Mitos y realidades de la píldora anticonceptiva
Por Factchequeado
Si sólo tienes unos segundos, lee estas líneas:
- Algunos mitos sobre las píldoras anticonceptivas pueden generar dudas e inseguridades en quienes las utilizan o se plantean usarlas.
- No hay evidencias científicas de que la píldora afecte a la fertilidad, según los expertos. Lo que influye en la mayor o menor posibilidad de quedarse embarazada es el paso de los años.
- Tampoco es cierto que prevenga enfermedades de transmisión sexual, según varios expertos y organismos de salud. Por ello, la Oficina para la Salud de la Mujer aconseja usar preservativos al mantener relaciones sexuales.
Las píldoras anticonceptivas hormonales son uno de los métodos anticonceptivos más comunes en Estados Unidos, según los CDC, encargados del control de enfermedades. Circulan múltiples mitos sobre estas pastillas, como que afectan a la fertilidad o que protegen de las enfermedades de transmisión sexual. Te explicamos por qué no debes creer estos mitos y qué sabemos sobre si la píldora incide o no en el riesgo de sufrir cáncer.
No, la píldora no afecta a la fertilidad
La preocupación de que los métodos anticonceptivos puedan afectar la fertilidad futura influye en las decisiones reproductivas de algunas personas, llevándolas a optar por métodos menos efectivos o, incluso, a evitar el uso de anticonceptivos por completo, según indica un estudio publicado en la revista Contraception: X en 2023.
Una de las preocupaciones más comunes entre quienes se plantean comenzar con la píldora es precisamente si esta afectará a su fertilidad a largo plazo. Una revisión de artículos y estudios sobre el tema, publicada en 2018 en la revista Contraception and Reproductive Medicine y en la que participaron 14,884 mujeres, concluyó que haber tomado la píldora con anterioridad no dificultaba la posibilidad de embarazo: el 83.1% de las mujeres se quedaron embarazadas en los 12 meses siguientes tras haber dejado la píldora.
Lo que influye en la mayor o menor posibilidad de quedarse embarazada es el paso de los años, según varios expertos consultados por Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.
José Luis Gómez Palomares, ginecólogo de la reproducción, explicó que este es un tema que siempre hay que tener en cuenta en la consulta en casos de mujeres en edad fértil. “Si una mujer pide anticoncepción, pero ya presenta una edad avanzada, habrá que advertirle que aplazar la maternidad puede ocasionarle problemas de fertilidad por su edad, y no por tomar la píldora”, indica Gómez.
Es decir, si una mujer toma la píldora durante muchos años, el problema no serán los supuestos efectos que el medicamento pudiera haber tenido en su sistema reproductivo, sino el transcurso del tiempo, factor que sí incide en la fertilidad.
Con respecto a si es más complicado quedarse embarazada durante los primeros meses tras abandonar el tratamiento, el experto en reproducción Carles Catllá contó a Maldita.es que a partir de los dos meses, la tasa de embarazo es la misma. “Tras dejar de tomar la píldora anticonceptiva, las opciones de quedarse embarazada son las mismas que las que tiene una mujer que no la haya tomado”, afirmó Gómez.
El Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos aseguró que es un mito que los métodos anticonceptivos afecten a la fertilidad futura. Alertó de que este tipo de contenidos “no tienen ninguna base en datos clínicos y, a menudo, son difundidos por personas que no tienen formación ni educación médica”. “Estos mitos alejan a las personas de opciones bien estudiadas, clínicamente probadas, seguras y eficaces que pueden mejorar su salud y sus vidas”, señaló.
No, la píldora no protege de las enfermedades de transmisión sexual
A pesar de que se trate de un método anticonceptivo de gran eficacia, la función de la píldora se limita a eso, impedir o dificultar el embarazo, pero no está de ninguna manera relacionada con la protección frente al contagio de cualquier enfermedad de transmisión sexual (ETS), como la clamidia, el herpes genital, la gonorrea, el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y con ello el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), el virus del papiloma humano (VPH) o la sífilis.
“Las píldoras anticonceptivas, los DIU y otros métodos hormonales no previenen las ETS”, afirmó la Oficina para la Salud de la Mujer. El intercambio de fluidos corporales a través del contacto sexual sin utilizar ningún tipo de barrera protectora es el responsable de la propagación de estas infecciones. Es posible, además, que las personas que las padezcan no presenten síntomas y no sepan que las tienen. Aun así, pueden estar afectadas o ser transmisoras.
Si eliges este método anticonceptivo, la Oficina para la Salud de la Mujer te aconseja usar preservativos al mantener relaciones sexuales para protegerte frente a este tipo de infecciones.
