¿Aprobará Biden la visa propuesta por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador?
“Estados Unidos no tiene amigos o enemigos permanentes, sólo tiene intereses”.
La cita de Henry Kissinger –uno de los jefes de la diplomacia estadounidenses más célebres, por buenas y malas razones—podría aplicarse a las relaciones entre Estados Unidos y México, a propósito de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a su colega Joe Biden en la Casa Blanca.
Pero con una gran diferencia que sólo aplica a los casos de México y Canadá. Estados Unidos sí tiene vecinos permanentes y está en su interés nacional tener siempre relaciones fuertes y duraderas con sus vecinos norteamericanos. Más en el caso de México, porque los dos países están ligados como pocos por fuertes raíces familiares, sociales y económicas.
El encuentro entre los presidentes López Obrador y Biden tuvo lugar semanas después de una de las peores tragedias en la historia de las relaciones migratorias entre los dos países: la muerte de 53 migrantes indocumentados, la mayoría mexicanos en el infierno que se convirtió en la caja de un tráiler en San Antonio, Texas.
Con ese contexto trágico, tiene tenido sentido la propuesta que López Obrador hizo a Biden para ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada a Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales mexicanos y centroamericanos, con visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra. También planteó regularizar y dar certidumbre a migrantes que desde hace varios años trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de Estados Unidos.
Es innegable que la ausencia de una reforma migratoria es uno de los grandes pendientes para Estados Unidos. El congreso no aprobó ninguna ley significativa en la materia desde 1986, a pesar de que la pandemia del COVID confirmó la absoluta necesidad que tiene Estados Unidos de sus trabajadores esenciales, millones de los cuales son indocumentados.
Aunque el presidente Biden apoya una reforma migratoria, la propuesta mexicana debería propiciar que la Casa Blanca examine cuál es el alcance de la facultad del ejecutivo estadounidense para aprobar la extensión de visas temporales que requiere la economía de Estados Unidos. No se trata por supuesto de una solución duradera o perfecta, pero aliviaría problemas de escasez de mano de obra, así como muertes innecesarias en la frontera.
Durante su encuentro en la Oficina Oval de la Casa Blanca, López Obrador le dijo a Biden que, a pesar de las diferencias y hasta agravios entre los dos países, los dos gobiernos deben actuar de buena y con toda transparencia “porque no debe haber egoísmos entre pueblos vecinos y amigos”. Biden escuchó con interés las propuestas y le pidió “paciencia”.
Lamentablemente, la situación justifica ser impacientes. Se requiere actuar con urgencia y agotar todas las posibilidades para ampliar las rutas y los caminos legales para incrementar la migración a Estados Unidos. O de lo contrario seguiremos viendo la fatal repetición de muertes innecesarias de seres humanos que sólo desean trabajo honesto y una vida digna.