Salvar los manglares, una clave contra el cambio climático
“Cierra los ojos e imagina unos humedales con árboles mágicos, con raíces inmensas que salen de un suelo gris, medio pantanoso. Un lugar que está justo donde el agua dulce y el agua salada se encuentran: en el que hay canales para navegar, manatís, cocodrilos, monos y muchas especies de aves. Esos son los manglares”. Esta es la forma como Mónica Gutiérrez Quarto, artista chilena que ahora vive en Estados Unidos, describe uno de los ecosistemas a los que les ha dedicado parte de su trabajo. Como miembro del equipo del Mangrove Project Action (MAP), una iniciativa que fundó su esposo Alfredo Quarto, ella utiliza el arte para educar a niños y niñas alrededor del mundo sobre los manglares: uno de los bosques más importantes para el cambio climático.
Aunque se habla poco de ellos, los manglares están llenos de propiedades deslumbrantes. Sirven como barreras naturales para prevenir la erosión del suelo, protegen a las comunidades costeras de los huracanes y son el lugar en el que los peces se reproducen. Además, como lo explica Gutiérrez, “secuestran cinco veces más dióxido de carbono que otros árboles”. De hecho, según La Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de Ramsar, los manglares y los humedales correspondientes representan casi un tercio de las reservas de carbono terrestre mundial. Lo que los hace clave para combatir el cambio climático.
Pero como sucede con varios ecosistemas, los manglares están en amenaza
De esto se enteró Alfredo hace varios años, cuando viajó al sur de Tailandia y conoció el problema de primera mano. Allí, como sucede en otras partes del mundo, se estaban instalando cultivos de camarones, lo que afectaba no solo el ecosistema, sino que puso en amenaza a las comunidades que viven de ellos y se venían oponiendo a estos proyectos. Desde entonces su misión, junto a MAP, ha sido trabajar para reforestarlos y restaurarlos. Pero no lo hacen de una forma convencional, simplemente plantando los árboles y sus semillas, sino involucrando a la comunidad. Un método que, según Quarto, ha demostrado ser más efectivo.
Además, como parte de la línea de educación, MAP ha contactado a varios colegios en distintas partes del mundo para que los maestros les enseñen a los alumnos por qué su comunidad se beneficia de los manglares. Parte de la iniciativa consiste en que los niños hagan una pieza de arte para participar en un concurso, dirigido por Mónica, para que uno de esos trabajos sea parte del calendario mundial de manglares. “Cada colegio nos manda tres o cuatro piezas y nosotros elegimos una. Luego les mandamos el calendario con el certificado de que participaron y a los niños le encanta, porque están haciendo parte de un proyecto internacional, con alumnos de todos lados”, comenta la artista.
Aunque la mayoría de los manglares están Indonesia, Latinoamérica le sigue en importancia de estos territorios. Según el portal EcoAmericas, Brasil es el segundo país con más manglares y el ecosistema también se puede encontrar en México, Ecuador, Colombia, Venezuela, Cuba, República Dominicana y otras naciones de Centroamérica. En Estados Unidos hay manglares en las costas de Florida. Así que, si quiere conocer más sobre este ecosistema o el proyecto MAP, visite LatinoVerde.com.