El acordeón, un puente musical que une al continente
Por ¿Qué tienen en común ritmos tan distintos como el tango, argentino; la cumbia y el vallenato colombiano y la polka del norte de México? La respuesta es el acordeón.
Ahora que estamos celebrando el Día Internacional del Acordeón, (primer sábado de mayo) nos damos cuenta de que este instrumento es un rasgo común que muchos países latinoamericanos comparten, como la cueca en Chile; la polka en Paraguay, el huayno y el vals en Perú, el forró en Brasil y el merengue en República Dominicana, por nombrar algunos.
La versión más aceptada por los historiadores de la música es que el acordeón llegó al norte del continente americano a través de trabajadores alemanes que a fines del siglo XIX colocaban las vías del tren en el estado de Texas.
Por su cercanía con México fue incorporado a los ritmos tradicionales de los estados del norte de ese país, convirtiéndose en parte del sonido característico de esa parte de México y que actualmente tiene grandes exponentes.
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En el caso de Colombia este instrumento llegó a mediados del siglo XIX a bordo de barcos mercantes de Alemania que llegaron a la región de La Guajira, donde los marineros intercambiaron sus instrumentos a cambio de comida y otras mercaderías.
Los cronistas aseguran que los músicos y poetas colombianos incorporaron de inmediato este nuevo instrumento a sus ritmos y crearon lo que hoy conocemos como el vallenato y la cumbia, dos ritmos característicos de ese país sudamericano, y donde existen grandes exponentes del acordeón.
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En el extremo sur del continente, en Argentina, el acordeón llegó junto a las grandes oleadas de inmigrantes del continente europeo, que llegaron a ese país durante las últimas décadas del siglo XIX.
En el caso de los migrantes que se asentaron en el cono sur del continente, el acordeón jugó un papel de vínculo entre el país que se dejaba y el país al que llegaban, por lo que en esta región tiene un fuerte sentido nostálgico.
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A diferencia de Colombia y México, donde el acordeón llegó directamente de Alemania, en Argentina tiene un origen más diverso, que incluye Italia y Francia.
Pero además, junto a los inmigrantes llegaron también los primeros fabricantes artesanales de acordeones, como Giovanni Anconetani, un italiano que instaló su fábrica en Buenos Aires en 1882 y que todavía funciona.
El acordeón tiene un pasado poco claro
El origen del acordeón no es muy claro, pero se cree que su antecesor fue el sheng, un instrumento chino del siglo III a.C. Este instrumento consistía en una serie de tubos de bambú que se soplaba para producir sonido. En el siglo XIX, el austriaco Cyrill Demian creó un instrumento similar al sheng, pero con lengüetas de metal en lugar de tubos de bambú. Este instrumento se llamó accordeon, que significa armónico en francés.
A lo largo del siglo XIX, el acordeón se perfeccionó y se hizo más popular en Europa. En la década de 1850, se comenzaron a producir acordeones en masa en Alemania y Austria.
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