecto adverso”, dicen los expertos.  “Además, los medicamentos pueden interactuar entre sí de tal forma que la combinación provoque problemas”. 

En Estados Unidos, alrededor de 750 personas mayores de 65 años son hospitalizadas cada día debido a los efectos secundarios de medicamentos. Otras investigaciones han encontrado que casi el 80% de las personas mayores de 70 años experimentan al menos un efecto secundario de un medicamento en un período de 6 meses. 

  • De ser posible, toma menos medicamentos. Antes de comenzar un medicamento nuevo, pregunta sobre las opciones no farmacológicas. Algunas medidas, como el asesoramiento psicológico para el insomnio y la fisioterapia para el dolor de espalda, pueden funcionar tan bien como los medicamentos, con mucho menos riesgo. 
  • Simplifica tu régimen de medicamentos. Equivocarte con la hora o la dosis puede conducir a reacciones adversas graves. Si tienes problemas con el seguimiento de qué debes tomar y cuándo, pídele a tu médico o farmacéutico que te ayude a optimizar tu régimen de medicamentos. 
  • Revisa tus medicamentos regularmente. Al menos una o dos veces al año, solicita una consulta con tu médico o farmacéutico para revisar todo lo que tomas o usas, incluyendo los medicamentos recetados y los de venta libre, las pomadas, las preparaciones oftálmicas, las preparaciones a base de hierbas y las vitaminas.  Pregunta acerca de las posibles reacciones a los medicamentos y si hay medicamentos que ya no necesitas. 
  • Evita las “avalanchas de recetas”. Eso sucede cuando los médicos recetan medicamentos para tratar los efectos secundarios de otros medicamentos. “Las personas siempre deben preguntar al proveedor ‘¿Este problema que estoy experimentando podría estar relacionado con un medicamento que estoy tomando?’. 

Invitada: Sasha Escalante. Periodista y presentadora de radio y televisión en el sur de Florida. Hace un par de meses estuvo en terapia intensiva por presentar ampollas y quemaduras en todo su cuerpo a raíz de una mezcla de medicamentos (Amoxicilina y anticoagulantes) 

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