Durante muchos años la criminalidad ha sido compañera de quienes vivimos o trabajamos en el área metropolitana de Washington. Aunque varias zonas de la ciudad son ahora paraísos de una gentrificación que se ha extendido en los últimos 20 años, sabemos qué lugares no visitar de noche por su fama de peligrosos. Muchos hemos sido testigos de algún delito o conocemos a alguien que fue víctima de la criminalidad.
En 2023 se cometieron 274 homicidios, un 36% más que el año previo y el número más alto en 20 años. La tasa de homicidios fue de 44 por 100,000 habitantes, Washington era entonces una de las ciudades más peligrosas del mundo.
Pero las cifras de la policía metropolitana reflejan una mejoría notoria en los últimos 2 años, con una reducción significativa de la delincuencia. Los homicidios, robos y allanamientos de morada han caído y los crímenes violentos han bajado un 26% en 2025.
Por eso sorprendió a las autoridades de la ciudad la decisión del presidente Trump de desplegar a 800 soldados de la Guardia Nacional y designar al jefe de la DEA como comisionado interino de la policía, por tiempo indefinido.
Con todo, la alcaldesa pareció dar una bienvenida resignada a la llegada de apoyo de las fuerzas federales en las calles, aunque la Guardia Nacional no está entrenada para hacer trabajo policiaco. La presencia de agentes federales ya era visible desde el fin de semana.
Bajo la Ley de Autonomía del Distrito de Columbia (Home Rule Act) de 1973, el Presidente puede actuar en la emergencia por 30 días y sólo el Congreso puede aprobar una extensión.
Más polémico fue el anuncio de remover de las calles a las personas sin hogar. Solo se sabe que el presidente pidió que abandonen la ciudad “inmediatamente” y que tendrán albergue en un lugar “lejos”.
Donald Whitehead Jr., director ejecutivo de la Coalición Nacional para las Personas sin Hogar, con sede en Washington D. C., dijo a la cadena ABC que, si bien Trump mencionó la situación de las personas sin hogar, no se ofreció información concreta sobre cómo abordar el problema de forma no punitiva, ni sobre adónde se trasladará a las personas. «Nuestra pregunta es: ¿es esta la misma solución que hemos visto con la población inmigrante? ¿Se trasladará a la gente a destinos remotos?», preguntó.
Para los activistas lo problemático es que no se trata de ofrecer ayuda, sino de imponerla, sin un plan claro para brindar soluciones de vivienda a largo plazo o apoyo social. La falta de vivienda es un problema sistémico y no puede resolverse con una limpieza de parques.
La verdadera belleza de una ciudad reside en su capacidad para cuidar de sus ciudadanos más vulnerables. Una ciudad verdaderamente hermosa es aquella que no solo ofrece grandes monumentos y espacios verdes, sino que también ofrece compasión y un camino digno para quienes han perdido el suyo.