No hay pruebas a largo plazo de que tomar la píldora engorde
Algunas mujeres se echan atrás a la hora de comenzar un tratamiento de anticonceptivos hormonales orales por si engordan. Sin embargo, aunque muchas mujeres dicen sentirse más hinchadas o haber engordado a causa de esta, ningún estudio ha conseguido, hasta la fecha, establecer una relación causa-efecto entre la píldora y el aumento de peso a largo plazo.
Algunos estudios concluyen que parece “muy poco probable” que los anticonceptivos hormonales provoquen un aumento de peso importante. Puede ocurrir que, durante las primeras semanas o meses y debido al cambio hormonal que supone comenzar el tratamiento, el cuerpo retenga más líquidos, pero no grasa. Además, este efecto secundario debería cesar, como muy tarde, al tercer mes, según contaron varios expertos a Maldita.es, medio cofundador de Factchequeado.
La ginecóloga Cristina Ros contó a Maldita.es que es una desinformación que la píldora engorde. “Aunque depende mucho de la progesterona que se use y de la persona, lo que puede ocurrir es que haya un aumento del tejido mamario y una redistribución de la grasa: al tomar una hormona ‘antimasculina’, es posible que se tenga menos cintura y más cadera”. Esto significa que la grasa se redistribuye, pero no aumenta.
Por otro lado, según la opinión de los autores de un estudio publicado en la revista Nature, los cambios hormonales también podrían incidir en el apetito. Si esto es así, al aumentar la ingesta de calorías diaria, podría aumentar también el peso, pero esta no es una consecuencia directa de la píldora, sino de la cantidad de comida que tomamos diariamente. En este caso, también podemos consultar con el ginecólogo la posibilidad de cambiar el tratamiento.
“Si alguien achaca su aumento de peso a la píldora, por cualquier motivo, puede cambiar a una progesterona más diurética o antiandrogénica. Hay suficiente variedad como para encontrar la pastilla más adecuada para cada paciente”, indicó Ros.
La píldora y el riesgo de cáncer: varía para cada tipo de cáncer
La respuesta a la pregunta de si la píldora incide o no en el riesgo de sufrir cáncer es compleja ya que, por el momento, no hay estudios que puedan negar o afirmar de manera rotunda y contundente si la probabilidad es mayor, menor, de qué depende o en qué tipos de cáncer podría incidir.
De hecho, según el Instituto Nacional del Cáncer (NIH, por sus siglas en inglés), los datos procedentes de estudios poblacionales no pueden establecer definitivamente que una exposición a la píldora cause o impida el cáncer dado que, además del uso de anticonceptivos hormonales combinados, es posible que el riesgo dependa también de otros factores no contemplados en las investigaciones.
Por el momento, hay estudios que sugieren que, durante el periodo en el que una mujer toma la píldora, el riesgo de sufrir cáncer podría aumentar o disminuir en función del tipo de tumor del que hablemos, como indican los NIH. “En principio, los anticonceptivos orales previenen el cáncer de ovario y de endometrio”, explicó Catllá.
“En cambio, existe más prevalencia de cáncer de cérvix, provocado por el VPH (virus del papiloma humano): como la gente suele utilizar anticonceptivos orales en lugar de preservativo, el riesgo es mayor, al estar expuesto a un germen externo”.
El experto en contracepción Modesto Rey Novoa explicó a Maldita.es que, en conjunto, la mortalidad global por cáncer en las mujeres usuarias de este tipo de anticonceptivos disminuye. “Por ejemplo, el efecto protector frente al cáncer de ovario y endometrio se prolonga, incluso, más allá del tiempo de su uso, dependiendo también del tiempo durante el que se hayan estado utilizando: a más años, más protección”, afirmó. También señaló que se ha producido una disminución del cáncer de colon.
La mayor controversia sobre el efecto de los anticonceptivos hormonales reside en casos de cáncer de mama. Hay estudios que muestran que el riesgo de este tipo de tumores es mayor entre aquellas mujeres que siguen (o han finalizado recientemente) el tratamiento anticonceptivo y que la probabilidad aumentaría cuanto mayor durase el mismo. Sin embargo, y según apuntan los investigadores de este estudio publicado en The New England Journal of Medicine, el incremento absoluto del riesgo es pequeño.
“Las investigaciones que sugieren que la probabilidad de cáncer de mama aumenta durante el periodo en el que se sigue el tratamiento concluyen que desaparece con el cese de su uso”, explicó Rey. Esto indica que, probablemente, “se trate de un efecto promotor y no inductor del cáncer de mama”. Es decir, los anticonceptivos actuarían sobre el posible cáncer existente, promoviendo su crecimiento pero al cesar, la tasa sería similar a las mujeres que no los han utilizado.
Si quieres conocer todos los detalles sobre cómo podría o no influir la píldora en los distintos tipos de cáncer y lo que se sabe acerca de cada uno de los casos, puedes consultar esta publicación del Instituto Nacional del Cáncer.
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