Deforestación en señal de de cambio climático.

Trump se aferra a argumentos inexactos sobre el cambio climático

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Por Jessica McDonald para FactCheck.org

El expresidente Donald Trump, quien por muchos años ha calificado al cambio climático como un “engaño”, no ha utilizado esa palabra en relación con el cambio climático últimamente. Pero el candidato sigue aferrándose a algunos argumentos similares y otras afirmaciones que hace sobre el cambio climático no han evolucionado mucho con el paso de los años.


Algunas de sus afirmaciones van más allá de la retórica que otros republicanos han adoptado. En lugar de sugerir que el fenómeno no está ocurriendo, que no se debe a los seres humanos ni a la quema de combustibles fósiles, o que de alguna manera la ciencia no ha dado una respuesta definitiva (si la ha dado), los políticos que se oponen a la acción climática recurren cada vez más a otras tácticas.

Algunas de estas son acusar a otros de exagerar los riesgos del cambio climático, hacer afirmaciones falsas sobre las energías limpias y otras soluciones al cambio climático, o afirmar incorrectamente que no se puede hacer nada al respecto.

Pero, en la mayoría de los casos, los comentarios de Trump están firmemente arraigados en viejos clichés que niegan o cuestionan la existencia del cambio climático, y que no son para nada nuevos. Como explicamos recientemente, este verano Trump ha vuelto a mencionar afirmaciones que hizo en 2019, repitiendo estimaciones absurdamente bajas sobre el aumento del nivel del mar, y en ocasiones indicando que tal vez incluso esos pequeños aumentos no ocurrirán en absoluto, para argumentar que el cambio climático no es una preocupación.

Trump volvió a repetir esta afirmación en un episodio de un pódcast que se emitió el 26 de agosto, cuando dijo que “en 500 años los océanos se elevarán un cuarto de pulgada” y “en 355 años los océanos se elevarán un octavo de pulgada”.

“No tienen idea de lo que va a pasar. Es el tiempo”, agregó.

Por supuesto, el clima no es lo mismo que el tiempo atmosférico. El tiempo se refiere a las condiciones atmosféricas a corto plazo, explica el Servicio Nacional Oceánico, mientras que el clima es el tiempo atmosférico promedio en una zona durante un período prolongado.

Confundir el clima y el tiempo (como la idea de que el hecho de que haga frío o haya una tormenta de nieve refuta el calentamiento global) es una estrategia utilizada durante años por quienes se oponen a la acción climática. 

Trump ha dicho anteriormente que no “cree que la ciencia sepa” si las temperaturas aumentarán, lo que pone en duda de manera similar el cambio climático. Pero si bien los científicos no pueden saber el futuro exacto (en gran medida porque no pueden predecir cómo responderán finalmente los humanos), no hay duda de que el calentamiento global está ocurriendo.

Los niveles globales del mar, por ejemplo, ya están aumentando  un poco más de un octavo de pulgada por año, contrariamente a la afirmación de Trump, y para 2050 se proyecta que el nivel del mar a lo largo de la costa estadounidense será entre 10 y 12 pulgadas  más alto que en 2000.

Más adelante, en la entrevista del pódcast, que fue con Shawn Ryan, un ex SEAL de la Marina, Trump repitió otras falsedades conocidas sobre el cambio climático. Nos comunicamos con la campaña de Trump para aclarar múltiples aspectos de los comentarios del expresidente y para preguntar sobre su posición sobre el cambio climático, pero no recibimos respuesta. Aquí, repasamos varias de las afirmaciones que hizo en su entrevista con Ryan.

Los científicos todavía utilizan el término “calentamiento global”

Trump afirmó falsamente, al abordar por primera vez el tema del cambio climático en la entrevista, que la gente (presumiblemente los científicos o los demócratas) tuvo que dejar de usar el término “calentamiento global” y reemplazarlo por “cambio climático” porque no todos los lugares se estaban calentando. 

“Cuando escucho a esos pobres tontos hablar del calentamiento global, ya no lo llaman así, lo llaman cambio climático porque, ya sabes, algunas partes del planeta se están enfriando y calentando. No funcionó”, le dijo a Ryan. “Así que finalmente le apuntaron … simplemente lo llaman cambio climático. Antes lo llamaban calentamiento global”.

