Los 5 mitos más falsos sobre los inmigrantes
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia, las reglas y leyes migratorias han cambiado y mucho, ocasionando mucha confusión para aquellos que residen en Estados Unidos en condición de inmigrantes.
Es por ello que derribaremos algunos mitos que circulan acerca de algunos status y condiciones generales para los hispanos en el país:
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Los inmigrantes no pagan impuestos. Falso.
Ya sean legales o ilegales, los inmigrantes sí pagan impuestos estadounidenses.
En 2007 la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO, en inglés), reportó sobre el impacto de los inmigrantes ilegales en los presupuestos de gobiernos locales y estatales, citaron a las figuras de Servicios de Impuestos Internos estadounidenses mostrando que un 50% hasta un 75% de los cerca de 11 millones de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos archivan y pagan impuestos por ingresos cada año.
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Los inmigrantes no aportan al Social Security. Falso.
Según la Administración de la Seguridad Social (SSA, en inglés), inmigrantes no autorizados, que no son elegibles para recibir beneficios del Seguro Social, han pagado, en la década pasada, la exorbitante cantidad de 100 billones de dólares para financiar la Seguridad Social.
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Los inmigrantes vacían el sistema. Falso.
Los inmigrantes ilegales no califican por cupones de comida, ni de bienestar, ni Medicaid, y muchos otros de los beneficios públicos. Muchos de estos programas requieren pruebas de un estatus de inmigración legal.
Si bien los niños ciudadanos de inmigrantes ilegales sí califican para los beneficios sociales, como también los inmigrantes sin documentos son elegibles para recibir educación escolar y ayuda médica de emergencia, en 2013 la Cámara de Comercio estadounidense determinó que la mayoría de los economistas consideran el proveer de estos beneficios como una inversión a futuro, pues estos niños se volverán trabajadores y pagadores de impuestos estadounidenses.
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El inmigrante le quita empleo al estadounidense. Falso.
Este es de los mitos más discutidos y más falsos acerca de los inmigrantes. Eliminar a los empleados inmigrantes no otorgaría de manera casi automática millones de vacantes para el ciudadano desempleado americano. Sucede que la economía americana necesita del trabajador inmigrante, ya que se complementa con las habilidades del trabajador americano, es decir que de alguna manera necesitan del inmigrante para ciertos rubros o profesiones.
Al facilitar el crecimiento de sectores como las ventas al menor, agricultura, jardinería, restaurantes y hoteles, los inmigrantes con pocas habilidades han permitido que esos sectores se expandan, atrayendo inversión, y creando trabajos para los de clase media en gerencia, diseño e ingeniería, administración, mercadeo y otras áreas que emplean a ciudadanos estadounidenses.
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El sistema de inmigración es eficiente. Falso.
La realidad es que Estados Unidos presenta leyes migratorias muy rígidas, fomentando de cierto modo el camino “negro”, es decir el ingreso ilegal al país.
El inmigrante puede ingresar de manera legal a Estados Unidos, si son patrocinados por un empleador o bien un miembro de la familia, también pueden entrar al país como refugiados, o pueden recibir algunos de los selectivamente distribuidos visados profesionales o de diversidad.
De acuerdo con el Departamento de Estados, los precios para obtener una visa permanente en Estados Unidos pueden ir desde el rango de 200 a 700 dólares, sin incluir gastos legales. Además, hay visas que requieren cuotas que limitan la inmigración de un país determinado.
El simple hecho de que las reglas migratorias sean tan severas, desencadena que el inmigrante quiera ingresar al país de otras millones de maneras, todas perjudiciales para ellos y para el país que, posteriormente, los acoge.