Intimo con la Doctora Isabel: ¿Cómo afrontar la crianza de un niño difícil?
Carta de una radioescucha: Me llamo María y soy una mamá trabajadora que está pasando por momentos muy difíciles con mi hijo Juan, que tiene 8 años. Desde que era chiquito, Juanito ha mostrado un comportamiento muy complicado, y aunque yo he hecho todo lo que puedo, no sé cómo ayudarlo.
En la escuela, los maestros me dicen que Juanito no se puede concentrar, se pelea con otros niños y no hace caso a los maestros. En la casa, es igual de tremendo, desobediente y a veces hasta agresivo. Me duele mucho verlo así, porque sé que es un niño bueno, y estoy segura de que algo le está pasando pero no sé cómo ayudarlo.
Yo soy una persona sencilla, apenas terminé la primaria y trabajo duro todos los días para mantener a mi familia. No tengo muchos recursos y tampoco sé mucho de estas cosas, pero lo único que quiero es que mi hijo pueda tener una vida mejor y sea feliz. Ya no sé a quién más acudir, y es por eso que le escribo esta carta con la esperanza de que pueda orientarme o decirme a dónde ir para que nos ayuden.
No tengo dinero para llevarlo a un especialista privado, pero estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para que mi Juanito reciba la ayuda que necesita. No quiero que su futuro se arruine por algo que tal vez se pueda resolver ahora si alguien nos echa una mano.
De verdad le agradecería cualquier consejo, ayuda o información que pueda brindarnos doctora Isabel. Mi hijo es lo más importante para mí y no quiero perder la esperanza de que podamos salir adelante.
Con todo mi corazón, le doy las gracias por tomarse el tiempo de leer mi carta.
María, California.
Con el paso del tiempo, la estructura social ha dejado de ser comunitaria, y este cambio ha tenido un fuerte impacto en diversos ámbitos, especialmente en la crianza. En el pasado, la responsabilidad de criar a los hijos era compartida entre la familia nuclear y extendida, lo que hacía el proceso más llevadero. Hoy en día, muchas familias enfrentan este reto en solitario, y la falta de apoyo puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de los padres, especialmente cuando se trata de hijos con comportamientos difíciles.
El impacto de criar sin apoyo
La crianza moderna puede estar plagada de desafíos, en especial para aquellas madres y padres que no cuentan con una red de apoyo. La carga mental y las dificultades logísticas diarias pueden ser abrumadoras, lo que lleva a un agotamiento físico y emocional. Si a esto se suma el tener un hijo con altas demandas –aquellos niños que requieren más atención y cuidados–, el escenario se complica aún más.
La imagen idílica de la maternidad que a menudo se vende en la sociedad no refleja la realidad de muchas familias. Criar sin una comunidad que apoye no es solo difícil, sino que también puede ser una fuente de estrés, frustración y tristeza. Este aislamiento lleva a muchos progenitores a sentirse solos en su camino, con la constante presión de cumplir con estándares inalcanzables.
El rol del temperamento y el entorno en el comportamiento del niño
El comportamiento de un niño está influenciado por una variedad de factores, desde el temperamento innato (determinados por componentes genéticos y biológicos), hasta el ambiente que los rodea. La personalidad de los padres o cuidadores, el estilo de crianza y el estrés diario juegan un papel clave en el desarrollo del niño. Por lo tanto, es esencial comprender las causas del comportamiento difícil, antes de etiquetar a un niño como “difícil”.
Algunos niños con altas demandas pueden mostrar características como irritabilidad, sensibilidad extrema a estímulos o dificultades para mantener la atención. Es crucial descartar problemas médicos o de salud mental antes de juzgar el comportamiento del niño y, al mismo tiempo, evaluar cómo el estado físico y emocional de los padres afecta la dinámica familiar.
¿Por qué los niños muestran comportamientos difíciles?
El comportamiento difícil en los niños puede surgir por una variedad de razones, y entenderlas es fundamental para abordar estos desafíos de manera efectiva. Aquí te explico algunas de las causas más comunes:
Factores biológicos y temperamentales
Cada niño nace con un temperamento único que influye en cómo reaccionan al mundo. Algunos niños son naturalmente más sensibles, intensos o activos, lo que puede hacer que se comporten de manera que los adultos consideran difícil. Estos factores biológicos incluyen la genética, el temperamento y el desarrollo neurológico.
Desarrollo emocional y evolutivo
El comportamiento de un niño también está influenciado por su etapa de desarrollo. Los niños pequeños, por ejemplo, están aprendiendo a regular sus emociones y pueden tener dificultades para expresar lo que sienten de manera adecuada. A medida que crecen, estas habilidades emocionales y sociales se desarrollan, pero mientras tanto, pueden mostrar conductas como berrinches, impulsividad o frustración.
