El rol de los abuelos en la crianza y educación de los nietos

La crianza de los niños es uno de los grandes desafíos que todo padre afronta a lo largo de su vida. Es que cuando hablamos de crianza, no sólo hablamos de la transmisión de los valores y la educación en sí misma, sino también de entender y comprender qué le pasa al niño a nivel emocional, así como también saber y comenzar a descubrir cuáles son las actividades que le despiertan interés: deportes, libros, música, danza, pintura.

Así pues, cuando nos encontramos en este momento donde queremos hacer todo bien para que nuestro hijo sea plenamente feliz, lo primero que pensamos es en los abuelos y cómo ellos nos criaron a lo largo de toda nuestra vida, incluso de grandes.

Es que los abuelos, no son simplemente abuelos. Cumplen un rol sumamente importante en la crianza de los nietos, y condimentan con lo justo su crecimiento.

• Contribuyen con su experiencia en momentos de crisis familiares.

• Cuidan de los niños cuando los padres por diferentes motivos no pueden, y permiten que así mismo los padres puedan hacer sus tareas fuera de la casa sin estar preocupados por dejar a sus hijos con extraños.

• Transmiten valores familiares y alimentan el vínculo entre las generaciones de la familia.

• Ayudan en la educación de los niños, en muchas ocasiones intentando apaciguar las aguas cuando hay discusiones de por medio.

• En varias ocasiones son grandes contenedores en casos de madres o padres separados.

• Abuelos y nietos se retroalimentan. Los nietos comprenden muchas cosas del presente por las historias contadas de sus abuelos, y los abuelos aprenden de los más pequeños en muchos aspectos, por ejemplo en el uso de los aparatos electrónicos. Momentos muy gratos y divertidos pueden surgir de esos encuentros.

Ahora bien, hay una distinción clara entre los papeles de los padres y de los abuelos con relación a los niños. Es natural que, en ausencia de los padres, los abuelos concedan algunos caprichos a los nietos y que adopten distintas reglas, y está bien, pues ellos ya criaron a sus hijos y no les corresponde criar a sus nietos.

Hay un momento en la vida para cada vivencia. El abuelo debe tener el derecho de disfrutar a sus nietos sin tener el agobio de la crianza diaria. Es importante que los abuelos no desautoricen a los padres. Esto confunde a los niños y no beneficia tampoco a los padres. El abuelo sí se puede dar el lujo de ser algo alcahuete, pero respetando las normas del hogar.

Tardes juntos, noches de cuentos, cenas con divertidas anécdotas, caminatas en silencio, todos son momentos que nuestros hijos deben vivir con sus abuelos. El intercambio generacional no es sólo beneficioso para los más pequeños, sino también para los más grandes que descubren junto a sus nietos el nuevo mundo que se va tejiendo y que inevitablemente los van dejando atrás.

El vínculo con los abuelos, es algo así como sagrado y justo, donde abuelos, padres y nietos se mueven al compás de los valores y relatos familiares, transmitiendo así de generación en generación la esencia de cada familia.

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