Ya vienen las enfermedades del otoño. Los médicos recomiendan ciertos cuidados
Norma Vega fue a recoger a sus nietos a la escuela elemental y se dio cuenta que los dos venían con un poco de fiebre y estornudando. “Me van a pegar la gripe”, dijo mientras les preparaba un tradicional caldo de pollo.
Las primeras señales de que el otoño está por dar inicio no son solo los cambios que podemos percibir en el color del follaje de los árboles, sino también en la aparición casi repentina de una serie de enfermedades de estación que nos afectan a prácticamente a todos.
Por eso, los doctores siempre que se aproxima el invierno comienzan a recomendarle a sus pacientes que tengan en cuenta las llamadas enfermedades del otoño. Estas son las más comunes.
1. Catarro
El término catarro se aplica al grupo de infecciones víricas que afectan al aparato respiratorio superior, normalmente sin fiebre y con un curso sintomático leve. Se manifiesta con inflamación de estructuras como la nariz, los senos paranasales, la faringe y la laringe. Su agente causal más común son los virus pertenecientes al género Rhinovirus. Se estima que un adulto medio padece entre 2 y 6 cuadros de resfriado anuales. En niños es mucho más frecuente, pues estos pueden experimentar 10 episodios o más al año.
El porqué del pico epidemiológico del catarro en otoño tiene muchos motivos. Se cree que los hábitos tienen mucho que ver, pues cuando comienza el frío los seres humanos tendemos a reunirnos más en espacios cerrados, lo que facilita la transmisión de patógenos. El aire frío podría disminuir la resistencia inmunitaria de la región orofaríngea, favoreciendo así que los virus se instauren.
No existe un tratamiento para el resfriado más allá del reposo. De todas formas, se pueden tomar ciertas medidas con el fin de reducir los síntomas: tomar mucha agua, usar humidificadores, evitar actividades físicas demandantes, no fumar y tomar ciertos medicamentos de venta libre, como descongestionantes y atomizadores nasales. Los síntomas de la enfermedad deben desaparecer en aproximadamente una semana.
2. Alergias
Las alergias son reacciones atípicas del sistema inmunitario hacia sustancias que no suponen un peligro para la población general. Los compuestos que generan esta respuesta se conocen como alérgenos y los más habituales son el polen, los ácaros del polvo, las esporas de moho, la caspa de los animales, ciertos alimentos, la picadura de insectos y algunos fármacos.
La producción de polen de ciertas especies vegetales y una mayor presencia de moho ambiental por las lluvias hacen que las alergias se consideren enfermedades muy comunes durante el otoño. Si crees que puedes ser alérgico a una sustancia, no dudes en buscar atención médica cuanto antes. Existen diversos fármacos que pueden ayudarte a minimizar los síntomas.
3. Gripe
La gripe es una enfermedad infecciosa causada por el influenzavirus A o Influenzavirus B. Aunque a veces se confunda con el catarro, esta infección se diferencia en varios aspectos: la gripe es más intensa, debilitante y puede provocar fiebre alta durante 3 días o más. Suele afectar de forma leve, pero en ocasiones supone un problema médico grave (sobre todo en personas mayores de 65 años, recién nacidos y pacientes con inmunosupresión).
Los virus de la gripe resisten mejor en ambientes fríos y secos, por lo que es de esperar que su eficacia para infectarnos sea mayor en otoño y en invierno. Se recomienda que toda persona a partir de los 6 meses de vida se vacune contra esta enfermedad para evitar complicaciones según las recomendaciones médicas, salvo raras excepciones.
4. Bronquitis
La bronquitis es una inflamación de los bronquios, conductos en los que se bifurca la tráquea con la finalidad de llevar aire hacia los pulmones. Los síntomas más comunes de esta condición son la tos, la expulsión de moco de color transparente-blanquecino, la fatiga y la sensación de falta de aire. También cabe destacar que puede ser aguda (de corta duración) o crónica (se extiende por más de 3 meses).
