¿Qué tipo de apoyo necesitan las mamás?
En lugar de juicio y expectativas inalcanzables, lo que las mamás necesitan es amor y cuidado de sus amistades, parejas y entre ellas mismas.
Cuando me preguntan: «cómo estás?», mi reacción es simplemente decir: «bien». Pero, recuerdo que hace un par de años me detuvieron en seco, cuando una persona conocida hizo una pausa después de mi respuesta automática y me preguntó de nuevo: «querida, ¿cómo estás realmente?» Ella pudo ver a través de mi respuesta apresurada y se preocupó lo suficiente como para no dejar pasar el momento y mostrarme amabilidad.
Yo no estaba del todo bien. Me sentía abrumada por un desafío cotidiano de crianza que me dejó inestable. Quizá se dio cuenta porque ella también es madre y recordaba un sentimiento similar en su propia vida. Con una simple pregunta, me mostró que mi bienestar era importante para ella. Mientras estaba desconcertada e insegura de mí misma y trataba de averiguar qué decir, me sentí cómoda con su invitación a ser real. Fue un recordatorio de mi propio bienestar, una prioridad a menudo olvidada cuando somos madres.
«Es mi más sincero deseo que las mujeres prioricen, y reciban regularmente, el amor y el cuidado que se asocian con el término maternidad«, escribió la investigadora Suniya Luthar hace casi 10 años. Su llamado a la acción para «maternar a las madres» no es menos urgente hoy en día.
Según la reciente encuesta «Parenting in America Today» realizada por Pew Research Center, aproximadamente dos tercios de las madres encuentran que la crianza de los hijos es más difícil de lo que pensaban que sería, y casi la mitad de las madres dicen que ser madre es agotador la mayor parte o todo el tiempo. Además, casi la mitad de las madres dicen que se sienten juzgadas por sus padres o sus suegros por la forma en que crían a sus hijos. En lugar de juicios y expectativas inalcanzables, lo que las madres necesitan es apoyo de sus amistades, parejas y comunidad. Como madres ocupadas, podemos apoyarnos mutuamente y tomar medidas para obtener la maternidad que necesitamos nosotras mismas.
Grandes expectativas en las mamás
En un estudio reciente realizado por Eva-Maria Schmidt y sus colegas, en el que analizan la investigación en los últimos 20 años sobre el tema, encontraron que nuestra sociedad tiene cinco expectativas principales sobre lo que hace a una «buena madre». Sin embargo, estas expectativas son a menudo inalcanzables y abrumadoras, además de que perpetúan las desigualdades:
- La madre actual está físicamente cerca y muy atenta a su hijo, así sabe lo que su hijo necesita y quiere.
- La madre orientada al futuro utiliza su tiempo y recursos financieros para proporcionar un ambiente enriquecedor, como alimentos saludables, actividades recreativas y oportunidades educativas estimulantes, para asegurar el desarrollo exitoso de su hijo.
- La madre trabajadora ajusta sus compromisos laborales para que no interrumpan sus responsabilidades familiares.
- La madre pública refleja al mundo que ella tiene el control de su cuerpo, su forma de crianza y su hijo.
- La madre feliz está contenta con su papel de madre y cómo está criando a su hijo.
No es de extrañar por qué la «culpa de la madre» está tan generalizada: a las madres se les pide que intenten ser todas estas cosas a la vez, y si no tienen éxito, a menudo se les pide que se esfuercen más sin apoyo. Las respuestas emocionales de las madres a las expectativas normativas conflictivas son predominantemente negativas, e incluso pueden comprometer el bienestar de las madres», explican los investigadores.
Las mamás necesitan apoyo
¿Qué ayuda a las mamás a estar bien? En un estudio de 2015, Luthar y su colega Lucía Ciciolla exploraron las claves que contribuyen al bienestar en más de 2,000 madres (en su mayoría casadas y blancas). Los hallazgos del estudio cuestionan la perspectiva de que el bienestar de las madres está impulsado principalmente por su inversión en sus hijos y su papel como madres. Más bien, existe un vínculo consistentemente fuerte entre el bienestar de las madres y su nivel de apoyo social.
