California necesita progreso, no prisiones
Por California gasta $50 mil millones de dólares cada año en su sistema de justicia penal, incluyendo más de $12 mil millones de dólares en prisiones.
Por sorprendente que parezca este gasto excesivo, lo peor es que es innecesario y tiene consecuencias devastadoras. Hay maneras mucho más efectivas de mantener nuestros vecindarios y comunidades saludables y seguras que depender del encarcelamiento. La verdad es que nuestro histórico gasto excesivo en prisiones, ha significado una falta de recursos para abordar los desafíos más importantes de nuestro estado y priorizar lo que los californianos quieren y necesitan.
Existe un acuerdo en que California debe fortalecer su sistema educativo, crear empleos y viviendas asequibles, asegurarse de que todos tengan acceso a atención médica y a tratamiento de salud mental. Pero no podemos hacer nada de eso mientras el estado continúe invirtiendo decenas de miles de millones de dólares en su sistema de justicia penal año tras año.
El dinero de los contribuyentes es limitado y es un recurso que debe usarse con prudencia y de manera que nos ayude a lograr nuestros objetivos compartidos. Y por el hecho de que todos deseamos tener seguridad, sabemos que gastar tanto dinero en prisiones, como lo hemos venido haciendo, nunca producirá la seguridad real y duradera que todos buscamos.
Si reorientamos solo el 1% de los $50 mil millones que gastamos en el sistema de justicia penal cada año, podríamos restaurar la atención médica a casi la mitad de los 2.1 millones de californianos que han perdido su cobertura durante esta pandemia. O podríamos proporcionar tratamientos de COVID-19 a 16,000 personas, incluyendo las hospitalizaciones. O pagar la educación pública para 41,000 estudiantes de kinder a preparatoria. O podríamos apoyar la matrícula y las cuotas anuales de 62,000 estudiantes universitarios. También podríamos brindar refugio a casi la mitad de los 108,000 residentes sin hogar que se estiman en California.
No hay duda de que California tiene necesidades mucho más urgentes que requieren atención e inversión inmediata en lugar de seguir gastando dinero en prisiones. Cada dólar gastado en las prisiones es un dólar que podría usarse de manera diferente, más inteligente y de formas que tendrían un impacto mucho mayor en el bienestar de nuestras comunidades.
Afortunadamente, los californianos de todos los partidos políticos y de todos los niveles sociales han comenzado en los últimos años a reconocer el costo real de gastar demasiado en las prisiones, mientras que otros problemas de gran importancia no se abordan. Hay progreso, pero tenemos que seguir adelante para lograrlo, no retroceder con más gastos en prisiones cuando no podemos darnos el lujo. Necesitamos inversiones en escuelas, empleos, viviendas, atención médica y otros servicios esenciales para la seguridad comunitaria.