La bronquitis aguda suele ser causada por algunos de los cuadros ya citados, como el catarro o la gripe. Por otro lado, el mayor factor de riesgo para el desarrollo de la variante crónica es el tabaquismo. El tratamiento depende mucho del agente causal, si bien el uso de algunos medicamentos puede ayudar a reducir la frecuencia e intensidad de las toses.
5. Bronquiolitis
Este cuadro cursa con una inflamación de los bronquiolos, las ramificaciones más pequeñas que surgen a partir de los bronquios. Es frecuente en niños pequeños y bebés y casi siempre es causada por infecciones víricas. El principal sospechoso en todos los casos es el virus sincitial respiratorio, perteneciente a la familia de los paramixovirus. La bronquiolitis suele durar de 2 a 3 semanas y se requiere atención en el hogar con cuidados de apoyo para minimizar los síntomas.
6. Otitis o infección del oído
El término otitis se aplica para describir las infecciones e inflamaciones que ocurren en el oído. La otitis se puede dividir en 3 entidades clínicas propias y todas ellas representan enfermedades comunes en otoño:
- Otitis externa: Esta enfermedad compromete a los conductos externos del oído. Suele ser causada por bacterias, sobre todo aquellas del género Pseudomonas. Los estreptococos, otros microorganismos bacterianos y algunos hongos son sospechosos habituales. Se produce más frecuentemente en los meses de verano en comparación con el resto, ya que el agua de las piscinas es uno de los vehículos de transmisión principales.
- Otitis media: esta patología compromete al oído medio, el espacio lleno de aire detrás del tímpano que contiene los pequeños huesos vibratorios del oído. En la mayoría de los casos surge a causa de enfermedades ya citadas, como la gripe o la alergia.
- Otitis interna: también conocida como laberintitis, esta variante patológica cursa con una inflamación del oído interno en el que se encuentra el laberinto. La versión más aceptada es que el agente causal es de origen vírico, aunque en otras ocasiones se considera una complicación de la otitis media.
Exceptuando la variante externa, la otitis media e interna son más comunes en los meses fríos del año. El tratamiento depende, en su totalidad, de los agentes que la causan. Por ejemplo, si el agente es bacteriano, se requiere el uso de antibióticos. Todo el manejo clínico de este grupo de enfermedades debe ser supervisado por profesionales médicos, pues aplicar el tratamiento erróneo puede complicar la condición.
7. Artritis
La artritis es la hinchazón de una o más articulaciones. El daño articular puede deberse a múltiples condiciones, como enfermedades autoinmunitarias, una fractura ósea, un cuadro infeccioso o la acumulación de cristales. Los cambios de presión atmosférica debido a las variaciones climáticas durante el otoño y los meses más fríos afectan directamente al funcionamiento de las articulaciones y los ligamentos. Por ello, los síntomas de la artritis y condiciones asociadas pueden agudizarse durante el otoño y el invierno.
8. Sinusitis
La sinusitis es otra de las enfermedades comunes en otoño, o mejor dicho, una consecuencia de varias de las enfermedades ya citadas. Esta se presenta con una inflamación/hinchazón del tejido de los senos paranasales, espacios llenos de aire situados en el cráneo. Ocurre como resultado de la reacción inflamatoria de una infección por virus, hongos o bacterias.
Igual que la bronquitis o la bronquiolitis, la sinusitis puede ser aguda (de corta duración) o crónica, con sintomatología durante al menos 12 semanas. El agente causal suele ser vírico, por lo que se desaconseja el uso de antibióticos a menos que lo recete un profesional. Los aerosoles y los corticoides nasales pueden ser de gran ayuda para disminuir la sintomatología.
La recomendación de los doctores es buscar ayuda médica, aunque los síntomas de la enfermedad sean leves.
“Yo siempre les doy el caldito de pollo”, dice la señora Vega, quien asegura que los remedios caseros para enfermedades comunes, nunca hacen daño”.