Las madres que se sienten personalmente apoyadas tienden a experimentar menos ansiedad, depresión, estrés y soledad, además de sentir más plenitud y satisfacción con la vida. Estos hallazgos fueron consistentes entre las mujeres con diferentes niveles de educación (títulos de escuela secundaria o universidad).
Los investigadores encontraron que había cuatro apoyos personales especialmente importantes que nutrían a las madres:
- Aceptación incondicional: ¿te sientes visto y amado por la persona que eres?
- Comodidad confiable: cuando estás profundamente angustiado, ¿te sientes reconfortado de la manera que necesitas?
- Autenticidad en las relaciones: ¿cuánto del «yo» muestras a los demás, es tu «yo exterior» muy parecido a tu «yo interior»?
- Satisfacción de la amistad: ¿qué tan satisfecho te sientes acerca de visitar a tus amistades frecuentemente?
Además, las madres que están satisfechas con sus cónyuges o parejas tienden a sentir menos estrés y vacío, así como una mayor satisfacción con la vida. Sin embargo, aunque las relaciones con parejas y cónyuges son importantes para las madres, no son las únicas relaciones que importan. La satisfacción de las madres con sus amistades fue lo principal en todas las facetas de su bienestar en el estudio. De hecho, lo que parece más crítico es que las madres se sientan cuidadas por alguien, pareja, pariente, amiga o colega, en su vida cotidiana.
«Así como las madres contemporáneas se esfuerzan tanto por cuidar a sus hijos, deben cultivar y mantener relaciones cercanas y auténticas con amistades y familiares», explican Luthar y Ciciolla.
Cómo construir tu red de apoyo
Parece que las mamás no tienen que viajar muy lejos para nutrir una red de relaciones de apoyo. Un nuevo estudio realizado por Tuija Seppälä y sus colegas de más de 400 madres en Finlandia mostró que las madres que se conectan con otras madres en su vecindario tienden a tener un mayor bienestar. Las madres que tienen contacto frecuente y positivo entre sí sienten que pertenecen más a la comunidad y, a su vez, sienten que reciben apoyo emocional, ayuda y consejos de sus compañeras. Además, aquellas mamás que se sienten apoyadas por otras madres del vecindario se sienten más satisfechas con su vida diaria.
En su reciente libro, Platonic: How the Science of Attachment Can Help You Make—and Keep—Friends, la investigadora Marisa Franco ofrece orientación sobre formas prácticas de fomentar las amistades. Si quieres hacer amigas mamás en tu vecindario, considera estos consejos:
- Toma acción: ponte en un entorno donde las personas se reúnan regularmente, asume que estás subestimando cuánto le gustas a la gente, ábrete a las personas del grupo e invita a alguien a reunirse contigo.
- Sé vulnerable: aprovecha la oportunidad de compartir las «partes más verdaderas» de ti misma. Esto muestra confianza y cuidado hacia alguien, lo que puede invitarle a mostrarte su capacidad de amor.
- Encuentra maneras de ser generosa: comparte una comida con alguien, ofrécele apoyo para ayudarle con sus propios objetivos, pasen tiempo juntas o llévala al aeropuerto.
- Muestra amor: saluda a una amistad con afecto, hazle saber que estás pensando en ella y celebra sus buenas noticias con ella.
Por supuesto, ser madre tiene altibajos. Es importante que las mamás sepamos que no estamos solas y que estemos conectadas con otras mamás que puedan apoyarnos a levantarnos cuando estamos experimentando las partes difíciles de la crianza de los hijos.
«Toda madre que ha criado hijos desde la infancia hasta la edad adulta ha experimentado períodos de crianza menos que óptimos; este es un trabajo difícil», explicó Luthar. «Considerando esto es que sugiero que hagamos de la máxima prioridad fomentar la resiliencia de. . . madres, con esfuerzos especiales para aprovechar lo que sabemos de la investigación sobre mujeres que ayudan a otras mujeres a través de las adversidades».
Este artículo está dedicado con amor a la memoria de Suniya Luthar, Ph.D., en reconocimiento a su conocimiento y defensa del bienestar de las madres, los padres y los niños.
Escrito por Maryam Abdullah. Este artículo es original de Greater Good, la revista en línea publicada por el Greater Good Science Center de UC Berkeley.