El corazón humano funciona como el motor de un automóvil: es el sistema que mantiene todo en marcha. Su papel fundamental es bombear sangre rica en oxígeno y nutrientes a cada rincón del cuerpo, al mismo tiempo que recoge los desechos metabólicos, como el dióxido de carbono. Sin embargo, si el ritmo cardíaco se altera o el flujo de sangre se interrumpe, la vida corre peligro. Tal como sucede con un motor, el cuidado y mantenimiento que se le dé al corazón influirá directamente en su funcionamiento y en su longevidad.
La importancia de cuidar el corazón
Las enfermedades del corazón siguen siendo la causa principal de muerte tanto en hombres como en mujeres en los Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos por educar a la población sobre los factores de riesgo y la prevención, las enfermedades cardiovasculares continúan afectando a millones.
De hecho, cada 39 segundos muere una persona en ese país por esta causa, lo que equivale a cerca de 2.200 muertes al día, superando a otras enfermedades como el cáncer o las afecciones respiratorias crónicas.
Gracias a los avances médicos y a nuevas formas de tratamiento, la tasa de mortalidad ha disminuido, pero el número de personas diagnosticadas con enfermedades cardiovasculares no ha dejado de crecer.
Factores de riesgo y prevención
Aunque no se pueden cambiar factores como la edad, el sexo o la predisposición genética, sí es posible reducir significativamente el riesgo cardiovascular adoptando hábitos de vida saludables.
Estudios médicos confirman que una combinación de:
- Dieta baja en grasas saturadas, colesterol y sal
- Práctica regular de ejercicio
- Eliminación del tabaco
- Control del peso corporal
- Control de la presión arterial
puede ayudar a prevenir o retrasar estas enfermedades.
¿Qué es un ataque al corazón?
Un ataque cardíaco ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia el corazón se bloquea de manera repentina. Si no se recibe atención médica inmediata, una parte del músculo cardíaco puede dañarse permanentemente o incluso morir.
Síntomas más comunes:
- Dolor o presión en el pecho, especialmente en el centro o el lado izquierdo
- Molestias en la parte superior del cuerpo: brazos, espalda, cuello, mandíbula o parte alta del estómago
- Dificultad para respirar, incluso en reposo
- Náuseas, vómitos o sensación de acidez
- Mareo, fatiga inusual o sudor frío
Escucha a tu cuerpo y actúa a tiempo
Los síntomas pueden aparecer de forma repentina o desarrollarse de manera gradual. Por eso, es esencial prestar atención a cualquier cambio inusual en tu estado de salud, especialmente si ya has tenido un ataque cardíaco antes, ya que los síntomas pueden no ser los mismos.