Preocuparse es en verdad bueno para el cerebro
Es posible que hayas pensado varias veces que la preocupación por las cosas es la manera incorrecta de entender la vida, pero la ciencia ha demostrado lo contrario.
Investigadores de la Universidad Lakehead de Ontario, encuestaron a 126 estudiantes de pregrado acerca de sus sentimientos con respecto a la ansiedad, la depresión y la preocupación.
¿Los resultados? Los estudiantes que ocupaban un lugar destacado en la escala de inteligencia verbal tendían a preocuparse más a menudo. Las personas que son verbalmente inteligentes tienen la capacidad de reproducir eventos pasados pensar en las posibilidades futuras en mayor medida que otras personas.
Las personas que se preocupan son bien conscientes de las implicaciones de sus acciones, y les sirve para planear y adaptarse. Por ejemplo, si tienen preocupación por llegar tarde a una cita, entonces colocarán una alarma que les recuerde que es hora de prepararse, y así evitarán llegar tarde.
Aquellas personas que se preocupan suelen también ser más atentos con aquellas otras personas que los rodean, ya que están más conscientes de su entorno. Suele ser común en personas que se preocupan que tienen la habilidad de entender mejor las necesidades de otros, y llevar acabo acciones que satisfacen esas necesidades. Estas personas suelen ser muy atentos con los demás y prestan mucha atención a los detalles de una conversación.
La preocupación moderada puede ser clave a la hora de empezar o realizar ciertas cosas que te apenan o te dan miedo. Por ejemplo, se ha demostrado que aquellas mujeres con mayor preocupación, son las que se hacen mamografías más seguido. También puede funcionar para aquellas personas que quieren dejar de fumar, o empezar algún hábito saludable.