Los agricultores puertorriqueños deben tener acceso a los programas del USDA en español
No debe ser tan difícil para un residente de los EE. UU. recibir una respuesta de una oficina del gobierno local.
Llevo un mes intentando ponerme en contacto con alguien de la oficina estatal de Puerto Rico de la Agencia de Servicios Agrícolas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés). Alguien me dijo que habían pasado mi mensaje a la oficina de la directora. También envié correos electrónicos a varios empleados, sin recibir respuesta.
Quería saber sobre los procesos de accesibilidad de la agencia, así como sobre el plan estatal de divulgación, y sobre los retos a los que ellos se enfrentan para que sus servicios lleguen a más personas, después de que un agricultor me volviera a decir que la mayoría de los trámites de la agencia están en inglés y que es difícil contactar con ellos. Mi experiencia fue un caso concreto de esto–un ejemplo de cuán difícil es para los agricultores de Puerto Rico conseguir ayuda para preparar para los efectos de cambio climático en su propio idioma.
“Tengo la suerte de que mi hijo es joven y entiende el Internet. Imagínate otros agricultores que no tienen esa ayuda”, me dijo un agricultor puertorriqueño de mayor edad que intentaba orientarse sobre los programas y oportunidades disponibles, tanto de la Agencia de Servicios Agrícolas del USDA como del Servicio de Conservación de Recursos Naturales (NRCS, en inglés).
Dado que Puerto Rico es un territorio estadounidense, el USDA es el supervisor de varios programas agrícolas. No obstante, gran parte de la toma de decisiones se realiza en Washington, lo cual dificulta la injerencia de los puertorriqueños en las dinámicas que los componen.
Preparar para el cambio climático
Llevo siete años trabajando con agricultores, trabajadores agrícolas, agentes de Extensión, diversas ONG y algunas agencias gubernamentales en cuestiones relacionadas con el sistema alimentario de Puerto Rico. Los proyectos que he dirigido y en los que he colaborado han dado como resultado datos de más de 500 agricultores sobre diferentes aspectos relacionados con la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático.
Un hallazgo clave de estos proyectos es que los agricultores que tenían contactos y redes de apoyo más fuertes, como ser participantes en programas de agencias gubernamentales, tendían a recuperar sus fincas más rápido después de eventos climáticos extremos, como con el huracán María de 2017, que diezmó más del 80% de la agricultura de Puerto Rico.
El agricultor con el que hablé, como muchos otros en Puerto Rico y en las zonas rurales del continente estadounidense, se enfrenta a retos tecnológicos y otras barreras, como un dominio limitado del inglés o tener que recorrer largas distancias para llegar a las oficinas del USDA. Esto puede limitar la capacidad de los agricultores para acceder a diversos documentos y programas del USDA para la adaptación al clima y la producción agrícola sostenible.
En muchas conversaciones con agricultores, oigo cómo suelen negarse a participar y aprovechar la diversidad de programas y productos del USDA – como el acceso al crédito, las subvenciones para tecnologías e infraestructuras y el apoyo técnico para aplicar prácticas de conservación y sostenibles, entre otras oportunidades – debido al exceso de papeleo, la distancia a una oficina y porque muchos de estos procesos implican cierto nivel de dominio del inglés.
El USDA está obligado por ley a apoyar a los clientes que no dominan el inglés, y hay muchos documentos traducidos al español, como las hojas informativas de algunos programas de la Agencia de Servicios Agrícolas. Pero a menudo, el proceso de encontrarlos o acceder a ellos es difícil.
La página web de la Agencia de Servicios Agrícolas del USDA para la oficina de Puerto Rico no ofrece traducción al español, y la pestaña para localizar las oficinas de los condados no funciona (por lo menos no durante el proceso de redacción de este artículo).
Los empleados de la Agencia de Servicios Agrícolas ofrecen apoyo para llenar las solicitudes, pero exigen que los agricultores acudan a sus oficinas para solicitar la mayoría de los programas, registrar las fincas y para otro tipo de papeleo. Un agricultor del municipio de Utuado (situado en el centro montañoso de la isla principal de Puerto Rico) me dijo que a veces duda en conducir más de una hora por carreteras llenas de curvas para llegar a la oficina del USDA más cercana.
El secretario del USDA, Tom Vilsack, está al tanto de las dificultades a las que se enfrentan muchos agricultores de Estados Unidos para acceder a los programas del USDA o beneficiarse de ellos. En su discurso durante el anuncio del marco del USDA para transformar los sistemas alimentarios, Vilsack subrayó cómo los agricultores históricamente marginados y desatendidos tienen dificultades para acceder a la información sobre los programas de la Agencia. Anunció la financiación, a través de asociaciones con múltiples organizaciones sobre el terreno, para proporcionar información a los agricultores con el fin de ampliar el alcance del USDA.
Esta administración también ha luchado por la equidad a través de iniciativas como el Justice 40, que establece “que el 40% de los beneficios globales de ciertas inversiones federales fluyan hacia las comunidades desfavorecidas que están marginadas, desatendidas y sobrecargadas por la contaminación”. Sin embargo, si no pueden acceder aquellos quiénes cultivan nuestras tierras, sobre todo en las zonas rurales de Estados Unidos y en sus territorios, la acción resulta en vano. En Puerto Rico, donde más del 90% de la población no habla inglés en casa, tener acceso y oportunidades de tramitar los documentos en su lengua materna sería un paso enorme para abordar la equidad.
“La gente [en el USDA] es servicial, quiere ayudar”, me dijo otro agricultor cuando le pregunté por su experiencia. La Agencia de Servicios Agrícolas del USDA cuenta con una mano de obra comprometida que a menudo debe sortear procesos difíciles o carece de herramientas para llegar a más gente. El USDA puede aprovechar sus redes con instituciones de concesión de tierras, ONG, socios e instituciones puertorriqueñas y su mejor fuerza de trabajo en Puerto Rico para mejorar su alcance a los agricultores que lidian constantemente con impactos climáticos agravados, como el aumento de las temperaturas, las sequías y los huracanes, además de los desafíos tecnológicos y de transporte. La agencia debería adaptar sus servicios y dinámicas de divulgación para reflejar las poblaciones de agricultores a las que atienden.
En el caso de Puerto Rico, donde los agricultores se enfrentan a capacidades económicas y administrativas más limitadas que sus homólogos de los estados contiguos, mejorar la disponibilidad de trámites en español, permitiendo que los procesos se hagan por teléfono o en colaboración con otras organizaciones, es clave para mejorar la equidad en todo el Departamento.
En Puerto Rico, el agricultor promedio tiene sesenta y un años, unos ingresos familiares inferiores a 20.000 dólares y casi la mitad de las fincas tienen menos de 20 acres. Ampliar su participación en los programas del USDA, proporcionando solicitudes accesibles, fortaleciendo el apoyo técnico y traduciendo los documentos al español, podría mejorar la capacidad de producción y las redes de seguridad de estos agricultores en Puerto Rico, un territorio hispanohablante de Estados Unidos, que importa más del 85% de sus alimentos. Estas cosas son claves para promover la equidad.
El Dr. Luis Alexis Rodríguez-Cruz es un científico especializado en sistemas alimentarios y escritor, residente en Puerto Rico. Es becario 2023 de Voces Públicas sobre la Crisis Climática con el Proyecto Op-Ed en colaboración con el Programa de Yale sobre Comunicación del Cambio Climático. Todos los domingos publica La Fiambrera, un boletín con columnas y noticias relacionadas a nuestros sistemas agroalimentarios.