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Doctora Isabel: El abuso sexual infantil y la doble traición

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Por más increíble que parezca, los casos en los que la familia niega o encubre situaciones de abuso sexual son más comunes de lo que podríamos imaginar. La negación del abuso es un fenómeno devastador que no solo perpetúa el sufrimiento de las víctimas, sino que también socava la confianza y la seguridad en el seno familiar. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué lleva a una familia a negar o encubrir actos tan atroces? 

Imaginemos un niño de diez años que confiesa a sus padres que su tío lo maltrata, pero estos no le creen y continúan como si nada hubiera pasado. O una madre que sabe que su esposo abusa sexualmente de su propia hija, pero decide no denunciar debido a sus propios conflictos emocionales y sentimientos de rivalidad con su hija. Estos son solo algunos ejemplos de la trágica realidad que enfrentan muchas personas dentro de sus propios hogares. 

El abuso sexual infantil es un tema doloroso y difícil de abordar, pero se vuelve aún más angustiante cuando el agresor es alguien dentro de la familia. Esta cruda realidad está en aumento, afectando a un número alarmante de niños y dejando cicatrices profundas que pueden durar toda la vida. 

Cuando un niño es víctima de abuso sexual por parte de un miembro de su propia familia, el impacto emocional y psicológico es devastador. Pero lo que agrava aún más esta tragedia es la respuesta de los padres o cuidadores al enterarse de lo ocurrido. Muchos entran en un estado de negación, incredulidad o incluso enojo, incapaces de aceptar la realidad de lo que ha sucedido. Esta reacción, lejos de proporcionar consuelo y apoyo al niño, solo aumenta su dolor y sensación de abandono. 

El trauma resultante de esta situación se conoce como “la doble traición”. La primera traición es cometida por el agresor, quien viola la confianza y la inocencia del niño sin tener en cuenta el daño que causa.

La segunda traición viene de los propios padres, quienes, al enterarse del abuso, no solo niegan la realidad, sino que presionan al niño para que mantenga el secreto, minimizando así su sufrimiento y devaluando su experiencia. 

Uno de los motivos principales detrás de la negación del abuso dentro de la familia es el rechazo para aceptar una verdad tan dolorosa. La idea de que un ser querido, alguien en quien confían y aman, pueda cometer un acto tan vil resulta inconcebible. Esta negación surge de una combinación de sentimientos abrumadores como el miedo, la vergüenza y la ira, los cuales dificultan la toma de acciones adecuadas para proteger a la víctima. 

Otro factor que contribuye a la negación del abuso es la idea de que “esto no puede estar pasándonos a nosotros”. Este tipo de negación surge de la resistencia a aceptar la realidad debido al dolor y la incomodidad que conlleva. La familia puede sentirse amenazada por la posibilidad de que se revele el abuso, lo que podría provocar una ruptura en las relaciones familiares o un cambio drástico en la dinámica familiar. 

Además, la negligencia o disfunción familiar puede desempeñar un papel importante en la negación del abuso. En algunos casos, la falta de conciencia sobre el daño causado por el abuso o la presencia de una dinámica familiar disfuncional pueden llevar a minimizar o ignorar el problema. La dependencia emocional, física o financiera de un miembro de la familia también puede influir en la negación del abuso, ya que reconocerlo podría poner en peligro el vínculo con ese miembro. 

La normalización del abuso dentro de la familia también es un factor relevante. En familias donde hay antecedentes de abuso sexual u otras formas de violencia, el abuso puede ser visto como algo común o incluso aceptable. Esta normalización del abuso contribuye a la negación y al encubrimiento, ya que la familia puede sentir que es mejor mantener el silencio para evitar enfrentar las consecuencias de revelar la verdad. 

Es importante entender que la negación del abuso dentro de la familia no solo afecta a la víctima, sino que también perpetúa un ciclo de impunidad y trauma. Cuando los padres o familiares niegan la experiencia de abuso de un niño o adolescente, están retraumatizando a la víctima y socavando su confianza y seguridad. La falta de apoyo y protección por parte de la familia puede llevar a la víctima a sentirse desamparada y desconfiada, lo que dificulta aún más su capacidad para buscar ayuda y justicia. 

Lo que un niño espera de unos padres amorosos y protectores es que lo defiendan y lo protejan, sin importar las dificultades que puedan enfrentar en el proceso. Esperan ser rescatados del abusador y recibir el apoyo necesario para sanar y recuperarse. Pero en demasiados casos, esta esperanza se ve frustrada por la negación y la falta de acción por parte de los adultos responsables. 

Si usted fuera la víctima, ¿qué respuesta esperaría si pidiera ayuda a un adulto? Esperaría comprensión, apoyo y protección. Esperaría que el adulto creyera en su palabra, lo escuchara sin juzgarlo y tomara medidas para garantizar su seguridad y bienestar. Porque ningún niño debería enfrentar la doble traición de ser abusado y luego negado por aquellos que deberían protegerlo. Es hora de romper el silencio, enfrentar la realidad y brindar el apoyo necesario a las víctimas de abuso sexual infantil dentro de nuestras propias familias. 

