El fenómeno de las personas sin techo es el reflejo de graves problemas sociales
Todos los días, Aracely Cauich, una inmigrante mexicana residente de Los Ángeles sigue el dicho de “hacer el bien, sin mirar a quien”. Frente a su casa muy cerca de un famoso parque de esa ciudad, a lo largo de los años se han establecido campamentos de personas sin techo.
Ella se ha acostumbrado a su presencia y sabe que necesitan ayuda. “Vienen, colocan sus casitas de campaña y tratan de sobrevivir como sea”, dice mientras saca de su garaje algunos artículos que le han donado para los desamparados.
Cauich los conoce por su nombre. Les pregunta si se han tomado sus medicinas. Si han recibido algún tipo de ayuda de las autoridades y les entrega lo que lleva. “Algunas veces agua, comida, otras veces les llevo ropa y cobijas”.
Con el paso de los años Cauich formó una organización no lucrativa llamada Hummingbird Hope L.A, con la que ayuda a las personas que lo necesitan. “Los refiero a las organizaciones que pueden prestarles servicios y al menos dos veces al mes les corto el cabello”, dice con una sonrisa.
Tal vez uno de los problemas sociales más complejos a los que se enfrenta internamente Estados Unidos, es el de las personas sintecho o desamparadas, que son personas o familias completas que por diversos motivos han perdido sus viviendas, colocándolas en una situación de vulnerabilidad increíble en un país como este.
El fenómeno es sumamente complejo porque en él confluyen numerosos problemas sociales, que van desde las enfermedades de salud mental, hasta la adicción a substancias legales e ilegales, pasando por la falta de viviendas asequibles, falta de una red social de apoyo e inseguridad en el empleo.
Todos esos factores juntos, han hecho que la crisis de los desamparados en todo el país vaya creciendo ante nuestros propios ojos sin que haya una política pública acertada que corrija este deterioro.
La celebración el pasado 3 de diciembre del “National Roof Over Your Head Day”, nos dio la oportunidad de reflexionar sobre este problema y la importancia de que la sociedad en su conjunto, en la medida de sus posibilidades, ayude a aliviar la situación. Hay quienes como Cauich, que ponen su grano de arena cortando el cabello o llevando alimentos. Otra forma de participar en la solución es presionando a nuestros representantes para que elaboren políticas públicas que funcionen.
Aspectos del fenómeno de las personas sintecho
De acuerdo con el reporte “State of Homelessness” hasta enero de 2022, 582.462 personas se encontraban sin hogar en Estados Unidos. Esto equivale aproximadamente a 18 de cada 10.000 personas. La gran mayoría (72%) eran individuos adultos, pero una parte notable (28%) eran personas que vivían en familias con niños.
La mayoría de los grupos de color tienen tasas más altas de personas sin hogar que sus homólogos blancos – y, en algunos casos, mucho más altas. Dentro del grupo de los blancos, 11 de cada 10.000 personas experimentan la falta de hogar. En el caso de los negros, esa cifra es más de cuatro veces mayor: 48 de cada 10.000 personas. Los nativos de Hawái o de las islas del Pacífico destacan especialmente por tener las tasas más altas, con 121 de cada 10.000 personas sin hogar.
El género también importa. Dentro de la población general de personas sin hogar (que incluye tanto a adultos como a niños), los hombres, que constituyen el 68% de la población individual, superan con creces a las mujeres y tienen muchas más probabilidades de experimentar el desamparo.
Mientras tanto, las mujeres (tanto las que viven como individualmente como las que viven en familias con niños) y las personas que se identifican como transgénero, no binarias también están notablemente representadas dentro de las personas sin hogar.
Campamentos para alojar a las personas sintecho
En todo Estados Unidos, en una noche determinada, el sistema de servicios para personas sin hogar proporciona alojamiento a 348.630 personas. A pesar de estos importantes esfuerzos, el 40% de las personas sin hogar viven sin cobijo, lo que significa que su principal residencia nocturna es un lugar no apto para la habitación humana (por ejemplo, una acera de la ciudad, un vehículo, un edificio abandonado o un parque). Significativamente, vivir sin techo puede repercutir en la salud y la seguridad de una persona.
Para entender la gravedad de la situación
La mejor forma de comprender la dimensión del problema de los Sintecho, es importante verlo en términos per cápita. Por ejemplo, a nivel estatal, Mississippi representa una tasa baja de personas sin hogar, con sólo 4 personas de cada 10.000 que experimentan la falta de hogar. Los californianos tienen la mayor probabilidad de carecer de vivienda, con 44 por cada 10.000 residentes. Existe una variación similar a nivel local: el condado de Humboldt (California) registra las mayores proporciones per cápita de personas sin hogar (121 de cada 10.000 personas), mientras que Dearborn (Michigan) tiene las más bajas (2 de cada 10.000 personas).
Varias ciudades importantes con elevados costes de la vivienda encabezan la lista con mayor probabilidad de personas viviendo en las calles, entre ellas San Francisco, Nueva York, Los Ángeles, Boston, Washington, D.C., Portland y Seattle.
Ante esos datos, y esta realidad, es importante que todos miremos a loa desamparados desde diferentes ópticas y seamos empáticos a la hora de cruzarnos en sus caminos. Como diría Cauich: “Has el bien, sin mirar a quien”.