Ambiente familiar y estilo de crianza
El entorno en el que un niño crece tiene un gran impacto en su comportamiento. Un ambiente estresante, inconsistente o caótico puede llevar a que los niños se comporten de manera desafiante. Además, el estilo de crianza también juega un papel importante. La falta de límites claros, la disciplina inconsistente o la falta de comunicación pueden contribuir al comportamiento difícil.
Necesidades no satisfechas
Los niños, como todos los seres humanos, tienen necesidades básicas que incluyen sentirse seguros, amados, comprendidos y escuchados. Cuando estas necesidades no se satisfacen, es posible que los niños se comporten de manera difícil como una forma de expresar su malestar o intentar obtener la atención que necesitan.
Estrés y cambios en la vida
Los niños también pueden experimentar estrés, aunque de formas diferentes a los adultos. Cambios significativos en su vida, como la llegada de un hermano, un cambio de escuela, problemas en la familia o la pérdida de un ser querido, pueden desencadenar comportamientos difíciles. El estrés puede hacer que los niños se sientan inseguros, lo que puede manifestarse en irritabilidad, retraimiento o rebeldía.
Problemas de salud física o mental
Algunos comportamientos difíciles pueden estar relacionados con problemas de salud física o mental. Trastornos como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), ansiedad, depresión, o problemas sensoriales pueden hacer que un niño actúe de manera desafiante. En estos casos, es importante buscar ayuda profesional para un diagnóstico adecuado y estrategias de manejo.
Influencia de la dinámica familiar
La dinámica entre los miembros de la familia también influye en el comportamiento de un niño. Las tensiones entre los padres, la falta de comunicación, o una estructura familiar inestable pueden contribuir a la aparición de comportamientos difíciles en los niños.
Modelado de comportamientos
Los niños aprenden observando a los adultos a su alrededor. Si ven que los adultos manejan el estrés o los conflictos de manera negativa, pueden imitar esos comportamientos. Los niños también pueden aprender comportamientos difíciles de sus compañeros o de los medios de comunicación.
Falta de habilidades sociales
Algunos niños tienen dificultades para desarrollar habilidades sociales adecuadas, lo que puede llevar a comportamientos difíciles en situaciones en las que no saben cómo actuar o reaccionar. La falta de habilidades para compartir, tomar turnos, o resolver conflictos de manera pacífica puede generar problemas de comportamiento.
Estrategias para afrontar la crianza de un niño difícil
Criar a un niño con altas demandas no es una tarea fácil, pero existen estrategias que pueden hacer el proceso más manejable:
Amor incondicional
Es fundamental que los niños sientan que son amados incondicionalmente, independientemente de sus logros. Este amor les permite desarrollar una autoestima saludable y una sensación de seguridad.
Autoregulación parental
Los niños aprenden a manejar sus emociones observando a los adultos. Por eso, es importante que los padres puedan regular sus propias emociones para brindar un entorno calmado y estable que ayude al niño a hacer lo mismo.
Coherencia en el mensaje
Los niños no solo aprenden de lo que les decimos, sino de lo que observan. Es crucial que los valores que queremos transmitir sean congruentes con nuestras acciones. Ser un ejemplo es clave en la crianza.
Límites claros y coherentes
Establecer límites es vital para el desarrollo del niño. Estos deben ser claros, y las consecuencias de no respetarlos, coherentes. Los niños necesitan entender tanto el límite como las repercusiones de romperlo.
Comunicación abierta y respetuosa
Escuchar las necesidades del niño y fomentar un diálogo abierto es esencial. La comunicación no solo fortalece la relación entre padres e hijos, sino que también construye la base de una convivencia respetuosa.
Autocuidado de los padres
La crianza puede ser abrumadora, y es fundamental que los padres se dediquen tiempo a sí mismos. Tomarse un tiempo para reflexionar sobre sus propias necesidades y bienestar es esencial para poder seguir cuidando de los demás.
Buscar apoyo cuando sea necesario
Si la situación es demasiado difícil de manejar, no hay nada de malo en pedir ayuda. Existen profesionales y recursos que pueden guiar y apoyar a las familias en momentos de dificultad.
Escucha a la Doctora Isabel en su programa de psicología y salud mental, todos los jueves a las 11AM Este | 10AM Centro | 9AM Montaña | 8AM Pacífico. Respondemos GRATIS y en vivo tus preguntas a través de Facebook Live en La Red Hispana.