Una mariposa monarca posa sobre una flor.

El Día de Muertos y el trabajo de conservación de la mariposa monarca

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Por Grisell Amaro Galván y Rebeca Quiñonez-Piñón de National Wildlife Federation

Por cientos de años, al comenzar las celebraciones del Día de Muertos, el cielo azul del estado de Michoacán y el Estado de México se matiza de brillantes colores naranja, negro y blanco, creando lo que pareciera ser un caleidoscopio gigante en movimiento. Estos cambios de color en el firmamento señalan la llegada de las siempre apreciables mariposas monarcas, que vienen después de un larguísimo viaje desde sus áreas de reproducción localizadas en Estado Unidos y en Canadá.

Llámese coincidencia, destino, o simplemente la necesidad de supervivencia de esta especie, con la llegada de la mariposa monarca a sus refugios de invierno, las conecta de manera casi milagrosa con una de las celebraciones más importantes de la cultura mexicana actual: El Día de Muertos.

De acuerdo con las tradiciones del México contemporáneo, cada año las puertas de “el más allá” se abren a la media noche del 31 de octubre y las almas de los niños regresan a visitar a sus familias el 1 de noviembre. Después, el 2 de noviembre, es el turno de las almas adultas que también llegarán de visita.

Las comunidades indígenas de los alrededores incluyen a la monarca en sus celebraciones del Día de Muertos. Para muchos de ellos, las monarcas son las almas de sus seres queridos, que regresan del mundo espiritual, justo a tiempo para participar en las celebraciones organizadas en el mundo terreno.

Las familias dan la bienvenida a sus difuntos preparando un gran evento en su honor. Es un momento de reunión para todos ellos, los fallecidos y los vivos. Esta conexión, muestra el fuerte impacto que la presencia de la mariposa monarca tiene en la formación de la identidad de un grupo social, sus tradiciones y su cultura.

La conexión entre las monarcas y el Día de Muertos

Las mariposas aparecen como símbolos en muchas culturas indígenas de México y otras culturas del mundo. Estudios arqueológicos, indican que los aztecas veneraban a las mariposas y las consideraban las almas de los guerreros que perecían en batalla. Existen representaciones de las mariposas en sus códices, así como en sus glifos.

Algunos miembros de la nación purépecha, un grupo indígena de Michoacán, y los mazahuas, del Estado de México, creían que las mariposas estaban relacionadas con las almas de los difuntos y el espíritu del bosque. Pero al parecer, inicialmente, esta creencia estaba más relacionada con pequeñas mariposas de color blanco. Y algunos investigadores, asumen que esas creencias tienen sus raíces en la cultura prehispánica.

La mezcla de tradiciones culturales transforma el Día de Muertos

Tanto las tradiciones culturales europeas y precolombinas como la azteca dieron origen a una de las más diversas celebraciones de la cultura contemporánea de México, vinculada al Día de Muertos. A lo largo del mes de agosto, los aztecas celebraban a la muerte, como un componente del ciclo natural de la vida. Los rituales incluían ofrendas para sus muertos y la quema de incienso. Después de la guerra entre los aztecas y los españoles (1519-1521),los españoles cambiaron las celebraciones de los aztecas a noviembre para hacerlas coincidir con las fechas de conmemoración de Todos los Santos y Los Fieles Difuntos, que son días de observar en varias denominaciones cristianas, incluyendo la católica. Esta celebración toma diferentes formas alrededor del mundo, e incluye elementos arraigados en cada cultura y en particular, en las familias que, como parte de su tradición, celebran estas fechas.

Hoy en día la mayoría de las celebraciones del Día de Muertos, incluyen una ofrenda o “altar” que se coloca en algún lugar dentro o cerca de las casas. Los comercios, comunidades y asociaciones, también suelen montar ofrendas como parte del festejo. Los altares incluyen: una foto de los familiares y amigos fallecidos, velas para iluminar el paso de las almas que vienen de visita y flores de cempasúchil o flor de muerto. Estas flores con su aroma y colorido ayudan a guiar a las almas de los difuntos hasta la casa de sus familiares. También se incluye un vaso con agua para saciar la sed de las almas que visitan, calaveritas de dulce que nos recuerdan que la muerte siempre está cerca, comidas tradicionales como el “pan de muerto” y otros objetos que los muertos disfrutaron en vida. Recientemente, las monarcas se han hecho presentes decorando las festividades y los altares del Día de Muertos.

