¿Cómo saber si mi hijo/s tiene un trastorno alimenticio?
Se obsesionan con su cuerpo, adoptan conductas raras, dejan de comer o limitan mucho el consumo de alimentos durante el día, cuentan calorías o miran las etiquetas de los envases, adelgazan, pierden fuerzas y adoptan un malestar constante con su entorno… entre otras cosas suelen manifestar los/las jóvenes con trastornos alimenticios.
Muchas veces debido a la rutina y exigencias diarias, los padres saltean estas alarmas subestimando en muchas ocasiones las conductas de sus hijos, de modo que terminan aceptando o viendo el problema una vez avanzada la enfermedad en el cuerpo y sobre todo en la mente del adolescente.
La adolescencia es una etapa de la vida donde los sentidos están a flor de piel y la crítica es altamente poderosa a la personalidad del joven, pues son muy vulnerables y suelen estar muy pendientes del ojo ajeno… pues buscan en todo momento encajar y pertenecer.
Si tienes hijos adolescentes o bien están pronto a serlo, te dejaremos una lista de conductas y comportamientos que debes prestar atención y prender la alarma si más de uno se cumple, pues tu hijo/a puede estar padeciendo un trastorno alimenticio:
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Se auto prohíben ingerir alimentos de alto contenido calórico o bien aquellos que tienen carbohidratos como los panificados, pastas, bollería, chocolates, dulces, entre otros.
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Disminución de la ingesta de líquidos o bien, opuesto, aumentan la ingesta, llegando a casos extremos donde sólo toman agua y no comen sólidos.
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Comportamientos raros en la mesa: comen de pie, cortan trozos muy pequeños de comida, son selectivos con la comida que tienen en el plato, se levantan rápido de la mesa porque están cansados o tienen que estudiar o no tienen hambre, inmediatamente después de comer realizan algún tipo de actividad física.
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Realizan mucha actividad física, incluso en su habitación suelen armar rutinas de abdominales para quemar las pocas grasas que ingieren.
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Irritabilidad y cambio de humor constante, producidas por el estrés de no comer aún teniendo mucha hambre.
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Preocupación excesiva por el peso y la talla.
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Desinterés por actividades de ocio, evaden la reuniones sociales que impliquen comer.
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Consumo intensivo de chicles sin azúcar, necesitan masticar algo que no los “haga engordar”.
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Atracones bruscos con comida chatarra.
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Comportamiento raro luego de la cena o almuerzo, en caso de bulimia buscan vomitar todo lo ingerido media hora después, así no se absorbe en el estómago.
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Mal aliento.
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Baja autoestima.
Estas son las conductas más relevantes en caso de anorexia o bulimia…si las detectas es importante que hables con tu hijo/a de manera no invasiva. No lo retes, no lo obligues a que coma, simplemente habla y busca conectar con él/ella desde el lado de la escucha y la compresión. El apoyo familiar y de sus amigos es lo que hará que salga adelante, y si su salud empeora contacta con un profesional de la salud.
No te enojes ni responsabilices a tu hijo/a por lo que está haciendo. Los adolescentes son muy vulnerables y muchas veces adoptan estos trastornos para llamar la atención o para tener el control sobre algo, pues de otro modo no pueden. Contención es lo que necesitan y amor… la calidez del hogar y de la familia son los mejores aliados ante estas enfermedades. Es mejor hacer pasos pequeños pero firmes que querer abarcar y curar la enfermedad de un día a otro.