“Lunes sin carne” en escuelas públicas para mejorar la salud y el medio ambiente
En los últimos años la concientización acerca del cambio climático y cómo este influye al bienestar de la humanidad ha ganado terreno y provocado una ola de cambios muy positivos y comprometidos en el mundo.
Pues Nueva York no se queda atrás y resulta ser la pionera de un proyecto muy atractivo que busca generar un gran impacto en la salud de sus ciudadanos más pequeños.
Es que recientemente se ha lanzado una propuesta para que todas las escuelas públicas de Nueva York dediquen un día a la semana a servir desayuno y almuerzo vegetariano para ofrecer comidas más saludables a su 1.1 millón de estudiantes.
“Reduciendo las carnes un poco mejorará la salud de los neoyorquinos y reducirá los gases de efecto invernadero”
Dice el alcalde.
La iniciativa, ya nombrada y reconocida como “Meatless Mondays” (Lunes sin carne) se llevará a todas las escuelas tras la implementación de un programa piloto que se llevó a cabo la primavera del 2018 en 15 escuelas del distrito de Brooklyn, y que luego se expandió a otros centros educativos para poder conocer la reacción de los estudiantes.
“Reduciendo las carnes un poco mejorará la salud de los neoyorquinos y reducirá los gases de efecto invernadero”
Anunció el alcalde durante un acto con el director del Departamento de Educación, Richard Carranza, de origen mexicano, y el presidente del distrito de Brooklyn, Eric Adams.
“Meatless Mondays”, nace en los Estados Unidos como un movimiento nacional en búsqueda de reducir el consumo de carne, centrado en opciones de comidas saludables y amigas del medioambiente.
“Nuestros 1.1 millón de estudiantes está tomando el siguiente paso hacia vidas más saludables y sostenibles”
Afirmó Richard Carranza
¿Cómo afecta el consumo de carne a los gases de efecto invernadero?
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Hay una relación directa entre el cambio climático y la cría de animales intensiva para producir carne. El 15% del metano que se emite a la atmósfera es producido por los animales. Ya sea por su proceso de digestión, debido a su hábito rumiante, o bien por la producción de estiércol.
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La huella de carbono que implica el transporte y procesamiento de la carne.
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Los pastos necesarios para mantener el ganado actual suponen un 26% de las tierras (sin contar con los polos helados) del mundo. Un 26% menos de bosque a nivel mundial.
Pues no se trata de dejar de comer para siempre la carne, sino de reducir su consumo para que el impacto a nivel mundial sea menor. Enhorabuena la iniciativa neoyorquina que incentiva a bajar su consumo y trasladar estos buenos hábitos de la escuela a los hogares.