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Cómo ayudarle a los niños y adolescentes a ser más compasivos

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El amor en lo pequeños momentos compartidos es una gran oportunidad para hacer una pausa cuando la rutina y las responsabilidades abruman sin cesar… una mirada, un obsequio inesperado, un abrazo o simplemente una devolución de una sonrisa es capaz de cambiarte la química del cuerpo y relajarte por completo.

 

El amor en la infancia

Experimentar el amor durante la infancia puede ayudar a los niños a convertirse en adultos compasivos y autocompasivos. ¿Por qué? Pues si el niño crece en un seno familiar donde el amor se expresa y las emociones se viven, a medida que vaya creciendo podrá ir conectando con sus sentimientos y adoptando una mejor comprensión de las emociones, las cuales resultan ser habilidades importantes para construir la compasión, la bondad y la empatía, no sólo con ellos mismos sino también con la gente que los rodea.

 

 “Los padres deben recibir apoyo e información sobre la importancia del calor de las relaciones entre padres e hijos para el desarrollo de la compasión en sus hijos”

Explica la psicóloga Mirka Hintsanen, profesora de la Universidad de Oulu.

 

¿Cómo compartir momentos de calidez y amor en el seno familiar con los más pequeños?

Si bien no es una tarea difícil, muchas veces debido a las responsabilidades, compromisos, falta de tiempo y quehaceres domésticos, los padres entran en una dinámica familiar donde los pequeños momentos con los hijos se pasan por alto, incluso cuando ellos demandan un poco de atención.

 

No se necesita tiempo para transmitir el amor, sino más bien conciencia de la importancia que tiene este sentimiento en toda la familia.

 

Aquí algunos consejos para practicar el amor:

  • La cena suele ser el momento del día donde todos los miembros se encuentran luego de una larga jornada. Cocinar juntos y luego compartir la mesa conversando sobre el día de cada uno es una gran oportunidad para ponerse al día y relajarse en familia.

 

  • Un beso, un abrazo suelen ser gestos que se pasan por alto. No esperes a las buenas noches para besar y rodear a tu hijo con un cálido abrazo. Hazlo cuando lo sientas.

 

  • Intenta no ser tan duro contigo mismo o con otros miembros del hogar cuando cometes un error o cuando las cosas no salen como deseabas. Pues serás el ejemplo a seguir de tu hijo siempre. La tolerancia es un gran aliado del amor. Si eres tolerante contigo mismo también lo serás con el otro.

 

Un niño empático y bondadoso, será un adulto en quien se pueda confiar a pesar de las adversidades. Pero para ello es necesario conectar con las emociones de pequeño, entender y aceptar que está bien sentirse triste y llorar; expresar el amor hacia otro persona, abrazar; dar un paso al costado cuando la situación lo amerita, y ser auténtico y fiel a los propios sentimientos. 

 

La compasión y autocompasión en mi hijo adolescente

El adolescente es el eslabón quizá más frágil en el desarrollo. Durante esta etapa de crecimiento los jóvenes suelen ser muy autoexigentes consigo mismos sin permitirse equivocarse y buscando en todo momento encajar en su entorno… al precio que sea. Por ello la compasión y la autocompasión se convierten en herramientas fundamentales durante la infancia, pues llegado el momento donde los sentimientos se agudizan y las hormonas se alteran, el adolescente podrá no ser tan duro consigo mismo y tendrá la capacidad de permitirse tropezar y equivocarse. Y es que la autocompasión parece tener un efecto protector contra el trauma, la victimización de los compañeros, la depresión y la autolesión, y la baja autoestima.

 

¿Cómo ayudar a mi hijo adolescente a ser autocompasivo?

  • Enseñarle que no están solos y que los sentimientos experimentados (inseguridad, tristeza, ansiedad) son totalmente normales en todos los jóvenes de su edad.

  • Explicarles que la química de su cuerpo a esa edad es la responsable de hacerlos experimentar sentimientos con los cuales a veces no se sientan cómodos (cansancio, irritabilidad, falta de atención)

  • Incentivarlos a practicar actividades que les permitan expresarse en el modo que más les guste, ya sea algo artístico o deportivo, así como también prácticas donde puedan trabajar la respiración y la meditación. No es necesario que asistan a una clase de yoga. Meditar puede ser un momento del día donde durante 5 minutos escuchan su respiración, o ruidos que los relajen.


Criando niños valientes y cariñosos” es una iniciativa del Greater Good Science Center para ayudar a cerrar la brecha entre la investigación y la vida cotidiana de los padres, brindando herramientas para la crianza de niños que tratan a los demás con compasión y respeto.

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