Es fundamental reconocer la gravedad del encubrimiento familiar y sus impactos devastadores en las víctimas. La negación del abuso no solo perpetúa el sufrimiento de la víctima, sino que también socava la confianza y la seguridad en el seno familiar. Para romper este ciclo de silencio y negación, es necesario crear conciencia sobre el problema y fomentar un ambiente de apoyo y protección dentro de la familia. Solo así podremos proteger a quienes más queremos y romper el ciclo de abuso y encubrimiento.

¿Cómo ayudar a un niño que ha sido abusado? 

Ayudar a un niño que da señales de haber sido abusado por un adulto es crucial para su bienestar y recuperación. Aquí hay algunos pasos importantes que se pueden seguir: 

  • Escuchar y creer al niño: Es fundamental escuchar atentamente al niño y creer en lo que dice. Es importante que el niño se sienta seguro y apoyado al hablar sobre sus experiencias. 
  • Mantener la calma y el control emocional: Es natural sentirse conmocionado o enojado al escuchar sobre el abuso de un niño, pero es importante mantener la calma para proporcionar un ambiente seguro y de apoyo al niño. 
  • Validar sus sentimientos: Es importante validar los sentimientos del niño y hacerle saber que está bien sentirse confundido, asustado o triste. Asegúrate de que el niño sepa que no es su culpa lo que ha sucedido. 
  • Reforzar la seguridad del niño: Hazle saber al niño que está seguro ahora y que no será lastimado nuevamente. Proporciona un entorno seguro y de apoyo para el niño. 
  • Buscar ayuda profesional: Busca ayuda profesional de inmediato. Puedes contactar a un terapeuta infantil, un trabajador social o un psicólogo especializado en abuso infantil. Ellos pueden brindar apoyo y orientación tanto para el niño como para la familia. 
  • Informar a las autoridades: Si sospechas que un niño ha sido abusado, es importante informar de inmediato a las autoridades competentes, como la policía o los servicios de protección infantil. Ellos pueden investigar el caso y tomar las medidas necesarias para proteger al niño. 
  • Apoyar la recuperación del niño: Apoya al niño en su proceso de recuperación. Esto puede incluir terapia individual o familiar, participación en grupos de apoyo y acceso a recursos comunitarios. 
  • Evitar la revictimización: Evita hacer preguntas detalladas sobre el abuso y evita hablar sobre el tema delante de otras personas que no estén involucradas en la investigación o el tratamiento del niño. Es importante respetar la privacidad y la confidencialidad del niño. 

Líneas de ayuda 

Childhelp National Child Abuse Hotline 

Llame o mande un texto*: 800-4-A-CHILD (800-422-4453) 

Chat: https://childhelphotline.org 

National Alliance on Mental Illness HelpLine 

La Alianza Nacional de Enfermedades Mentales gestiona una línea de ayuda para las personas y sus seres queridos que creen que pueden estar sufriendo una crisis de salud mental. Las personas que sepan o sospechen que padecen un trastorno mental o que crean que un ser querido puede estar sufriendo un problema de este tipo pueden llamar al 1-800-950-NAMI (6264) para obtener ayuda. La línea de ayuda también acepta contactos por texto, y se puede contactar con la alianza por correo electrónico. Las respuestas se envían durante el horario laboral.

National Institute of Mental Health Information Resource Center 

La línea directa del Centro de Recursos de Información del Instituto Nacional de Salud Mental ayuda a las personas que padecen enfermedades mentales a encontrar los recursos que necesitan para recibir tratamiento, incluida la intervención en situaciones de crisis. Los servicios están disponibles en inglés y español en el 1-866-615-6464 o en el 1-866-415-8051 para usuarios de TTY. La ayuda en directo se limita al horario habitual, aunque también está disponible el chat en línea.  

National Suicide Prevention Lifeline 

La Línea Nacional de Prevención del Suicidio existe para ayudar a las personas a encontrar la ayuda que buscan. La línea de vida también dispone de recursos para ayudar a las personas con problemas de adicción. Las personas que llaman pueden ponerse en contacto con la línea de vida a cualquier hora del día o de la noche llamando al 1-800-273-TALK (8255), o al 1-800-799-4889 para usuarios de TTY. Los servicios en español están disponibles llamando al 1-888-628-9454. También está disponible el chat en línea.  

Escucha a la Doctora Isabel en su programa de psicología y salud mental, todos los jueves a las 11AM Este | 10AM Centro | 9AM Montaña | 8AM Pacífico. Respondemos GRATIS y en vivo tus preguntas a través de Facebook Live en La Red Hispana

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