Cuando busque empleo, no caiga en depresión ni sea víctima de engaños
Cuando a Ramiro González lo despidieron de su empleo como representante de ventas de una agencia de relaciones públicas sintió que el mundo se le venía encima.
“Tenía 55 años, y ya no me cocía al primer hervor”, dice con una carcajada.
La sonrisa que ilumina su cara desaparece en el momento en que empieza a contar los altibajos que vivió en los siguientes dos años, en los que experimentó todos los sentimientos, desde la esperanza de poder encontrar un nuevo empleo hasta baja autoestima, pasando por numerosas estafas y problemas económicos.
“Los expertos en finanzas nos aconsejan que tengamos un fondo de emergencia que nos ayude a pasar por una situación como esta, pero la verdad es que nunca lo tuve, así que cuando me dijeron que era mi último día en la oficina, sentí que tenía que hacer algo de emergencia”.
Los primeros días, empujado todavía por la sensación de que habían sido injustos con él y que deberían de haber recortado a otras personas que no cumplían con sus metas, buscó trabajo de manera desaforada.
“Mandé mi currículo a todos mis contactos que pensé que me podrían ayudar. Entonces me senté a esperar respuesta en mi correo electrónico”, dice este inmigrante de origen cubano.
Y se quedó esperando varios meses, porque nadie de los que pensó que lo podrían ayudar, respondió siquiera.
Los siguientes meses fueron de agonía. “La energía inicial fue desapareciendo. Dejé de arreglarme como si fuera al trabajo”, dice con una mueca de disgusto consigo mismo. “Encendía la televisión y pasaba horas viendo películas, novelas, concursos, cualquier cosa que me ayudara a no pensar todo el día en mi situación”.
Afortunadamente una de las cosas que González hizo bien fue llenar su solicitud de Seguro de Desempleo al que tenía derecho. Aunque lo que recibía cada dos semanas no era suficiente para solventar sus gastos, con ayuda de su esposa, familiares y amigos logró mantener su departamento a flote.
“Me desesperaba mucho que los potenciales empleadores ni siquiera se molestaran en responder las solicitudes que yo les enviaba”.
Poco a poco se fue creando una sensación de que probablemente no era tan bueno en su campo como siempre pensó. O que tal vez había algo en su personalidad que provocaba el rechazo de otras personas.
Julián Cervantes, psicólogo y experto en traumas laborales, asegura que eso forma parte del síndrome del desempleo. “La autoestima es una de las primeras cosas que se ven dañadas, y es muy importante que la persona haga conciencia de que lo que le está pasando no necesariamente tiene que ver con su persona, sino con un entorno laboral cada vez más complejo y competitivo”.
Cervantes recomienda evitar el consumo de alcohol y drogas. “Después de la euforia, viene un descenso prolongado que puede convertirse en una depresión, y eso siempre complica la situación”. También el ejercicio y una buena alimentación es recomendable, dijo.
Las ofertas de trabajo falsas
Mientras buscaba trabajo, se inscribió en numerosas páginas que supuestamente ofrecían oportunidades laborales. “Son falsas. La mayoría de esas páginas no representan a ninguna compañía y lo que buscan es tener tu información básica como teléfono, correo electrónico, dirección y edad, para vender tus datos”, dice González.
Detectar si una oferta de trabajo es falsa es muy importante para evitar estafas y pérdida de tiempo.
Estas son algunas señales que pueden ayudarle:
- Oferta demasiado buena: Si el salario es excesivamente alto para un puesto sin experiencia o conocimientos especializados, desconfíe. Las grandes ganancias rápidas y horarios extremadamente flexibles también son sospechosos.
- Contratación sin entrevista: Si te contratan sin entrevista, podría haber fraude. Las empresas legítimas evalúan a los candidatos antes de contratarlos.
- Falta de información: Investiga la empresa en línea. Si la oferta carece de detalles sobre el puesto o tareas, podría ser falsa.
- Información de contacto inconsistente: Si los correos no coinciden con los de la empresa o usan servicios gratuitos, algo está mal.
- No deben pedir dinero: En ningún proceso de selección se debe exigir pago en efectivo o consignaciones reembolsables. Si te piden dinero, la vacante es falsa.
Ampliar los horizontes
Durante todo el primer año de búsqueda de trabajo González se limitó a los empleos relacionados con su campo de experiencia. “Me parecía que era lo más lógico”.
González está convencido de que su edad se convirtió en una barrera para conseguir un nuevo empleo en su área. Ante la nula o muy escasa respuesta, decidió ampliar sus horizontes y aunque las relaciones públicas se le daban de manera natural, también las ventas le parecían sencillas.
Un día, desesperado por la falta de acción se levantó de su sillón, apagó el televisor y buscó recursos dentro del EDD (Oficina de empleo), y se inscribió en un curso de venta de seguros para comercios.
“Es como si me hubiera sacado la lotería”, me dice entusiasmado. “Me di cuenta de que había muy pocos agentes que hablaran español en este rubro, y entre los latinos, hay un creciente número de empresas que requieren de este servicio”.
González no podría estar más contento. Este mismo día de la entrevista estaba cerrando un jugoso contrato que le dejaría poco más del 20 por ciento de comisión. “Estaba en la carrera equivocada”, me dice sonriente.
Algunos recursos
Para encontrar trabajo, existen varios recursos disponibles, entre ellos:
- Google for Jobs: para todo el mundo.
- LinkedIn Jobs: para networkers.
- Indeed: para todo el mundo.
- Glassdoor.
- ZipRecruiter.
- USAJOBS.
- Workforce50.com.
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