5 experiencias en la infancia que ayudan a generar una vida llena de propósito
El propósito en la vida te permite vivir experiencias gratificantes y llenas de aprendizaje, y lograr enseñarle eso a tu hijo o hija desde pequeño le permitirá crecer y atravesar los diferentes momentos de la vida de manera saludable para sus emociones.
No es necesario ser adulto para tener un propósito, de hecho cuanto antes se tenga y se conozca, mejor es para la vida del niño. Así que enseñarle a tener un objetivo según el momento de la vida lo requiera, le brindará una herramienta sumamente valiosa al niño para construir poco a poco su propio camino.
La investigación sugiere que algunos de los fundamentos del propósito pueden construirse en la primera infancia. Las experiencias positivas o negativas que tienen los niños pueden jugar un papel importante en su crecimiento para tener un sentido de propósito.
A continuación te contamos acerca de 5 experiencias en la infancia que afectan (ya sea de manera positiva o bien negativa) el desarrollo emocional de tu hijo para ir en búsqueda sus propios objetivos:
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Adversidad
Si bien existen algunas investigaciones que sugieren que ciertas adversidades en la infancia pueden generar experiencias negativas en la vida adulta del niño, también dependerá del individuo y de su entorno para sacar de esto algo valioso o algo totalmente negativo. Por ello es importante enseñarles desde pequeños a nuestros hijos que las metas y los objetivos no siempre se alcanzan. Los obstáculos siempre estarán allí, a veces más a veces menos, a veces mas duros a veces mas livianos…
“Para algunas personas, sin embargo, los momentos difíciles en la infancia terminan inspirándolos a seguir un llamado en particular, como cuidar a los niños o eliminar la pobreza. Algunos individuos pueden obtener una mayor claridad en la dirección de su vida si reflexionan sobre estos eventos adversos que ellos mismos han atravesado”
Explican el psicólogo Patrick Hill y sus colegas.
Basados en un estudio realizado a 3,800 adultos que habían experimentado distintas adversidades, incluidas experiencias de abuso emocional, abuso físico, desventajas socioeconómicas, desventajas en la estructura familiar (por ejemplo, padres que se divorciaron o muerte), y desventaja para la salud (por ejemplo, mala salud física o emocional temprana.
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Conflicto
Los conflictos entre padres e hijos puede afectar al sentido de propósito en los más pequeños, ya sea al corto o al largo plazo. Pues otro estudio realizado por Hill, que involucró a más de 1,000 niños de entre seis y doce años, y sus madres y padres, consistió en seguir a estas familias hasta que los niños llegaran a los veinte años. Una vez en la escuela primaria, niños y padres, completaron cuestionarios sobre la cantidad de conflictos, enojo y diversión que tenían en su relación padre-hijo. Como adultos tempranos, los niños también completaron cuestionarios para medir su propósito, satisfacción con la vida y estrés.
¿A qué conclusión pudieron llegar?… Los niños que tuvieron más conflictos tempranos con sus madres, basados en sus propias opiniones, no en los de sus padres, tuvieron un menor sentido de propósito en la adultez temprana, sin importar cuán estresados y satisfechos estuvieran con el momento actual de su vida.
Pues con esta investigación, Hill y sus colegas pudieron concluir que, los conflictos frecuentes agotan la energía y el entusiasmo del niño y, a su vez, la posibilidad de vivir un estilo de vida activo y comprometido, siendo estas últimas dos herramientas fundamentales para la búsqueda de objetivos y metas personales.
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Apego y separación
La relación padre e hijo es fundamental para la vida del niño y su posterior crecimiento, y básicamente está totalmente relacionado con el apego y la separación. Según cómo interactúen en su infancia con sus padres, su adultez tendrá un sentido de propósito positivo o negativo, o bien digamos hecho a medida de cada vínculo madre/padre/hijo.