Trump ha estado contando una versión de esta historia del cambio de nombre al menos desde 2019, y la ha repetido en al menos  otras tres ocasiones este verano. Otros políticos, incluido el senador de Texas Ted Cruz, han estado diciendo algo similar  incluso desde hace más tiempo. 

Pero, como ya hemos escrito, es una falacia. Los científicos no han dejado de hablar de “calentamiento global”. Por el contrario, el término aparece en más de 40.000 artículos en lo que va del año,  según una búsqueda en Google Scholar. Y el término tampoco tiene nada de problemático.

El calentamiento global es “el aumento inusualmente rápido de la temperatura media de la superficie de la Tierra durante el último siglo debido principalmente a los gases de efecto invernadero liberados por la quema de combustibles fósiles”, según explica la NASA. El término se refiere específicamente a las temperaturas medias en todo el mundo y “no significa que las temperaturas aumenten en todas partes en todo momento al mismo ritmo”,  añade la agencia. El hecho de que algunos lugares se hayan enfriado con el tiempo no niega la tendencia abrumadora en la dirección opuesta para el resto del mundo, ni invalida el término.

El cambio climático es un término relacionadopero más general,  para referirse a los cambios a largo plazo del clima. Muchos científicos prefieren hablar de cambio climático porque abarca la gama más amplia de efectos que se producirán a medida que el planeta se caliente, como la pérdida de hielo en el Ártico, el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos más o menos severos, como huracanes, incendios forestales e inundaciones.

A principios de la década de 2000, un estratega republicano también aconsejó a los políticos republicanos que utilizaran el término “cambio climático” porque sonaba “más controlable” y “menos aterrador” que calentamiento global.

El mito del “enfriamiento global”

Trump puso aún más en duda el cambio climático al ampliar sus comentarios sobre la terminología para decir que antes, incluso, los científicos habían predicho que el planeta se enfriaría.

“Hace años lo llamaban enfriamiento global”, dijo. “En la década de 1920, creían que el planeta se iba a congelar. Ahora creen que el planeta se va a quemar”.

Trump ya se había referido al “enfriamiento global” para socavar el cambio climático en 2018, y lo volvió a hacer en un mitin en Virginia a fines de junio, cuando agregó: “Tenían una imagen, creo que estaba en la revista Time, de la Tierra. Muy genial, de los años 1920. Era algo del enfriamiento global”. 

La sugerencia es clara: si los científicos se equivocaron antes sobre el clima, entonces podrían equivocarse ahora. Pero es un  mito que antes hubiera un consenso científico sobre el “enfriamiento global”. E incluso si algunos científicos alguna vez pensaron que podría venir un enfriamiento, eso no cambiaría la realidad actual, basada en un conjunto significativo de pruebas, que un calentamiento global está ocurriendo.

La mayoría de las veces, quienes sostienen este argumento (que se remonta al menos a dos décadas atrás), citan artículos de prensa de la década de 1970, incluido un artículo de la revista Time de 1974 titulado “¿Otra edad de hielo?”, que advierte sobre un período frío inminente. Pero, como hemos explicado antes, incluso en ese momento, esas noticias no captaban con precisión el pensamiento científico sobre el tema. Y la ciencia del clima como campo estaba todavía en sus inicios.

No está claro qué artículo Trump tenía en mente. Mencionó Time, pero en una búsqueda no pudimos encontrar ningún artículo de ese tipo de la década de 1920. Hubo un par de informes en el New York Times a principios de la década de 1920 sobre un explorador que hizo un viaje al Ártico para investigar la posibilidad de una nueva “edad de hielo”. En 1926, el Times también escribió sobre un astrónomo de Berlín que predijo el regreso de los glaciares al norte de Europa en el futuro. En cualquier caso, la ciencia del clima tal como la conocemos no existía en ese momento, y la comprensión del planeta por parte de los científicos ha mejorado enormemente desde entonces. Es irrelevante lo que los científicos pensaran hace un siglo sobre el cambio climático.