Las mariposas ocuparon un lugar preponderante en la imaginación mesoamericana, pero aún no existe evidencia directa que la migración de la monarca en sí fuera significativa para los antiguos mexicanos […] Después de la conquista española, la idea de un vínculo entre las almas de los muertos y las mariposas en las culturas indígenas del centro de México se desvaneció. Pero en la última década, las imágenes de la mariposa monarca han resurgido en las celebraciones del Día de Muertos.Eric A. Powell, editor De Archeology (2022)

Las tradiciones cambian, pero aún siguen arraigadas en nuestro aprecio por la naturaleza

Vivimos en un mundo multicultural y diverso. Hoy más que nunca, las personas tienen incontables oportunidades para compartir sus tradiciones y mantenerlas vivas. Como sucede con el lenguaje, la cultura y las tradiciones evolucionan. Sin embargo, en el caso de la celebración del Día de Muertos, el concepto fundamental ha prevalecido. Es una celebración de la vida que se manifiesta de distintas formas dependiendo de la comunidad, la familia y la cultura que lleva a cabo las festividades. El Día de Muertos en la Ciudad de México, por ejemplo, se celebra con un gran desfile desde el 2016. En cambio, en Michoacán, la gente pasa la noche en el cementerio visitando las tumbas de sus familiares.

A través de esta evolución de culturas y nuevas tendencias, con influencia de los medios de comunicación, las redes sociales y la globalización, las monarcas se han entrelazado en muchos aspectos de nuestra sociedad y cultura, como la economía y más importante aún, la conservación de la naturaleza. Las monarcas se han convertido en una especie embajadora que nos ha alertado de la gran cantidad de insectos polinizadores que se encuentran en peligro. Gracias a ellas, los esfuerzos de conservación de nuestros insectos polinizadores y la restauración de sus hábitats naturales, se han multiplicado en los últimos años.

El poder inexplicable de las monarcas es un símbolo de fuerza, resiliencia, transformación, preservación y esperanza. Comprender nuestras raíces y la trasformación de nuestras culturas, es la clave para la conservación de nuestra identidad misma. Así pues, continuamos reflexionando profundamente sobre la conexión de las monarcas con el ser humano.

La conservación de las monarcas a través de nuestras tradiciones

Como muchos polinizadores, las monarcas se enfrentan a una situación difícil, y su población migratoria ha declinado drásticamente en las últimas dos décadas—con algunas recuperaciones leves en los últimos dos años o una leve disminución en los números reportados en 2020 y 2022—causando una gran preocupación entre los científicos y expertos en la conservación de esta especie. Así como la mariposa monarca, se transforma mediante el proceso de metamorfosis, las comunidades alrededor del Santuario de las monarcas en México y a través de los Estados Unidos y Canadá, están cambiando su estilo de vida para ayudar a preservar a esta especie y sus hábitats naturales.

Hoy en día, en México la celebración del Día de Muertos y la llegada de las monarcas, conlleva proyectos de conservación para la región. Las monarcas han compartido la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca,con las comunidades indígenas, cuya fuente de ingresos, antes de la declaración de la Reserva, era la tala de abetos, pinos y oyameles que se usaban como madera comercial. Los ejidatarios locales, dueños de las tierras de la Reserva, experimentan la magia que las monarcas despiertan con su presencia cada año. Una gran porción de estas tierras está ahora dedicada a preservar y proteger los bosques que hospedan a las mariposas durante el invierno. Además, muchos visitantes de todo el mundo acuden a la Reserva a presenciar el espectáculo de las monarcas que descansan en los árboles, al mismo tiempo que disfrutan las festividades del Día de Muertos.

Conforme continuamos implementando estrategias para la conservación de las zonas de reproducción de la mariposa monarca en Estados Unidos y Canadá, es esencial que sus áreas de invernación en México y California sean también protegidas y administradas de manera sostenible. El “Programa de Manejo de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca” busca conservar los boques mixtos de pino y oyamel, e incorpora el desarrollo de elementos culturales y comunitarios.

La conexión entre nuestras tradiciones, nuestra cultura y la mariposa monarca es una gran oportunidad para intensificar los esfuerzos de conservación y proteger a la mariposa monarca. Esta increíble especie está profundamente arraigada en nuestras tradiciones, y tiene derecho a que cuidemos de sus hábitats. Todos debemos ayudar a la conservación de esta asombrosa criatura, que ha contribuido a nuestras vidas de tantas maneras. La profunda conexión que muchos de nosotros tenemos con la monarca va más allá de las palabras, y nos motiva a procurar la supervivencia de su especie. Durante estos días de celebraciones inspiremos a otros a unirse a la protección de las monarcas.

Para más información, visite el centro de noticias en NWF.org/News.

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