Intimo con la Doctora Isabel: ¿Ser infiel es una enfermedad?
Carta de una radioescucha:
Querida Dra. Isabel, le escribo con el corazón lleno de dudas y dolor, buscando su consejo en un momento muy difícil de mi vida. Soy Liliana y vivo en California… estoy casada desde hace cinco años con un haombre de origen hondureño. Tenemos un hijo de 3 años, y aunque lo amo con todo mi ser, mi matrimonio está en una profunda crisis debido a la infidelidad de mi esposo.
En varias ocasiones he descubierto que me ha sido infiel. Cada vez que le reclamo, me dice que no lo puede evitar, que debe ser adicto al sexo o que lo lleva en los genes, porque su papá también era así y lo mismo les pasa a sus hermanos. Esas son sus explicaciones, pero yo no sé si son excusas para no enfrentarse a sus actos o si realmente hay algo más profundo que él no puede controlar.
Me siento muy confundida, Dra. Isabel. Quiero entender si lo que me dice tiene alguna base real o si simplemente está usando esas razones para justificar lo que me está haciendo. ¿Es posible que la infidelidad sea una enfermedad, como él dice? ¿O son solo excusas para seguir siendo infiel y no responsabilizarse por lo que está destruyendo en nuestro matrimonio?
Amo a mi esposo y quiero creer que podemos superar esto, pero no sé si él realmente tiene un problema que necesita tratar o si simplemente no tiene la voluntad de cambiar. Estoy muy preocupada por el impacto que todo esto pueda tener en nuestro hijo. No quiero que crezca en un hogar lleno de desconfianza y dolor.
Por favor, Dra. Isabel, ayúdeme a entender si hay algo más que pueda hacer para salvar nuestro matrimonio o si debiera aceptar que él no va a cambiar. No sé cómo seguir adelante sin respuestas claras. Gracias por escucharme y Dios la bendiga.
Liliana, de California.
La infidelidad ha sido un tema recurrente en las relaciones humanas a lo largo de la historia, generando debates sobre sus causas, consecuencias y posibles explicaciones. Una pregunta que surge en este contexto es: ¿ser infiel puede considerarse una enfermedad? Aunque muchas veces la infidelidad se asocia con problemas de carácter, deseo o moral, algunas teorías sugieren que ciertas personas pueden estar más predispuestas a ser infieles debido a factores psicológicos o biológicos.
Infidelidad: ¿Elección o condición?
La infidelidad, definida como la ruptura de un acuerdo de exclusividad en una relación, puede presentarse de muchas formas: emocional, sexual o ambas. La traición de confianza en una relación romántica puede tener graves consecuencias emocionales y sociales, pero ¿puede la infidelidad ser resultado de una condición más allá de las decisiones conscientes de una persona?
Desde el punto de vista clínico, no existe una clasificación oficial que etiquete la infidelidad como una “enfermedad”. Sin embargo, ciertos factores pueden predisponer a una persona a ser infiel, y algunos especialistas han relacionado la conducta infiel con trastornos psicológicos o desequilibrios emocionales.
Factores psicológicos y biológicos
Diversos estudios han encontrado que hay varios factores que pueden contribuir a la infidelidad, algunos de los cuales están relacionados con aspectos psicológicos o biológicos:
Impulsividad y trastornos del control de impulsos: Algunas personas que son infieles de manera reiterada pueden tener dificultades para controlar sus impulsos. Trastornos como el trastorno límite de la personalidad (TLP) o el trastorno de control de impulsos pueden estar asociados con la incapacidad de respetar límites emocionales o sexuales, lo que puede manifestarse en infidelidades constantes.
Problemas de autoestima: En algunos casos, la infidelidad puede ser un reflejo de baja autoestima. Las personas que buscan validación externa en relaciones fuera de su pareja podrían estar luchando con inseguridades profundas que buscan compensar a través de la aprobación o la atención de otros.
Desequilibrios bioquímicos: Existe alguna evidencia que sugiere que las hormonas como la dopamina, que está relacionada con el placer y la recompensa, pueden jugar un papel en los comportamientos infieles. Las personas con un sistema de recompensa particularmente sensible pueden sentirse atraídas a situaciones emocionantes o “prohibidas”, lo que puede incrementar el riesgo de infidelidad.
Historial de trauma o abandono: Algunas personas que han experimentado relaciones inestables en su infancia, especialmente con figuras paternas o maternas, pueden desarrollar una tendencia a sabotear relaciones estables o buscar validación continua a través de la infidelidad.
