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Hablemos: Cómo afectan las heridas de la infancia a las relaciones de pareja 

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Las relaciones de pareja son un terreno fértil para el crecimiento personal y la satisfacción emocional, pero también pueden ser un campo de batalla donde nuestro niño herido toma el mando. Por eso, debemos explorar cómo las heridas emocionales de la infancia pueden influir en nuestras relaciones de pareja, y qué podemos hacer para sanar y construir relaciones más saludables y satisfactorias. 

 La conexión entre nuestro pasado y nuestras relaciones actuales es más profunda de lo que solemos reconocer. El niño herido que llevamos dentro puede manifestarse de maneras sutiles pero poderosas en nuestras interacciones de pareja. A menudo, esto ocurre de manera inconsciente, lo que hace que sea aún más importante explorar este tema con profundidad. 

Para proteger a nuestro niño interior herido, de forma inconsciente empezamos a adoptar comportamientos que ocultan nuestra vulnerabilidad, pero que, al mismo tiempo, afectan nuestra capacidad para construir relaciones de pareja sanas. Analicemos cada herida en detalle.   

Herida del abandono 

Se origina cuando hay ausencia de los padres, ya sea física o emocionalmente. De adultos, son parejas complacientes y dependientes que exigen grandes dosis de afecto al punto de asfixiar al otro. Viven sus relaciones con una elevada ansiedad y un temor continuo de quedarse solos.  

Herida del rechazo

Surge cuando los padres muestran desprecio hacia sus hijos o les transmiten un modelo de bajo autoestima. De adultos, son parejas que rechazan la intimidad y tienen dificultad para establecer vínculos afectivos. Al sentir un profundo desprecio por sí mismos, se niegan a experiencias placenteras y toman la más mínima crítica como una amenaza.  

Herida de la traición

Aparece cuando el niño se ve traicionado por sus padres, ya sea porque los descubrió en la mentira, incumplieron una promesa o no lo protegieron cuando se sentía desamparado. De adultos, son parejas altamente controladoras y posesivas que todo el tiempo están a la defensiva y buscan tener el poder en la relación, así deban manipular al otro. 

Herida de la humillación 

Proviene de padres que desaprueban y ridiculizan a sus hijos, ya sea por su físico, comportamiento o forma de pensar. De adultos, son parejas dependientes que buscan la aprobación excesiva del otro, incluso si esto significa dejar de lado sus propias necesidades. Pueden ser manipulados y humillados fácilmente. 

El impacto en las relaciones de pareja 

Cuando llevamos nuestras heridas de la infancia a una relación de pareja, pueden surgir una serie de problemas. Esto genera un alto nivel de malestar y haría aún más grandes las heridas previas. 

 Estas son las tres formas en las que el niño herido puede tomar el mando: 

  Repetición de patrones

Las personas tienden a recrear patrones familiares en sus relaciones de pareja. Si se crece en un entorno donde había conflictos constantes o relaciones poco saludables, es probable que se repitan esos mismos patrones en las propias relaciones. Esto puede llevar a una dinámica destructiva que es difícil de romper. 

Por ejemplo, si un individuo creció en una familia donde sus padres tenían discusiones intensas y nunca resolvían sus problemas de manera constructiva, es probable que repita este patrón en su relación de pareja. Esto puede generar una atmósfera de constante tensión y conflicto. 

Dependencia emocional 

Las heridas de la infancia pueden llevar a una dependencia emocional en la edad adulta. Buscamos en nuestra pareja la validación y el amor que no recibimos en la infancia. Esto puede poner una presión abrumadora en la relación y hacer que dependamos en exceso de nuestra pareja para nuestra propia felicidad. 

 Por ejemplo, alguien que experimentó una falta de afecto y apoyo emocional durante su infancia puede buscar constantemente la aprobación y el cariño de su pareja en un intento de llenar ese vacío. Esto puede crear una dinámica de necesidad que puede ser agotadora para ambas partes. 

Autoestima y autoimagen 

Las heridas emocionales de la infancia también pueden afectar nuestra autoestima y autoimagen. Si alguien es constantemente criticado o desvalorizado cuando es niño, es posible que lleve esas creencias negativas sobre sí mismo a la relación de pareja. Esto puede llevar a la inseguridad, los celos y la necesidad constante de aprobación. 

