Seis maneras de ayudar a tus hijos a manejar el enojo
Cuando los niños no saben cómo manejar su frustración o comunicar sus sentimientos, es normal que hagan berrinches y muestren agresividad. Sin embargo, comprender por qué los niños están reaccionando de esta manera, puede ayudar a los padres a lidiar con el problema de una forma más efectiva. Aquí te comparto seis maneras para ayudarle a tu hijo a manejar los problemas de enojo.
1. Mantén la calma cuando los pequeños están “fuera de control”
El enojo es una de las emociones naturales que un niño usa para expresar sus necesidades, deseos e infelicidad sobre ciertas cosas. Y es bastante natural que los padres se sientan irritados cuando intentan entender la razón detrás del berrinche de sus hijos.
Pero aquí está la clave: si les gritas o te enojas por su comportamiento, solo harás que los niños se enojen aún más, y que sean más agresivos. Mientras más tiempo grites, más durará su explosión. Recuerda siempre que los niños aún no han dominado el arte de resolver problemas sin alterarse. Así que tómate unos momentos, respira profundamente, cálmate, controla tus emociones intensas e intenta comprender primero las necesidades de tu hijo. Este es un primer paso para ayudar a tu hijo a manejar problemas de enojo.
2. Enséñale a tus hijos cómo calmarse también
No importa cuánto lloren desconsoladamente, no cedas. Esto solo animará a los niños a continuar con ese comportamiento, cada vez que sus demandas no sean cumplidas
En cambio, enséñales a los niños cómo calmarse cuando se sientan abrumados. Pídeles que cuenten hasta 10, den un paseo, aprieten y relajen sus puños para aliviar la tensión, o simplemente se alejen de la situación.
Incluso puedes tomar su mano, respirar en sincronía, y decirles que se calmen para que puedan entender su problema y juntos, encontrar una solución. También puedes usar imágenes positivas como fotos de sus caras sonrientes o videos de momentos felices y divertidos en familia, para desviar su atención.
3. Establece límites claros y consistentes
La consistencia es clave al tratar problemas de enojo. Establece límites claros y razonables sobre el comportamiento y las consecuencias. Asegúrate de que estos límites se apliquen de manera consistente. La previsibilidad y la estructura brindan a los niños una sensación de seguridad, lo que puede ayudar a prevenir y manejar los estallidos de enojo. Por ejemplo, si tu niño hace berrinche cuando es hora de apagar la TV o de irse de la plaza, avísale con tiempo. Déjale saber que faltan “5 minutos,” y recuérdaselo varias veces. Usa la misma técnica de manera consistente.
4. Enséñale a los niños a comunicar sus emociones
Durante los momentos buenos, enséñale a tu hijo cómo usar palabras para expresar sus emociones y frustraciones, en lugar de mostrar comportamientos agresivos. Enséñales palabras como feliz, paciente, enojado, triste, frustrado y más, con la ayuda de tarjetas con imágenes, y ayúdalos a vincularlas con sus emociones. Anima a tu hijo a expresar sus sentimientos, incluyendo el enojo, sin juzgar. Escucha de manera activa, mostrando empatía y comprensión. Cuando los niños se sienten escuchados y validados, son más capaces de manejar sus emociones.
Y no olvides apreciar cada pequeño esfuerzo de tu hijo cuando intenten comunicar sus emociones sin hacer berrinches. Esto ayudará a construir la confianza de tu hijo en el manejo de su enojo.
5. No dejes que los niños vean contenidos violentos
Siempre es aconsejable no exponer a los niños a programas violentos o videojuegos, ya que esto puede exacerbar sus problemas de enojo. En su lugar, dirígelos hacia juegos, libros o programas que fomenten la resolución de problemas y tengan un impacto positivo en su comportamiento.
6. Y desde luego, busca ayuda si los problemas de enojo escalan
Los berrinches ocasionales son absolutamente normales en los niños, pero si el comportamiento agresivo persiste durante mucho tiempo, busca ayuda profesional inmediatamente y sin dudarlo, para entender la razón exacta detrás del comportamiento agresivo del niño y poder ayudar a tu hijo. Un consejero, terapeuta o psicólogo podrá proporcionar estrategias y herramientas especializadas para ayudar a tu hijo a comprender y manejar mejor sus emociones.
Calmar a un niño enojado lleva tiempo, paciencia y algunos trucos y técnicas. Simplemente no te rindas. Tus esfuerzos definitivamente valdrán la pena.