66 millones de razones para votar
A una semana de las elecciones del 3 de noviembre más de 66 millones de votantes ya habían emitido su voto al momento de escribir esta columna. Esto equivale a casi 20 millones de votos más de los que fueron emitidos anticipadamente durante las elecciones del 2016.
Si el objetivo fuera simplemente romper récords, la meta ha sido alcanzada. En 2016 se depositaron, antes y durante la jornada electoral, alrededor de 138 millones de boletas electorales en todo el país. Los votos anticipados estarían alcanzando así casi la mitad de ese total y aún no es el día de las elecciones.
Aunque llevo muchos años viviendo en este país y he cubierto como periodista todos los ciclos electorales desde la era Clinton, jamás había sido testigo de una percepción tan generalizada de que, en el proceso electoral 2020, hay mucho más en juego que sólo el futuro político inmediato de los Estados Unidos.
Cada una de las 66 millones de personas que ya enviaron su voto por correo o desafiaron las largas filas para votar en persona, lo hizo por sus candidatos o sus causas favoritas: la salud, la economía, la justicia racial, la reforma migratoria o la lucha contra el cambio climático.
Pero quizás haya una razón superior que trascienda las tendencias políticas, filiaciones religiosas, situación económica u origen racial o étnico: que, en medio de la mayor crisis de salud pública de nuestras vidas, es sencillamente inmoral ser un simple espectador.
Pero el nivel sin precedentes de entusiasmo viene acompañado este año de un sentimiento mixto de ansiedad indignación, especialmente entre las minorías de color, por la percepción de los intentos deliberados de supresión del voto.
La Unión Nacional de Libertades Civiles (ACLU) anunció que logró desactivar 26 esfuerzos legales para suprimir o marginar el voto de las minorías en 20 estados y Puerto Rico. En algunos estados se buscó eliminar o limitar el voto universal por correo, en otros hubo intentos de hacer purgas del padrón electoral o de reducir el número de urnas a su mínima expresión.
Sin embargo, los intentos flagrantes de suprimir el voto parecen hasta el momento estar siendo contraproducentes: muchos votantes de color respondieron a la posibilidad de hostigamiento o intimidación en las urnas el 3 de noviembre, votando temprano o por correo. De allí las cifras históricas de participación del voto anticipado.
Con 32 millones de latinas y latinos elegibles para votar durante el actual ciclo electoral, no sabemos con precisión cuántos lo han hecho o cuántos planean hacerlo, aunque se ha registrado un aumento notable de la participación de latinas y jóvenes.
La expectativa es que la gran noticia del 4 de noviembre sea una participación récord de nuestra comunidad, porque como me lo dijo un veterano activista político: el gigante está despierto y está molesto.
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José López Zamorano es el anfitrión del programa de radio Bienvenidos a América, donde se analizan las últimas noticias de inmigración y se responden las preguntas de los oyentes en temas de inmigración.