Las rabietas y “los terribles dos” años del bebé
Por Dra. Luz Towns-Miranda
Desde que comencé mi trabajo como psicóloga he notado que los padres luchan con los llamados “Terribles Dos” – el período cuando los bebés comienzan a mostrar un comportamiento desafiante y difícil, a medida que empiezan a comprender el mundo que los rodea y a establecer un sentido de independencia. Esta etapa de desarrollo usualmente comienza alrededor de los dos años de edad, pero en ocasiones podría extenderse hasta los cuatro años.
¿Qué pasa con los niños a “los terribles dos”?
Primero aclaremos: ¡Los niños de dos años no son terribles! Simplemente aún no pueden controlar sus emociones e impulsos, y cuando se les dice “No”, se angustian intensamente.
Los niños pequeños comienzan a utilizar la poderosa palabra “NO (incluso cuando quieren decir “sí”) aproximadamente a los 18 meses. Esto no significa que comprendan completamente el significado de “NO” y que puedan obedecer cuando se les dice “NO”. Todavía no tienen el autocontrol para contenerse en situaciones demasiado tentadoras.
Veamos: Si se les dice “NO te comas esas galletas”, los niños entienden lo que se dijo pero todavía no han desarrollado el autocontrol para no comerse las galletas. La “tarea” de los infantes de dos años es tolerar muchas cosas que no pueden controlar. Hacen berrinches que a menudo incluyen patadas, gritos, golpes e incluso mordiscos. Según la psicología, aún no han desarrollado “tolerancia a la frustración”, una habilidad fundamental para una vida sana y madura.
Pero hay buenas noticias: puedes ayudar a desarrollar la tolerancia a la frustración del niño. El secreto está en ser consistente en negar a los niños aquellas cosas que no son apropiadas para ellos.
Por ejemplo, no dejaríamos que los niños jueguen con cuchillos o cerillas, ni que metan los dedos en los tomacorrientes. Pero los niños pueden caer en lo que parece ser una crisis interminable cuando se les remueve de esas circunstancias inadecuadas. Como madre y psicóloga que he trabajado con cientos de familias, les digo que no importa cuán intenso sea el berrinche, la respuesta es y debe seguir siendo “No”: todavía no pueden tener o hacer eso que no es apropiado para su edad, seguridad y bienestar.
¿Cómo manejar las rabietas?
Como padres y cuidadores debemos entender que aunque el niño se sienta mal durante el berrinche, sus sentimientos pronto pasarán. El niño comprenderá que cualquier objeto o actividad que se le está negando, no es algo que pueda tener o hacer. Si aplicamos constantemente la disciplina a la cual estamos diciendo “No”, el bebé dejará de mal comportarse y aprenderá a tolerar el “No” en la situación. Los infantes pueden tardar una semana o más en comprender y aceptar que aunque hagan lo que hagan, la realidad del “No”, no cambiará.
Los niños aprenden y eso es fantástico. En otro ejemplo, dirigí un programa de guardería terapéutica con niños autistas que tenían trastornos de conducta. Después de dos semanas de quitarles constantemente a los niños el material que no les estaba permitido, se detuvieron y adoptaron los comportamientos apropiados de la guardería. Las madres se sorprendieron de que sus hijos me hubieran escuchado. Les dije que como padres o cuidadores debemos notar cada vez que un infante realiza una conducta inadecuada y detener tal conducta repetidamente. Tras dos semanas de escuchar “No” cada vez que intentaban hacer algo que no estaba permitido, estos pequeños se dieron por vencidos y aprendieron que su conducta inadecuada iba a ser detenida sin excepción.
Dependiendo del comportamiento, la tolerancia a la frustración también se puede forjar mediante dinámicas creativas. He aquí un ejemplo:
Cuando mi sobrino Miguel era pequeño quería poner música de Baby Einstein todo el tiempo. Cada vez que viajábamos en auto insistía en escuchar su canción favorita, una y otra vez sin parar. Y yo dije “No”. Sentí que el niño aún estaba desarrollando tolerancia a la frustración y originé una dinámica en la cual nos turnábamos para tocar su canción, seguida por una canción de mi preferencia. De su rabieta inicial, el infante pasó a aceptar que tenía que esperar su turno para escuchar su canción, y finalmente, era él quien voluntariamente empezó a pedirme que pusiera mis canciones cada vez que terminaba la suya. Con el tiempo, Miguel creció y ya no necesitaba escuchar “su canción”.
¿Cómo afrontar “los terribles dos”?
Los padres, por otro lado, necesitan desarrollar tolerancia a la ansiedad para que puedan resistir la tentación de ceder rápidamente. Los padres y cuidadores tenemos la responsabilidad de implementar límites y entornos apropiados. Para ponerlo en contexto, no deben de sentirse culpables cuando su criatura llora porque le quitaron un cuchillo.
Ceder y dejar que un niño realice cualquier comportamiento inapropiado, es uno de los peores errores que un padre o cuidador puede cometer. Esto en psicología se llama “Reafirmación Intermitente” y significa que cuando los adultos no son consistentes todo el tiempo, el niño redoblará sus rabietas porque sabe que al final los adultos cederán.
Conocer y comprender las etapas de desarrollo de un niño es esencial para que los padres y cuidadores puedan brindar la mejor atención y orientación que el niño necesita en cada fase. Cuanto más tiempo y atención invirtamos en los niños cuando son pequeños, necesitaremos menos intervención cuando crezcan y se conviertan en adultos saludables.