Detección temprana del cáncer bucodental
La salud bucal es sumamente importante y muchas veces suele ser dejada de lado. Los chequeos anuales al dentista además de mantener las piezas dentales en correcto estado, libre de caries o bien con los empastes saludables, son importantes para prevenir enfermedades de la mucosa y todo el aparato masticador, como puede ser el cáncer bucodental.
Es por ello, que una visita al odontólogo puede prevenir el desarrollo y el avance del cáncer, evitando el sometimiento a tratamientos invasivos donde la enfermedad ya avanzada lo requerirá.
Tanto la prevención como sobre todo la detección temprana juegan un factor fundamental para superar esta enfermedad cuya mortalidad es similar al melanoma y al cáncer cervical.
En una visita al dentista, éste podrá detectar síntomas preocupantes y diagnosticar lesiones malignas y no premalignas que pueden conducir al desarrollo de la enfermedad.
¿Cómo actúa el odontólogo ante la sospecha de cáncer bucodental?
Si el profesional detecta una posible sospecha de cáncer lo primero que realizará es una biopsia con la ayuda de un cepillo, con el cual tomará una muestra del tejido que sospecha es maligno, y la enviará a un laboratorio patológico para su posterior examen.
Si el resultado arrojado es positivo ó atípico, se llevará a cabo otra biopsia y se derivará al paciente con un especialista para que evalúe el tratamiento correspondiente.
¿Cómo prevenir el cáncer bucodental?
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La alimentación cumple un rol fundamental en el desarrollo de esta enfermedad. Se recomienda consumir frutas, verduras, pescados y aceite de oliva.
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Reducción o eliminación total en lo posible del tabaco y el consumo de alcohol.
La autoexploración cumple un rol muy importante, pues permite que el paciente detecte signos sospechosos ante los que es recomendable acudir a la consulta del odontólogo. A tener en cuenta:
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Enfrente del espejo, mirarse los labios de cerca.
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Con la boca cerrada, doblar el labio superior e inferior hacia fuera y observar el tejido interno.
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Con la boca abierta, y con la ayuda del mango de una cuchara o tenedor, mover las mejillas hacia arriba y hacia atrás, y hacia abajo y hacia atrás, para observar las paredes internas de la boca y su ángulo.
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Con la boca abierta, examinar la parte de atrás de los dientes de abajo.
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Sacando y metiendo la lengua, mirar en su parte de atrás, y moviéndola hacia la izquierda y la derecha, examinar los laterales de la lengua desde la punta hasta su parte del fondo.
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Tocando el paladar con la punta de la lengua, examinar ésta y su mucosa de abajo.
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Dejando la punta de la lengua en contacto en el paladar, mover la lengua hacia la derecha y hacia la izquierda y examinar su mucosa de abajo.
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Moviendo la cabeza hacia atrás, intentar examinar el paladar.
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Este autoexamen puede realizarse una vez al año y ante la sospecha de alguna lesión o mancha que persista en el tiempo, es importante acudir al odontólogo para que realice el diagnóstico correspondiente y no permita que la enfermedad avance.
La prevención hace a la diferencia. El autodiagnóstico o la falta de interés lo único que hacen es perjudicar a uno mismo. Si presentan arreglos dentales es recomendable acudir al dentista cada 6 meses para corroborar que todos estén en perfecto estado, o bien acudir una vez al año al chequeo y realizar una higiene bucal… No esperes a tener molestias, dolor o infección para acudir al odontólogo, pues no sólo estarás perjudicando tu boca sino que también tu bolsillo.