Emociones al límite: ¿De qué se trata este padecimiento y cómo se presenta?
El trastorno borderline es de los menos conocido y nombrados, pero afecta a gran cantidad de personas, desde adolescentes hasta adultos, provocando un gran sufrimiento a la persona que lo padece y a los que conviven con él. Además puede presentarse de modos diferentes dependiendo de la personalidad de la persona afectada, lo cual dificulta el diagnóstico y por consecuente su correcto tratamiento.
Tal como indica su nombre el trastorno límite de la personalidad está encuadrado dentro de los trastornos de personalidad, y también se le denomina trastorno fronterizo de la personalidad o borderline; este término puede llevar a cierta confusión, pues también se usa para designar un determinado grado de inteligencia. La inteligencia borderline se corresponde con la puntuación intermedia obtenida en las pruebas de inteligencia, resultando inferior a la normal sin llegar al retraso mental.
Es importante no confundirlo, ya que en el trastorno límite de la personalidad no se ve afectada la inteligencia, a diferencia de otras áreas como la emocional o el control de los impulsos. Se presenta con mayor frecuencia en la población femenina. La edad de inicio es temprana, normalmente antes de la adolescencia. Aunque a veces tiene un origen genético, en la mayoría de los casos responde a un ambiente familiar desestructurado o por abusos.
Según clasificaciones psiquiátricas, un paciente borderline presenta los siguientes patrones:
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Dificultad para manejar las emociones y el pensamiento.
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Impulsividad y conductas temerarias (conducción, sexo, drogas, comidas, etc)
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Relaciones interpersonales inestables.
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Reacciones desproporcionadas, con profunda depresión, intensa ansiedad, irritabilidad o cólera frente al abandona de otras personas o incluso la anticipación imaginaria de ese abandono.
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Imagen de sí mismo distorsionada e inestable, que los lleva a cambios rápidos y profundos en lo que piensan de sí mismos, sus opiniones, valores, etc.
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Ideas y conductas frecuentes de suicidio y autolesiones con cuchillas, rascado, etc.
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Intensa inestabilidad en su estado de ánimo que puede cambiar de un extremo a otro en pocas horas.
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Sentimientos crónicos de vacío y aburrimiento con la sensación de no encontrar su lugar en el mundo.
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Ira inapropiada e intensa con dificultades para controlarla.
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Es muy frecuente que estos pacientes sufran de alcoholismo, adicción a cocaína, depresión mayor, bulimia nerviosa. Puede ser complejo de distinguirlos de los pacientes con trastorno bipolar.
La convivencia con una persona con trastorno límite de la personalidad es muy difícil; de ahí las constantes rupturas de relaciones de pareja, donde la otra parte “no aguanta más” la situación, que puede llegar a ser “asfixiante”. A esto se le van a añadir problemas en el rendimiento y en las relaciones de trabajo, lo que puede poner en riesgo la economía de quien sufre este trastorno.
¿Cómo se trata?
Pues bien, el tratamiento de un paciente con trastorno borderline es complejo. La psicoterapia es fundamental, con buenos resultados en la terapia dinámica, la interpersonal, la cognitivo conductual. Es de suma importancia que el terapeuta cuente con una importante tolerancia a la frustración ya que estos pacientes requieren un esfuerzo mantenido e intenso. La terapia puede ser individual o bien grupal.
Con frecuencia es indispensable sumar a la familia en el tratamiento e incluso realizar una terapia familiar.
Es muy difícil para quien lo padece sufrir este trastorno y relacionarse con conocidos e incluso generar nuevas relaciones. Si conoces a alguna persona con este trastorno o sospechas que lo puede estar padeciendo, bríndale ayuda y entiende que sus conductas no son con malas intenciones sino más bien ocasionadas por su trastorno. Ofrécele todo el apoyo emocional que esté a tu alcance y si sospechas que puede llegar a cometer un daño hacia su persona, habla con su familia o con un profesional para ayudarlo.