De indocumentado a abogado y director de los servicios legales de CHIRLA
A los 8 años Luis Alberto se encontraba cruzando la frontera hacia los Estados Unidos junto a su madre y tres hermanos camino a encontrarse con su padre quien llevaba para entonces 3 años viviendo en el país. Desde muy pequeño, este joven oriundo de Jalisco, Guadalajara conoció la vida del migrante y tal vez por ese motivo hoy se convirtió en el profesional dedicado a su comunidad y a la lucha de los derechos en los Estados Unidos.
Obstáculos en la familia de Luis Alberto
Su padre sacó adelante a la familia trabajando arduamente en la construcción, mientras su madre cuidaba de los niños. Sin embargo el esfuerzo de esta familia migrante se vio perjudicado cuando, con el objetivo de acceder a un asilo político, la familia fue víctima de un fraude, y en 2007 recibieron una orden de deportación.
Luis recuerda que tal escenario se presentó en el momento en que surgía la oportunidad de ir a la universidad y se le estaba por expirar su permiso de trabajo. Las dudas e incertidumbres afloraron y bajo tanta presión el joven mexicano tuvo que decidir si quedarse y luchar por su sueños o irse del país. Definitivamente ir por más fue su elección, y Luis Alberto se quedó, pues se sentía protegido por ser un estudiante universitario.
Sus primeros paso en la universidad
Rápidamente el joven universitario se involucró en las actividades estudiantiles con el fin de brindar ayuda pero también asesorarse y organizarse como indocumentado y no cometer errores que pudieran perjudicar su continuidad en el país.
Pagó su carrera con becas y trabajando en la construcción de viernes a domingo. Con esfuerzo y sacrificio, Luis Alberto fue recaudando el dinero necesario para pagar sus estudios y acceder a becas estudiantiles que le permitieran seguir formándose.
En la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), fue uno de los cofundadores del grupo IDEAS, la voz oficial sobre los temas de los estudiantes indocumentados en el campus de UCLA, y de los que escribió y compartió las reglas.
Para el año 2005, se graduó de Ciencias Políticas en UCLA, y para aquel entonces estaba muy conectado con políticos debido a su trabajo como voluntario, pero también con sus maestros.
“Eso me hacía sentirme protegido. Si algo me pasaba, ya tenía quien me apoyara”
Recuerda el Luis
Una segunda carrera, una segunda oportunidad
Académico y dedicado a su crecimiento profesional, Luis Alberto siguió estudiando y en 2006 fue aceptado por segunda vez en la UCLA para estudiar leyes, sin embargo recién un año después del ingreso pudo comenzar la carrera pues necesitaba recaudar los fondos necesarios para pagar sus estudios.
“En esa época no existía el California Dream, la ley de California que permite que los estudiantes indocumentados puedan recibir ayuda financiera”
Recuerda el joven
Finalmente en 2007 comenzó sus estudios en la escuela de leyes de la UCLA, convirtiéndose en el primer indocumentado en ser admitido por esta escuela, y el primero bajo la ley AB540 creada, la cual permite que los alumnos sin papeles paguen las mismas colegiaturas que los residentes permanentes.
En 2010 se graduó y 2 años más tarde pasó el examen de la Barra de Abogados. Pero lamentablemente con 2 títulos universitarios, el joven mexicano no podía tener acceso a una licencia porque por aquellos años los indocumentados no eran aprobados para ejercer su profesión.
Sus primeros pasos como abogado
El 5 de Octubre de 2013, el gobernador Jerry Brown firmó una ley que impactó de manera directa en la Barra de Abogados, que ahora no podían excluir a nadie de la admisión a causa de su estatus indocumentado.
En 2012 llegó a CHIRLA y puso en marcha la clínica de DACA y Ciudadanía, además de dedicarse a las peticiones familiares la visa U, VAWA y creando la Unidad de Deportación para ayudar a los detenidos.
En 2018, luego de mucho esfuerzo Luis Alberto accedió a su permiso de trabajo y se convirtió en empleado de CHIRLA y director de la Unidad de Servicios Legales que tiene a su cargo a 45 personas.
Actualmente se encuentra trabajando para CHIRLA bajo un nuevo contrato con el estado de California destinado a encabezar la célula de servicios legales a los colegios comunitarios.
Ecos del pasado se resuelven en la vida del joven abogado
Luis Alberto finalmente logró hacerse residente gracias a una petición familiar, pero primero tuvo que lograr que su caso se reabriera en la corte para eliminar la orden de deportación. Su caso fue aprobado en 2018, pero fue en el verano del corriente año que le llegó por fin, la tarjeta de residente. Sus logros, estudios, dedicación, no tener un récord criminal y ser considerado un inmigrante ejemplar fueron los pilares principales para que el joven abogado de 38 años hoy pueda gozar de su estatus legal y ejercer de manera profesional el ejercicios de la abogacía.