Michael Mann, científico del clima de la Universidad de Pensilvania, nos dijo que Trump “simplemente aglomeró el gastado y falso argumento de los negacionistas del cambio climático” de que los científicos estaban prediciendo un enfriamiento global en la década de 1970. “No lo estaban haciendo”, dijo.

También es posible que Trump esté pensando en una portada falsa  de la revista Time. Una portada retocada con Photoshop que supuestamente data de 1977 y que muestra un pingüino en el hielo con el titular “Cómo sobrevivir a la próxima edad de hielo” apareció en línea en algún momento antes de 2013. Pero, de hecho, la imagen de la portada era de 2007 y el titular real era “La guía de supervivencia para el calentamiento global”.

La portada manipulada comenzó a recircular como parte de un meme en 2019, como hemos escrito. Incluso hay pruebas de que Trump vio la portada falsa y se enteró de que era un fraude. En 2017, Politico escribió que un asesor la imprimió y se la mostró a Trump, que era presidente en ese momento. Según Politico, “el personal buscó la verdad e intervino antes de que Trump tuiteara o hablara públicamente al respecto”.

La interpretación errónea de un informe sobre el clima 

Inmediatamente después de la afirmación de Trump sobre el “enfriamiento global”, el expresidente dijo que “ellos” predijeron que “tenemos 12 años de vida”, caracterizando erróneamente un informe climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

“Y todavía estamos esperando los 12 años”, le dijo a Ryan. “Sabes, estamos casi al final del período de 12 años, ¿entiendes? Esos lunáticos que no saben nada, ni siquiera eran buenos estudiantes en las escuelas, ni siquiera lo estudiaron. Ellos predijeron, dijeron, tenemos 12 años de vida. Y la gente no tuvo bebés”.

“Cada vez que hace un poco de calor, ‘es el calentamiento global… el planeta se está yendo al infierno’. ¿Qué pasa con esa gente que solía decir que tenemos 12 años, 12 años, en cuyo caso, todos desaparecimos?”, dijo Trump de manera similar en su mitin en Virginia en junio. “Eso terminó hace unos cinco años. Seguimos esperando”.

Trump probablemente se refiere a un informe especial de 2018 del IPCC que concluyó que para evitar los peores efectos del cambio climático, el calentamiento global tendría que limitarse a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, una hazaña que requeriría que las emisiones globales de dióxido de carbono disminuyan aproximadamente un 45% por debajo de los niveles de 2010 para 2030. 

Como solo faltaban 12 años entre la publicación del informe y el año 2030, muchos titulares de prensa de la época interpretaron incorrectamente el informe como si dijera que solo quedaban 12 años para tomar medidas para combatir el cambio climático.

En 2019, cuando escribimos sobre afirmaciones similares hechas por demócratas al subrayar la urgencia del cambio climático, explicamos que el informe no decía que había un plazo de 12 años para hacer algo, ni tampoco hay investigaciones que respalden esa interpretación. Actuar antes para reducir las emisiones que atrapan el calor es mejor que abordar el problema más tarde, pero no hay un plazo único para actuar o será “demasiado tarde”.

“Los umbrales de 1,5 y 2 grados no son puntos de inflexión mágicos”, donde “estamos bien antes y es un desastre después”, nos dijo entonces Benjamin Cook, científico del clima de la NASA.

El presidente Joe Biden también caracterizó erróneamente el límite de 1,5 grados como un “punto sin retorno”. Quienes se oponen a la acción climática también han usado a veces el mismo lenguaje para burlarse de quienes se preocupan por el cambio climático y sugerir que los temores son exagerados.

“Ningún científico del clima que yo conozca ha afirmado JAMÁS que ‘nos quedan 12 años de vida’”, nos dijo Mann en un correo electrónico, calificando la afirmación de Trump como “inventada”.

“Lo que científicos como yo hemos señalado es que el impacto del cambio climático será mucho peor si superamos los 1,5 °C”, añadió. “Y, gracias a décadas de inacción debido a que las empresas de combustibles fósiles y los políticos hicieron su voluntad, ahora tenemos que reducir sustancialmente las emisiones durante la próxima década si queremos evitar ese nivel de calentamiento”.

Mann dijo que aún era posible alcanzar el objetivo de 1,5 °C, y señaló que los obstáculos “no son físicos ni tecnológicos”, sino “completamente políticos en este momento”.