Por ejemplo, alguien que fue ridiculizado o menospreciado en su infancia puede desarrollar una baja autoestima y sentirse constantemente inadecuado en su relación de pareja. Esto puede llevar a comportamientos autodestructivos y a una constante búsqueda de validación.  

Sanando al niño herido

Sanar al niño herido es un proceso necesario para construir relaciones de pareja más saludables y satisfactorias. Aunque puede ser un camino largo, sí acaba siendo tanto necesario como satisfactorio. 

Estos son algunos pasos que se pueden seguir: 

Autoconciencia 

El primer paso para sanar al niño herido es tomar conciencia de las heridas emocionales que lleva consigo. Reflexionar sobre la infancia y cómo esas experiencias pueden estar afectando las relaciones actuales. La terapia psicológica puede ser de gran ayuda en este proceso. 

Por ejemplo, un individuo que se da cuenta de que su necesidad constante de aprobación proviene de la falta de apoyo emocional en su infancia puede comenzar a trabajar en la aceptación de sí mismo y en el desarrollo de su autoestima a través de la terapia. 

 Aceptación 

Debemos aceptar que las heridas emocionales son parte de nuestra historia, pero no definen quiénes somos. Aprender a perdonarnos a nosotros mismos por las heridas que sufrió el niño interior y comprender que no somos responsables de lo que ocurrió en la infancia. 

Por ejemplo, alguien que vivió un trauma infantil puede aprender a perdonarse a sí mismo por no haber tenido el control sobre la situación en ese momento. La aceptación es el primer paso hacia la curación. 

 Terapia 

Buscar la ayuda de un terapeuta especializado en relaciones y trauma infantil puede ser esencial para sanar al niño herido. La terapia proporciona un espacio seguro para explorar las emociones y trabajar en la curación. 

Por ejemplo, a través de la terapia, una persona puede explorar las conexiones entre su infancia y sus patrones de comportamiento en las relaciones de pareja. El terapeuta puede ayudar a identificar y abordar las heridas emocionales de manera efectiva. 

¿Cómo construir relaciones saludables? 

Una vez que se comienza a sanar al niño herido, estamos en camino de construir relaciones de pareja más saludables. Esto nos lleva directos a una mayor sensación de bienestar. 

 Estos son algunos consejos para mantener relaciones satisfactorias: 

 Comunicación abierta 

 La comunicación es clave en cualquier relación. Aprender a expresar las necesidades, deseos y preocupaciones de manera abierta y respetuosa. Escuchar activamente a la pareja y fomentar un ambiente donde ambos se sientan seguros para compartir. 

  Por ejemplo, practicar la escucha activa puede ayudar a evitar malentendidos y conflictos innecesarios. Cuando te comunicas de manera efectiva, puedes resolver los problemas de manera constructiva. 

 Autocuidado 

 No depender exclusivamente de la pareja para la felicidad y bienestar emocional. Dedicar tiempo a cuidarse a uno mismo, desarrollar los intereses y mantener la independencia. 

Por ejemplo, tomarte tiempo para practicar tus pasatiempos, estar con amigos y cuidar de tu bienestar físico y emocional puede fortalecer tu relación al hacer que seas una persona más equilibrada y feliz. 

Trabajo en equipo 

 Una relación de pareja exitosa implica trabajo en equipo. Colaborar con la pareja para superar los problemas y celebrar los éxitos juntos. Apoyarse mutuamente en el crecimiento personal es esencial. 

 Por ejemplo, si enfrentas un problema importante en la relación, como la crianza de hijos o dificultades económicas, trabajar juntos como equipo fortalecerá la conexión entre ambos. El apoyo mutuo en momentos difíciles puede fortalecer la relación en el largo plazo. 

Las heridas emocionales de la infancia pueden ejercer un poderoso impacto en nuestras relaciones de pareja, pero no tienen por qué definirlas. Al tomar medidas para sanar al niño herido, podemos construir relaciones más saludables y satisfactorias. La autoconciencia, la aceptación y la terapia son herramientas óptimas en este proceso de sanación. Al trabajar juntos, podemos liberarnos de los patrones negativos del pasado y crear un futuro lleno de amor y conexión genuina en nuestras relaciones de pareja. La sanación del niño herido es un viaje continuo hacia relaciones más plenas y satisfactorias, y cada paso nos acerca a ese objetivo. 

Invitada:  Cecilia Alegría, la Doctora Amor. Autor, personalidad de radio y televisión. Coach de parejas. 

Redes sociales: @ladoctoraamor 

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