Tatiana, la colombiana que salva las ostras de Nueva York
Son varios los recuerdos que Tatiana Castro tiene de cuando vivía en Colombia. Casi todos están ligados con la naturaleza. Para ir al río, bastaba con subirse al bus y esperar unas paradas; para subirse a un árbol tocaba apenas caminar unas cuadras y, para encontrar zonas verdes, solo era necesario asomarse al parque. Su abuela, cuando era pequeña, siempre le recordó esa fortuna de poder conectar con la naturaleza. “Mi abuela siempre me decía que tenemos que cuidar el medio ambiente y proteger a los animales, entonces yo crecí con esa mentalidad desde pequeña”, comenta.
Pero cuando llegó a Estados Unidos, también recuerda, la naturaleza dejó de ser tan cercana, no estaba tan disponible. Así que ella no se conformó. Estudió biología marina y ahora es la coordinadora de restauración de Billion Oyster Project , un proyecto que, como su nombre lo indica, busca restaurar mil millones de ostras en los mares de Nueva York para 2035.
¿Por qué ostras? Castro explica que estos moluscos tienen maravillosas propiedades. No sólo filtran el agua, por lo que permiten descontaminarla, sino que también sirven de hábitat para peces y plantas que crecen alrededor de ellas. Además, son como parachoques para que las olas no golpeen tan fuerte sobre las costas. El problema es que de la población de ostras que había hace 100 años, son poquísimas las que quedan. La humanidad casi las acaba, no sólo a ellas, sino a los beneficios que nos traen.
Para compensar estos daños el proyecto se ha puesto la misión de recuperar las ostras para, a la vez, recuperar el agua. El proceso es largo. En la Governors Island, en Nueva York, explica Castro, tienen un laboratorio donde cuidan las ostras de pequeñas, les dan de comer para que, cuando sean más grandes, sean trasladadas a los mares de Nueva York. Un proceso que hacen con la ayuda de las comunidades. Por ejemplo, actualmente trabajan con el Harbor School para que los estudiantes les ayuden a medir las otras, o identificar cuándo están vivas o no. A cambio, Billion Oyster Project les enseña a cómo descubrir y proteger el ambiente en el que viven.
“Esta es la parte que más me gusta de mi trabajo”, comenta Castro. “Poder ser ese puente entra las personas y la ciencia, donde les puedo enseñar la ciencia en una manera que ellos entiendan. Y ellos mismos lo dicen, que les gusta y entienden que pueden ayudar al medio ambiente. La gente sabe que se necesita actuar, y con Billion Oyster Project les estamos dando una plataforma para hacerlo”.
Aunque los desafíos también son muchos, pues son una organización sin ánimo de lucro que todo el tiempo está luchando para conseguir fondos, Castro parece estar enamorada de lo que hace. El alcance ha sido tanto que, hasta el momento, según la página de la organización, han restaurado 30 millones de ostras, 1.5 millones de libras de conchas han sido recogidas y más de 6,000 estudiantes se han involucrado con el proyecto.
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