Una nación agradecida rinde un cálido homenaje a Joe Biden
Por A sus 81 años, Joe Biden no pudo contener lágrimas de emoción cuando fue recibido con un estruendoso “We Love Joe” la medianoche del lunes en la jornada inaugural de la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
De su saco oscuro extrajo un pañuelo blanco para secarse la mirada y fundirse en un sensible abrazo con su hija Ashley.
“¿Están listos para votar por la libertad, por la democracia y por los Estados Unidos? “, preguntó Biden a los 5,000 delegados demócratas. “¿Están listos para elegir a Kamala Harris y a Tim Walz?”. La multitud respondió con un metafórico “Sí” en la forma de una ovación de pie.
El ceremonial traspaso de la antorcha generacional a Kamala marcó un punto de inflexión en la historia política de Estados Unidos: Un hombre blanco de Pensilvania entregó la estafeta a la primera mujer de color que será la candidata presidencial de uno de los dos principales partidos políticos de Estado Unidos.
Es verdad que la transferencia de la antorcha no fue tersa. Luchador incansable, Biden se resistió a las presiones del partido hasta que fue inevitable.
Pero su decisión fue una prueba más de su carácter: el estadista visionario que reconoce la realidad y no el terco octogenario que pudo haber pasado a la historia como el hombre que le abrió las puertas de la Casa Blanca a Donald Trump.
Aunque le restan 5 meses en el poder, Biden puso esta semana un final simbólico a una carrera de 53 años en la política.
Su trayectoria comenzó en 1970, cuando fue elegido para el Consejo del Condado de New Castle en Delaware. Dos años después, a los 29 años, se convirtió en una de las personas más jóvenes elegidas para el Senado.
La trágica pérdida de su primera esposa e hija, poco después de esa elección, podría haber terminado con su carrera antes de que comenzara, pero Biden perseveró y mostró la resiliencia personal que llegaría a definir su vida pública.
Como senador durante 36 años, se ganó la reputación de legislador pragmático, conocido por su capacidad de forjar acuerdos bipartidistas sobre cuestiones críticas, desde derechos civiles hasta migración.
Su profunda empatía, basada en la pérdida de su hijo Beau, lo distinguió como un político que comprende el costo humano de las decisiones tomadas en Washington.
Durante más de medio siglo, Joseph Robinette Biden Jr. dejará un legado de logros como una presencia constante en la vida pública, sorteando sus muchas tormentas personales y políticas con mano firme, espíritu resiliente y un compromiso inquebrantable con los valores y principios que definieron su carrera.
“Amo este trabajo, pero amo más a este país… Durante 50 años di lo mejor de mí, les di mi corazón y mi alma y a cambio he sido bendecido millones de veces. Espero que sepan lo agradecido que estoy con todos ustedes”, terminó Biden.Y el pueblo, al que sirvió con decencia y humildad, le respondió con un sencillo pero poderoso “Thank you, Joe”.