¿Se puede considerar la infidelidad una adicción?
Algunos expertos en relaciones han sugerido que la infidelidad reiterada podría interpretarse como un tipo de adicción, particularmente cuando se trata de individuos que parecen incapaces de evitar la tentación de ser infieles a pesar de las consecuencias negativas para sus relaciones. En estos casos, la infidelidad se podría asemejar a otras formas de comportamiento compulsivo, como la adicción al sexo.
Si bien no existe un consenso claro sobre si la infidelidad puede clasificarse formalmente como una adicción, algunos patrones de comportamiento infiel pueden compartir características con las adicciones, como la búsqueda constante de gratificación instantánea, la incapacidad para detener el comportamiento a pesar de su impacto negativo y la dependencia emocional en la excitación de las nuevas relaciones.
La responsabilidad en la infidelidad
Aunque es importante entender los factores subyacentes que pueden llevar a una persona a ser infiel, también es esencial recordar que la infidelidad implica decisiones conscientes. Aun cuando alguien experimente predisposiciones psicológicas o biológicas hacia la infidelidad, sigue siendo responsable de sus acciones y de las consecuencias que estas tienen en sus relaciones.
La terapia psicológica puede ser una herramienta útil para quienes luchan con patrones repetidos de infidelidad. Los enfoques terapéuticos como la terapia cognitivo-conductual (TCC) pueden ayudar a las personas a identificar los factores que los llevan a ser infieles y a desarrollar habilidades para manejar sus impulsos o inseguridades de manera saludable.
¿Es la infidelidad una enfermedad?
En resumen, la infidelidad no se clasifica como una enfermedad en sí misma. Sin embargo, existen condiciones psicológicas y emocionales que pueden predisponer a algunas personas a ser infieles. Estas predisposiciones no excusan el comportamiento, pero pueden ayudar a explicar por qué ciertas personas luchan más con la fidelidad en sus relaciones.
Es fundamental que las personas que se ven afectadas por la infidelidad, ya sea como quien la comete o como quien la sufre, consideren la posibilidad de buscar ayuda profesional. Las relaciones pueden sobrevivir a una infidelidad si ambas partes están dispuestas a trabajar en la comunicación, la confianza y la resolución de los problemas subyacentes que llevaron a la ruptura de la fidelidad.
5 maneras en las que puedes evitar una infidelidad
1. La mejor relación
Una excelente defensa, quizá la mejor, contra la infidelidad, es tener una buena relación de pareja. Necesitas que los momentos que pasen juntos sean increíbles, que tengan buena comunicación, y sobre todo buen sexo… Con las necesidades físicas y emocionales satisfechas es muy extraño que alguien busque lo “que falta” fuera de casa porque nada haría “falta”.
2. Más unión
Si crees que tu pareja está en malos pasos, demuéstrale lo especial que eres a través de acciones que lo involucren a ambos o individualmente. Esto no solo le hará recordar que eres increíble, sino que tú también lo tendrás en mente. Fortalecerás tu relación y también tu autoestima.
3. Asertividad y comprensión
El amor de pareja se trata de una decisión de amar al otro. Esto incluye que deben ser asertivos en su comunicación y aunque a veces la rabia y los malos momentos pueden hacer que se traten mal, lo mejor es encontrar una forma de no herirse durante los conflictos, sobre todo los causados por celos. Debemos comprender que somos una pareja de humanos que cometemos errores.
4. Vayan a terapia
Aunque creas que esto es para parejas que están a punto de separarse, realmente es bueno para todas. Pueden ver a un terapeuta para que los ayude a encontrar y/o reforzar los puntos positivos de su relación. También pueden hacerlo como prevención antes de que puedan nacer problemas más graves.
5. Estudien las opciones
Actualmente muchas parejas ponen en custodia la monogamia sexual y deciden optar por tríos y otras formas de relacionarse sexualmente. Con la debida comunicación y los acuerdos, la monogamia sexual no tiene por qué pesarles, puede que tras explorarse ambos de esta manera, su relación se vea más fuerte que nunca.
Mantener una relación libre de infidelidad es posible, aunque parezca agobiante. Es cuestión de tener una buena relación con la pareja y consigo mismo, además de una excelente comunicación.
Escucha a la Doctora Isabel en su programa de psicología y salud mental, todos los jueves a las 11AM Este | 10AM Centro | 9AM Montaña | 8AM Pacífico. Respondemos GRATIS y en vivo tus preguntas a través de Facebook Live en La Red Hispana.