El apego se refiere al vínculo entre un niño y sus cuidadores y sus bases son la calidez y la capacidad de respuesta (Por ej: que el niño/adolescente recurra a sus padres para hablar o resolver algo que lo preocupa y no sabe cómo afrontar, pidiendo consejo, contención, asesoramiento en el adulto para afrontar tal adversidad). Y en el caso de la separación, hace referencia al proceso de desarrollo de la identidad en el que emerge un sentido independiente y maduro de sí mismo durante la adolescencia y la edad adulta temprana. (Por ej: necesitar de un entorno social para no sentirse en soledad, vacío, sin compañía).
Pues comprender estos dos procesos es fundamental porque según como uno eduque a sus hijos impactará de manera distinta en sus vidas. El apego es necesario y constructivo en la vida de los pequeños, pues le permite contar con alguien a quién recurrir ante una situación de adversidad. Pedir ayuda está bien, y a la larga le permite al niño ir construyendo su propia personalidad para que la separación emocional de sus padres sea de manera natural y no traumática y dependiente.
Según Hill y sus colegas, “Tener un sentido de propósito podría ayudar a los adultos emergentes con el proceso de definirse a sí mismos mientras mantienen relaciones de adaptación con sus figuras paternas”.
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Naturaleza
Los investigadores Riichiro Ishida y Masahiko Okada reclutaron a casi 70 estudiantes universitarios en Japón que tenían entre 18 y 35 años de edad. Los participantes completaron cuestionarios sobre su propósito y sus primeras experiencias en la vida y la juventud, incluidas preguntas relacionadas con la naturaleza como “¿Recuerdas haber tenido sentimientos asociados con la belleza de la naturaleza?”
Los investigadores descubrieron que los estudiantes más intencionados tendían a tener recuerdos más fuertes de la belleza de la naturaleza durante la primera infancia y la adolescencia temprana.
La apreciación de la naturaleza es un valor que ha de ser enseñado de pequeño, pero no sólo para la positiva construcción de la personalidad de nuestros hijos sino también porque es la naturaleza quien lo acoge y se convierte en su hogar a lo largo de toda su vida. Cuidarla, respetarla y tomar perspectiva de dónde estamos en el Universo le brindará al niño/adolescente humildad necesaria para construir su propio camino.
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Exposición a diversas actividades
Que desde pequeños los niños participen de diferentes actividades les permitirá al corto y largo plazo encontrar más de un propósito en su vida, y que seguramente será productivo y valioso no sólo para ellos sino también para la comunidad o su propio entorno social.
Por ejemplo, una joven de 18 años participante de un estudio realizado por Kendall Cotton Bronk, compartió que su interés por la investigación del cáncer surgió a la edad de cinco años luego de una experiencia vivida con la American Cancer Society, cuando se ofreció como voluntaria para un evento de recaudación de fondos que vendía narcisos en el centro comercial.
Así pues, los niños pequeños pueden no reconocer de inmediato que una determinada actividad es muy importante para ellos, y es por eso que como padres permitirles experimentar en diversas áreas (deportes, talleres, voluntariados) es fundamental para que puedan descubrir aquellos aspectos que lo apasionen y se conviertan en un motor, en un propósito, en un proyecto en sus vidas. Su compromiso podrá crecer gradualmente a lo largo de la participación en la actividad, a medida que vaya descubriendo sus fortalezas y las formas en que pueda contribuir al mundo.
En conjunto, todos estos hallazgos indican que hay una gran variedad de experiencias en la primera infancia que pueden determinar cómo los adolescentes y adultos desarrollan un sentido de propósito. Los recursos personales tempranos, como la buena salud, las conexiones sociales sólidas y la participación positiva en las actividades y el mundo natural, tienden a ayudar a los niños a desarrollar metas de vida significativas.
“Criando niños valientes y cariñosos” es una iniciativa del Greater Good Science Center para ayudar a cerrar la brecha entre la investigación y la vida cotidiana de los padres, brindando herramientas para la crianza de niños que tratan a los demás con compasión y respeto.