Dado que Trump afirmó en Virginia que el período de 12 años había “terminado hace unos cinco años”, es posible que estuviera  distorsionando un tuit de la joven activista climática sueca Greta Thunberg. En un tuit de 2018, ahora eliminado, Thunberg escribió, citando un artículo de noticias, “Un destacado científico del clima advierte que el cambio climático acabará con la humanidad a menos que dejemos de utilizar combustibles fósiles en los próximos cinco años”. 

Ella no afirmó que todos los humanos morirían en cinco años, pero así es como muchas personas representaron su tuit en internet cinco años después, en 2023. En cualquier caso, la noticia que citó había malinterpretado los comentarios de un profesor de química atmosférica de Harvard, quien nos dijo el año pasado, cuando circulaban publicaciones sobre su tuit, que nunca había hecho tal predicción.

Carbón “limpio”

En 2016, Trump hizo campaña para reactivar la industria del carbón y habló a menudo de este combustible. Pero a pesar de los esfuerzos de su administración por eliminar las regulaciones ambientales, el uso del carbón ha disminuido aún más y hoy Trump habla de él con mucha menos frecuencia. Sin embargo, cuando menciona el carbón, a menudo lo llama “limpio”.

“Y el carbón está bien, de hecho ahora tienen métodos que permiten que el carbón se convierta en carbón limpio”, le dijo Trump a Ryan.

También utilizó el apodo en un discurso del 15 de agosto en su club de golf de Nueva Jersey —“carbón limpio, lo llamo yo”— y de nuevo el 19 de agosto en un mitin en Pensilvania. “Sí tienen carbón limpio”, dijo.

Como escribimos en 2018, cuando Trump utilizaba con frecuencia el término, no está claro a qué se refiere con “carbón limpio”. Pero la única tecnología que reduce sustancialmente las emisiones de dióxido de carbono asociadas con la quema de carbón es la captura y secuestro (o almacenamiento) de carbono, o CCS, por sus siglas en inglés. La tecnología es cara y aún no se ha implementado ampliamente en el carbón.

En 2018, solo había dos centrales eléctricas de captura y secuestro (o almacenamiento) de carbono a partir de carbón en funcionamiento en el mundo: una en Estados Unidos y otra en Canadá. Hoy, hay dos más en China, lo que suma un total de cuatro, según una base de datos de instalaciones compilada por el Global CCS Institute.

La única planta estadounidense, Petra Nova en Houston, comenzó a operar en 2017. En mayo de 2020, cerró debido a la caída de los precios del petróleo durante la pandemia del COVID-19 y reabrió en septiembre de 2023.

En la entrevista, Trump también echó la culpa a China por su continua dependencia del carbón. Es cierto que China está construyendo una gran cantidad de centrales eléctricas a carbón. En 2023, China fue responsable del 95% de la construcción de nuevas centrales a carbón en el mundo. Sin embargo, el país también está expandiendo su sector de energía renovable.

Según las cifras de 2022 de Our World in Data, China es el mayor productor de emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, seguido de Estados Unidos. Sin embargo, en términos per cápita, China todavía está por detrás de Estados Unidos, y Estados Unidos sigue siendo el país con las mayores emisiones acumuladas.

Energía eólica

Trump, quien se opuso a la construcción de un parque eólico cerca de uno de sus campos de golf, es bien conocido por su particular aversión a la energía eólica. En el pasado, ha exagerado los daños que las turbinas eólicas causan a las aves y al valor de las propiedades y ha afirmado engañosamente que hay “problemas” cuando el viento no sopla (la red eléctrica se las arregla bien con la variabilidad). Sus comentarios recientes sobre la energía eólica no han sido muy diferentes.

“El viento no funciona. Es muy caro, mata a los pájaros, destruye todo lo que hay a su alrededor. Es muy, muy, muy, muy malo”, le dijo a Ryan. “Es la energía más cara, la eólica. Y cada nueve años hay que sustituir las turbinas. Ya sabes, están hechas de acero y se desgastan”.

