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Políticas de deportación de Trump generan miedo en niños y adolescentes

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Por: Dra. Luz Towns-Miranda

Las continuas redadas y deportaciones que está realizando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) por mandato del presidente Donald J. Trump, están teniendo un profundo impacto negativo en los niños y adolescentes, independientemente de su estatus migratorio.

Todos los niños directamente afectados por la crisis (menores indocumentados y aquellos de familias con estatus migratorio mixto) se encuentran en estado de pánico. La incertidumbre y la falta de control sobre su futuro les angustian mucho porque temen que en cualquier momento “alguien” (un agente de inmigración) podría tocar a la puerta y su destino, más la configuración de la familia, se afectaría.

La sensación de peligro y ansiedad podría describirse como “caminar sobre cáscaras de huevo” y afecta drásticamente la capacidad del niño para relajarse, concentrarse y estar presente. En este tipo de circunstancias, incluso cuando un niño se distrae con una actividad o un momento positivo, existe una noción inminente (consciente y a veces subconsciente) de que algo “malo” va a pasar o “alguien” va a llegar abruptamente para cambiar sus vidas.

El impacto emocional de las deportaciones en niños y adolescentes

Esta sensación constante de catástrofe inminente, cuando se experimenta durante mucho tiempo, podría causar a los niños trastornos y conductas de estrés postraumático y traumático que podrían durar toda la vida e incluso a través de generaciones familiares. Llevan ese miedo a todas partes: en el hogar, la escuela, las iglesias, los lugares de empleo y la comunidad en general. 

Los adultos deben asegurarles a los niños que estarán bien y que protegerán su seguridad en la medida que sea posible. Mientras tanto, los padres directamente afectados deben elaborar de inmediato un plan familiar.

Los padres deben decidir lo antes posible si – en caso de deportación – quieren ser reubicados como una unidad familiar, o si quieren que el niño permanezca en los EE.UU., o en territorio estadounidense – siempre que el niño haya nacido dentro de la jurisdicción de los EE.UU. Luego, deben identificar a alguien que esté dispuesto a asumir la custodia de los niños y generar una declaración jurada notariada transfiriendo la custodia del niño en caso de deportación. NO es necesario un abogado. Por ejemplo, en el estado de Nueva York un documento notariado identificado como una declaración jurada es suficiente y cuesta aproximadamente 2 dólares.

Preparación y apoyo para las familias afectadas

Los niños deben saber que existe un plan y cuál es, para que no queden totalmente a merced de ICE. En otras palabras, no hay que dejar a los niños al margen: hay que contarles el plan para que puedan empezar a visualizar lo que les podría pasar si ocurre una deportación.

Mientras que los niños más pequeños podrían experimentar primordialmente miedo y ansiedad, los niños mayores y los adolescentes directamente afectados por la amenaza de las deportaciones tienen más probabilidades de experimentar ira y depresión. Algunos de ellos se criaron total o parcialmente en los Estados Unidos.  Según el tiempo que llevan en el país, suelen hablar inglés, tener amigos en la escuela y estar inmersos en la cultura estadounidense. Cuando son adolescentes, algunos incluso tienen empleo. Ven a Estados Unidos como su patria y perciben la posible deportación como una traición frustrante.

El pánico y la confusión que generan las deportaciones a gran escala también están impactando a los menores que son residentes legales y a los menores ciudadanos estadounidenses, que no corren riesgo de ser deportados. “¿Te deportarán?” “¿Deportarán a mis compañeros de la escuela?” “¿Me deportarán a mí?” Estas son algunas de las preguntas que los padres, tutores y maestros de comunidades diversas e inmigrantes de todo el país enfrentan comúnmente.

Los niños y adultos indocumentados en los EE. UU., siempre han estado en riesgo de ser deportados. Pero la escala masiva y la agresividad de los operativos de Trump que se realizan actualmente, hacen que la situación no tenga precedentes. Ser indocumentado en este país NO es un delito penal, sino un delito civil.

Las familias que necesitan apoyo para ayudar a sus hijos a sobrellevar el impacto general de las deportaciones en términos de salud emocional o conductual, y planificación legal, deben consultar con las organizaciones de defensa locales, como la Federación Hispana en algunas localidades. También se recomienda mantenerse al día con las más recientes noticias sobre inmigración, ya que la situación está cambiando periódicamente. Hay muchas agencias de inmigración que brindan información sobre los derechos de los inmigrantes. ¡Manténgase informado!

La Dra. Luz Towns-Miranda es una psicóloga clínica con práctica en la ciudad de Nueva York.      

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