Ella comenzó vendiendo churros y hoy es ejecutiva en Wall Street
La emotiva y conmovedora historia de Julissa Arce, mexicana residente en Estado Unidos, que comenzó vendiendo churros para pagar sus estudios y hoy es ejecutiva en Wall Street.
“Entre las sombras del Sueño Americano” es la versión en español del libro en el que Julissa Arce relata su vida secreta como indocumentada en Estados Unidos, país del que desconocía su lengua y costumbres. En él confiesa lo difícil que fue adaptarse y la compra de documentos falsos para poder estudiar y llegar a Goldman Sachs, filial de Wall Street.
Se mudó a San Antonio, Texas, lugar donde sus padres Julissa y Julio viajaban continuamente para vender joyería de plata de su natal Taxco, Guerrero. Un día decidieron mudarse permanentemente. Le tramitaron una visa de turista que expiró tres años más tarde. Cuando estaba en la adolescencia comenzó a comprender el significado de ser una persona indocumentada.
“Mis padres nunca me consultaron si quería venir a vivir a Estados Unidos, al principio no me gustaba porque no sabía hablar inglés, luego me sentí más cómoda, y de cierta manera, estaba en casa. Fue un experiencia fuerte para una niña de 11 años,” cuenta Julissa Arce.
En 2001, una nueva ley abrió la posibilidad a estudiantes sin papeles de Texas para poder asistir a universidades públicas pagando matrículas subsidiadas. Julissa vendió funnel cakes, un tipo de churro, por cuatro o cinco dólares que ella misma preparaba para costear la escuela y la renta de una habitación en Austin, donde se encontraba el colegio. Esto lo hacía los fines de semana pues la distancia entre ambas ciudades es de dos horas.
Cuando ingresó a la universidad sus padres y hermano, quien nació en Estados Unidos, regresaron a México, pues su mamá enfermó y no contaban con el dinero para atenderla, por lo que la opción fue regresar a Taxco.
La comunicación siguió por teléfono. Su padre murió en 2007, no pudo asistir al funeral porque no tenía papeles. En 2009, consiguió un permiso de residencia y dos años después la ciudadanía.
Extraña sus raíces, Taxco que lo describe como el pueblo más bonito de México y la comida que es como en ningún otro lado del mundo; sin embargo, señala: “no sé si hubiera logrado llegar a Wall Street pero si hubiera logrado el mismo nivel de éxito profesional. Cuando era niña quería ser presidenta de México, siempre he tenido sueños grandes. El destino me trajo a este país”.
Al concluir sus estudios, Julissa realizó prácticas en Goldman Sachs hasta llegar a ser ejecutiva de la firma.
El gran misterio, comenta Julissa, fue que sus jefes nunca se enteraron de que ella había ingresado con documentación apócrifa. “Si se hubieran dado cuenta me hubieran despedido. La compañía es muy grande, no me estaba haciendo un favor. No sé cómo pasé todos los filtros y pruebas. Si buscamos una razón, tal vez, es que no piensan que a este tipo de empleos aplica la gente indocumentada. Creen que sólo venimos a actividades del campo o a limpiar casas, actividades que aclaro, son muy importantes”.
Agrega que antes de que se diera a conocer lo de los papeles habló con sus jefes. No hubo reclamo alguno sino “palabras bonitas. Dijo algo muy positivo, como darle oportunidades a los jóvenes para venir a los Estados Unidos a mostrar su talento, para que la economía sea mejor en este país”, comenta la joven.
Actualmente se dedica a dar conferencias en Universidades de Estados Unidos. Tiene una organización llamada Ascend Educational Fund que se dedica a otorgar becas a estudiantes, sin importar estatus migratorio.