La energía eólica marina es actualmente bastante cara, pero la energía eólica terrestre (el tipo que constituye la gran mayoría de las turbinas eólicas en EE. UU.) es igual o más barata que las plantas de gas natural o carbón. Y ninguno de los dos tipos de energía eólica suele considerarse el más costoso. De los tipos de energía más comunes, la energía nuclear suele ser la más cara.

Las últimas cifras de Lazard y BloombergNEF (que nos enviaron por correo electrónico) sobre el costo nivelado de la electricidad (una métrica que proporciona el costo por unidad de electricidad generada después de tener en cuenta la construcción, el mantenimiento y la operación) muestran que la energía eólica terrestre es similar o más barata que las plantas de gas natural o carbón, incluso sin subsidios. 

Los cálculos del costo nivelado de la electricidad de la  Administración de Información Energética, que incluyen créditos fiscales para la energía eólica, también muestran que la energía eólica terrestre suele ser más barata que el gas natural.

Como hemos escrito, el costo nivelado de la electricidad no refleja toda la realidad porque ignora cuánto se les paga a los proveedores por la electricidad que producen. Dado que las energías renovables, como la eólica, son variables, no son tan valiosas para la red, por lo que la inversión en un parque eólico puede resultar menos atractiva para los proveedores de electricidad. Sin embargo, el costo nivelado sigue siendo la medida estándar que se utiliza para evaluar el costo de las distintas fuentes de electricidad.

Como hemos explicado en numerosas ocasiones, las turbinas eólicas matan pájaros, pero no es el baño de sangre que Trump hace parecer. Otras causas, incluidos los gatos y las colisiones con edificios o vehículos, matan a muchos más pájaros cada año.

La afirmación de Trump sobre un intervalo de nueve años para reemplazar las turbinas también es exagerada. Las turbinas suelen durar entre 20 y 30 años, aunque algunas partes deben reemplazarse antes. Las turbinas están hechas de acero, pero también de otros metales, como aluminio, cobre y hierro, que pueden reciclarse, según una guía de caducidad de energía eólica del Departamento de Energía. 

Las partes más difíciles de reutilizar o reciclar de una turbina eólica son los componentes compuestos, como las aspas o palas, que están hechas de fibra de vidrio u otros materiales livianos. Sin embargo, los científicos están trabajando en el desarrollo de nuevos materiales para estos componentes que se puedan reciclar más fácilmente. En agosto, los investigadores del Laboratorio Nacional de Energía Renovable informaron que habían desarrollado un material reciclable de origen vegetal para las palas de las turbinas.

Para el intervalo de reemplazo, es posible que Trump esté pensando en las aspas de las turbinas. Las aspas, que no están hechas de acero, suelen durar unos 20 años, o incluso más. Sin embargo, algunas aspas se reemplazan por otras más grandes después de solo 10 años aproximadamente. Contrariamente a las afirmaciones de Trump, esto no se debe tanto a que se desgasten, sino a que las aspas más grandes generan más energía y pueden mejorar una turbina.

Clarificación, 10 de septiembre: Climate Power, un grupo de defensa del cambio climático, no estuvo de acuerdo con nuestra afirmación de que Trump “no ha utilizado esa palabra [‘engaño’] en relación con el cambio climático últimamente”. No hemos encontrado ningún caso en el que Trump haya califico el cambio climático como “engaño” desde que anunció su campaña para la presidencia en noviembre de 2022, aunque, como escribimos, ha utilizado “algunos argumentos similares”. Climate Power sí proporcionó ejemplos de Trump calificando el cambio climático o el calentamiento global como “engaño” en noviembre de 2021 y marzo de 2022, e identificamos otro caso en abril de 2022. Este año, Trump calificó al Green New Deal como “uno de los mayores engaños” y se refirió específicamente a la energía eólica como “el engaño más caro del mundo“.

Nuevamente, como escribimos, aunque Trump no ha utilizado la palabra recientemente para describir el cambio climático en general, sus comentarios durante la campaña están “firmemente arraigados en viejos clichés que niegan o cuestionan la existencia del cambio climático”. Actualizamos nuestra redacción en la historia original e incluimos enlaces para dejar en claro que Trump se ha referido repetidamente al cambio climático como un “engaño”, incluso después de la campaña de 2016.

Traducción de Google Translate editada por Catalina Jaramillo.

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