En el Día de los Veteranos, recordemos a los deportados
El Día de los Veteranos evoca el patriotismo de los millones de hombres y mujeres que han defendido los ideales de este país a costa de grandes sacrificios.
Hollywood nos ha mostrado las hazañas en los campos de batalla. A través de los medios de comunicación nos hemos enterado de las tragedias de muerte, desamparo, alcoholismo y drogadicción que enfrentan muchos de estos veteranos al regresar al país.
Lo que muchos no saben es la historia de los veteranos que han sido deportados.
Ese es el caso de Héctor Barajas, quien llegó a Estados Unidos junto a su familia cuando era niño. Después de graduarse de la escuela secundaria, en 1995 se unió a las Fuerzas Armadas. Llegó a Fort Bragg y se ofreció como voluntario para la Escuela Aerotransportada, sirviendo en la 82ª División Aerotransportada de 1996 a 1999. Se volvió a enlistar y sirvió al Ejército hasta su baja honorable en 2001.
Barajas quien era residente permanente, se metió en problemas con la justicia y fue deportado en 2004 después de cumplir una sentencia de dos años de prisión en el estado de California. Regresó a Estados Unidos ese mismo año y formó una familia, pero fue deportado nuevamente en 2009 por una infracción de tránsito.
Barajas prácticamente nunca había estado en México, ya que fue traído a Estados Unidos cuando era un niño. Primero estuvo en Zacatecas y más tarde se instaló en la frontera, donde encontró empleo cuidando ancianos.
En 2013 Barajas fundó la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados en Tijuana, mejor conocida como “El Bunker”, donde trabajó para brindar apoyo a veteranos deportados como él.
En el 2017 el entonces gobernador de California, Jerry Brown, le concedió un indulto total. Regresó a Estados Unidos y se convirtió en ciudadano estadounidense el 13 de abril de 2018.
Actualmente trabaja como guardia de seguridad en una empresa de San Diego, California.
Un número indeterminado de veteranos enfrenta la deportación
De acuerdo con un artículo de Army Times, publicado en 2018, hasta 11.800 personas que actualmente sirven en las fuerzas armadas de Estados Unidos tienen un cónyuge o familiar que enfrenta la deportación, anunció el viernes un grupo nacional de defensa de la inmigración.
“American Families United, (AFU por sus siglas en inglés) un grupo de defensa de la inmigración sin fines de lucro calculó la estimación utilizando las estadísticas del Censo de EE.UU. de 2011, que encontró que el 6.3 por ciento de los 129 millones de estadounidenses casados están casados con cónyuges nacidos en el extranjero. El Pew Research Center descubrió que uno de cada cuatro de esos cónyuges nacidos en el extranjero está en el país ilegalmente. Alrededor del 75 por ciento de esa población proviene de países como México, donde si entraron ilegalmente, tienen más dificultades para obtener un estatus legal, a diferencia de una persona de Europa que podría haberse quedado más tiempo del permitido por una visa, dijo el presidente de American Families United”.
Si bien puede que esas cifras no sean exactas, las AFU generaron la estimación militar para “crear conciencia y hacer que algunos de estos legisladores que dicen apoyar a los militares realmente actúen en consecuencia” y reconozcan que este es un problema militar más grande de lo que se pensaba, dijo Nancy Kuznetsov, enlace militar del grupo.
Indultados
Barajas, quien cumplió dos años en prisión, dijo que lamentaba sus acciones, pero que “no era menos estadounidense debido a los errores que he cometido”.
Se estima que hay cientos, tal vez miles, de veteranos que han sido deportados de Estados Unidos.
El veterano de la Marina Marco Chávez fue indultado por Brown por crueldad hacia los animales y se le permitió regresar a Estados Unidos desde México en diciembre de 2018.
El Bunker sigue operando en Tijuana Baja California y aunque los costos de operación obligaron a cerrar la oficina físicamente, continúa ayudando a los veteranos que son deportados, dijo Barajas, durante una entrevista con La Red Hispana.
“Mucha gente no sabe que personas que no son ciudadanas pueden servir en el ejército, y de hecho, en tiempos de guerra, cuando hay reclutamientos masivos, pueden reclutar a personas que no están legalmente en Estados Unidos”.
¿Hay muchos veteranos deportados en México o en otras partes?
Sí, la mayoría de los veteranos deportados son mexicanos, y ahorita tenemos en nuestra base de datos a más de 400 en más de 50 países, pero no sabemos exactamente las exactas cifras porque el gobierno no los tiene. Lo más triste es que en vida no podemos regresar al país, pro cuando muere un veterano en el extranjero, se le rinden los honores y féretro es cubierto con la bandera. El mensaje es que solo muertos podemos regresar, y eso es lamentable.
Regresó a tiempo para cuidar a su madre
Raúl Calix tiene 67 años. Es originario de Honduras y junto a su familia llegó a Estados Unidos en la década de los sesenta. Sn enlistó en los Marines en los ochenta y fue deportado en el 2005. Duró casi 20 años fuera de Estados Unidos.
A través de Héctor Barajas y de la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados en Tijuana logró regresar a Estados Unidos, gracias a que un grupo de abogados le ayudaron a conseguir un “Parole” o perdón por un año.
“Cuando me enlisté yo tenía mi mica y quería servir a este país que me ha dado tanto a mi y a mi familia”.
Calix fue dado de baja honorablemente y tiempo después tuvo un problema con la justicia al ser encontrado culpable de fraude al seguro, así que fue enviado a prisión.
Aunque apeló la sentencia durante dos años, al final perdió, por lo que, al cumplir su sentencia de seis años, fue deportado en el 2005.
Calix viajó a Honduras para visitar a familiares que no había visto en toda su vida y después decidió mudarse a Baja California para estar cerca de su esposa y sus cuatro hijas.
En el 2023 logró obtener un parole para regresar a Estados Unidos.
Llegó a tiempo para ver con vida a su hermana quien murió de cáncer.
Actualmente Calix cuida de su madre de 88 años y disfruta de sus 12 nietos. “Estar separado de mi familia fue lo peor que me ha pasado en la vida”.