¿Cómo elegir la guardería ideal para tus hijos?
Por: Dra. Luz Towns-Miranda
Elegir una guardería para los pequeños es una decisión muy importante para muchos padres que deben trabajar. A menudo les preocupa encontrar un entorno que sea seguro, saludable, confiable y asequible.
Asequibilidad y tipo de cuidado
La asequibilidad es uno de los principales factores que los padres tienen en cuenta cuando comienzan a buscar opciones de guardería que se adapten mejor a las necesidades de sus hijos y su familia. La pregunta es: ¿Deben los padres buscar a alguien que ya esté cuidando niños en su hogar (un familiar, amigo cercano o un conocido), o deben buscar una guardería comercial establecida?
Seguridad, limpieza y proporción de cuidadores
Una vez identificadas las opciones de guardería, se deben evaluar la limpieza y la seguridad, así como la proporción de cuidadores por cada niño. Por ejemplo, ¿cuántos niños están siendo atendidos en cada lugar? ¿Hay suficientes adultos para garantizar que los niños tengan supervisión y vigilancia constante dentro del espacio?
La edad de los niños también es un factor ya que por ejemplo, las guarderías no deberían tener demasiados bebés ni estar masificadas, debido a que los bebés y los niños pequeños necesitan ser alimentados y requieren más atención en comparación con los niños mayores.
Visitas previas y señales de alerta
Antes de inscribir o confiar un menor a una guardería, se recomienda a los padres que visiten previamente el espacio de cuidado infantil para observar si el lugar cumple con los protocolos de seguridad y/o si los padres tienen alguna inquietud en cuanto a la seguridad. Por ejemplo, una señal de alerta en una guardería es observar todas las sillas altas para niños pequeños colocadas frente al televisor, ya que esto representa un riesgo para el desarrollo y la seguridad de los niños de esa edad.
Los padres que estén considerando guarderías privadas y comerciales deben saber que estos centros deben cumplir con criterios específicos para calificar para una licencia. Los padres pueden consultar en su ciudad y estado para ver qué normas se aplican en su área.
Por otro lado, los padres que consideren a un familiar o conocido como cuidador en un hogar, deben asegurarse de que se trate de alguien que tenga experiencia previa en la crianza de niños. Los candidatos más calificados tienden a ser personas mayores, que han demostrado que pueden supervisar y cuidar a un menor de manera segura.
Si se trata de una persona joven, debe ser alguien que haya tenido experiencia en el cuidado de niños, tal vez en una guardería, en un entorno escolar o incluso en un entorno familiar. Por ejemplo, podrían haber ayudado en casa con varios hermanos menores y/o tener alguna educación que incluya el desarrollo infantil. Los padres también deben tener en cuenta hasta qué punto estos candidatos tienen preparación en primeros auxilios y están familiarizados con los conceptos básicos de primeros auxilios para niños.
Adaptación y bienestar del niño
Es importante que los padres tengan una pequeña charla con el niño pequeño, antes de dejarlo en la guardería, explicándole que mamá y papá tienen que ir a trabajar y que él/ella deberá ir a un nuevo lugar por unas horas, donde conocerán nuevos amigos – hasta que mamá y papá regresen a recogerlos en la tarde. Un consejo muy importante para los padres: ser puntuales con los horarios de recogida, ya que los niños muchas veces temen ser abandonados y no ser recogidos en la guardería, lo que les causa mucha ansiedad y trauma.
Como padres, nuestra percepción de que el lugar sea afectuoso y acogedor es fundamental para que el menor se adapte a la guardería, hasta el punto de que algunos menores no quisieran irse al final del día. Los padres deben reconocer esto como algo bueno, porque significa que el familiar o los trabajadores han cuidado tan bien al niño que el menor los extrañará.
Cuando los niños tienen dificultades para adaptarse a la guardería, es importante que escuchemos por qué no les gusta, si son lo suficientemente verbales como para comunicarse. En un entorno razonablemente bueno, los niños se adaptan y dejan de resistirse a ir a la guardería, incluso si se resisten al principio. Pero cualquier niño que desarrolle una aversión en algún momento podría haber experimentado un problema o una experiencia traumática en el lugar, como acoso, violencia física o verbal y otras formas de negligencia. Es importante averiguar por qué tu hijo estaba bien y, de repente, ya no quiere ir a la guardería.