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Hablemos:  En los adolescentes, ¿cómo saber qué es normal y qué no lo es? 

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La adolescencia es una etapa de la vida que a menudo genera temor y preocupación en los padres y adultos cercanos a los jóvenes. Este periodo, caracterizado por profundos cambios físicos y emocionales, puede ser desconcertante tanto para los adolescentes como para quienes los rodean. Sin embargo, la clave para manejar esta fase de manera efectiva reside en la información y comprensión de los procesos que los jóvenes experimentan. 

La importancia de la información 

Un concepto fundamental para los padres y tutores es que “la información calma”. Conocer lo que es normal en el desarrollo de un adolescente puede aliviar la incertidumbre y la ansiedad. Entender los cambios físicos y psicológicos que ocurren durante esta etapa es crucial para poder brindar el apoyo adecuado y evitar malinterpretaciones que puedan generar conflictos innecesarios. 

Cambios físicos y psicológicos 

Los adolescentes experimentan una serie de cambios físicos que pueden ser confusos y, a veces, incómodos. Sin embargo, es en el ámbito psicológico donde se presentan los mayores desafíos. Uno de los aspectos más notables es la fluctuación en el estado de ánimo. Es común que los adolescentes pasen de la alegría a la tristeza o la irritabilidad con rapidez. Esto se debe a una combinación de factores hormonales y el desarrollo aún incompleto de las áreas del cerebro responsables del control emocional y la toma de decisiones. 

La falta de control de impulsos y la dificultad para manejar emociones intensas son características típicas de esta etapa. Los jóvenes pueden reaccionar de manera exagerada ante situaciones que los adultos podrían considerar menores. Es esencial que los padres comprendan que estas reacciones no son un ataque personal, sino una manifestación de su incapacidad para regular adecuadamente sus emociones. 

Abordando los desafíos de manera efectiva 

Para los padres, el desafío radica en no tomarse estos comportamientos como algo personal y en establecer un ambiente de apoyo y comprensión. Esto no significa permitir el mal comportamiento o la falta de respeto. Los padres deben establecer límites claros y coherentes, pero también deben mostrar empatía y disposición para escuchar y guiar a sus hijos. 

Es fundamental que los adultos modelen un comportamiento de regulación emocional adecuado. Si los padres responden a los conflictos con gritos o castigos severos, están enseñando a sus hijos a manejar el estrés de la misma manera. En cambio, una respuesta calmada y estructurada puede ayudar a los adolescentes a aprender a manejar sus propias emociones. 

El papel del primer amor y la influencia social 

Otra característica de la adolescencia es el surgimiento del primer amor, que a menudo se vive con una intensidad desbordante. Los adolescentes pueden idealizar a sus parejas y creer que han encontrado al amor de su vida. Este fenómeno, influenciado por la oxitocina, puede llevar a una dependencia emocional si no se maneja adecuadamente. Los padres deben estar preparados para orientar a sus hijos en estos primeros pasos hacia las relaciones de pareja, fomentando una visión saludable del amor y la amistad. 

Además, es importante reconocer que los adolescentes pueden sentirse incomprendidos por sus padres y recurrir a figuras externas para buscar orientación. Aquí es donde el apoyo psicológico profesional puede jugar un papel crucial, ofreciendo un espacio seguro para que los jóvenes expresen sus sentimientos y preocupaciones. 

Señales de alerta en la adolescencia: Comportamientos de riesgo 

La adolescencia es una etapa de cambios profundos y rápidos, tanto físicos como emocionales. Durante este periodo, es común que los jóvenes experimenten conductas que pueden preocupar a su entorno, como la impulsividad, cambios abruptos de humor y desafíos a la autoridad. Estos comportamientos pueden ser parte del proceso normal de desarrollo; sin embargo, existen ciertos indicadores que pueden señalar la necesidad de una intervención más seria. 

Comportamientos infantiles y aislamiento 

Un signo preocupante es cuando un adolescente exhibe comportamientos muy infantiles, como enfermarse frecuentemente para evitar salir de casa o interactuar con sus amigos. Según Moses Laufer, autor del libro El adolescente suicida, este comportamiento puede indicar dificultades en el proceso de independencia y socialización, lo cual es crucial para el desarrollo saludable en esta etapa. 

Rigidez y sobre exigencia 

Otro indicador de riesgo es la rigidez en el comportamiento del adolescente, donde una falta de flexibilidad puede manifestarse como una sobre exigencia hacia sí mismo. Esto puede impedir que el joven viva su adolescencia de manera plena, mostrando una urgencia por asumir responsabilidades y roles adultos antes de tiempo. Esta presión interna puede llevar a problemas de salud mental, como el estrés y la ansiedad. 

Dependencia y falta de independencia 

En la adolescencia, la opinión y aceptación de los amigos suelen ser más importantes que la de los padres. Sin embargo, cuando un joven se muestra excesivamente preocupado por no herir los sentimientos de sus padres y evita ciertas actividades por ello, puede estar revelando una dependencia que impide su desarrollo emocional y social. Este tipo de comportamiento sugiere una falta de autonomía que puede obstaculizar su crecimiento personal. 

Expresión de emociones y reacciones desproporcionadas 

La forma en que un adolescente maneja sus emociones también es un indicador clave de su bienestar. La incapacidad para expresar sentimientos como el enojo o la tristeza, o la falta de interés y entusiasmo en actividades cotidianas, pueden ser señales de alerta. Reacciones desproporcionadas, como ataques de furia ante críticas menores, también pueden indicar problemas emocionales subyacentes que requieren atención. 

Actitudes extremas y temor al futuro 

Algunas actitudes extremas, como la desconfianza excesiva, la timidez extrema o una audacia exagerada, pueden señalar dificultades para manejar las interacciones sociales. Además, la actitud del adolescente hacia el futuro es un indicador importante de su salud mental. La incapacidad de imaginarse como adulto, el temor al futuro o la evitación de hablar sobre ello pueden indicar problemas de autoestima o depresión. 

Pensamientos fantasiosos y evitación 

Es normal que los adolescentes tengan pensamientos fantasiosos sobre su futuro, incluidas relaciones íntimas. Sin embargo, cuando estos pensamientos se perciben como prohibidos o peligrosos, y se evita a toda costa lidiar con ellos, esto puede indicar problemas con la autoaceptación y el manejo de sus propios deseos e impulsos. 

La importancia de una intervención temprana 

Identificar estas señales de alerta es esencial para padres, maestros, terapeutas y cualquier persona que trabaje con adolescentes. Una intervención temprana puede prevenir la escalada de comportamientos de riesgo y ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades emocionales y sociales saludables. Estar atento a estos indicadores y proporcionar el apoyo necesario puede marcar una gran diferencia en el bienestar y desarrollo de un adolescente. 

Escucha al Doctor Eduardo López-Navarro en su programa de psicología y salud mental, Hablemos, todos los miércoles a las 4PM Este | 3PM Centro | 2PM Montaña | 1PM Pacífico. Respondemos GRATIS y en vivo tus preguntas a través de Facebook Live en La Red Hispana

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