Escribe Cecilia Alegría, La Doctora Amor
Como señalan ciertos exponentes del existencialismo, no puede haber un “yo” sin un “tú”. Esta interdependencia social no es solo un concepto filosófico, sino una necesidad fundamental del ser humano.
La soledad y sus consecuencias
Los estudios del sociólogo francés Émile Durkheim, en su obra clásica El suicidio (1897), demostraron que las personas más integradas en un grupo social tienen menos probabilidades de caer en el suicidio que aquellas que viven aisladas.
Sin embargo, hoy en día, incluso quienes viven bajo el mismo techo se sienten más solos que nunca.
¿Qué está pasando con la familia?
La institución familiar del siglo XXI atraviesa una profunda crisis:
- Las separaciones y divorcios son cada vez más comunes.
- Las infidelidades afectan a ambos cónyuges.
- Los pactos del matrimonio, tanto civiles como religiosos, ya no se respetan como antes.
- Se vive una convivencia sin afecto, motivada solo por la costumbre o por los hijos pequeños.
Padres e hijos: otra fuente de conflicto
La adolescencia también representa un desafío:
- En la pubertad, surgen conflictos naturales y sociales entre padres e hijos.
- Los adolescentes buscan su independencia, mientras que los valores sociales chocan con los familiares.
- Estos conflictos, muchas veces, requieren intervención profesional.
El arte de la convivencia: más necesario que nunca
En tiempos tan desafiantes, aprender a convivir es una urgencia vital.
Por eso, quiero compartir contigo 10 consejos prácticos para vivir en armonía:
🧭 10 Consejos para Convivir en Armonía
- No te compares con nadie.
Cada persona tiene su propio camino. - Acepta al otro como legítimo “yo” en la convivencia.
No intentes cambiarlo, acéptalo. - Olvídate de la obsesión por ganar.
No siempre tener la razón vale la pena. - Aprende a ceder.
La flexibilidad evita rupturas. - Respeta el espacio del otro.
Todos necesitamos momentos a solas. - Comunícate con claridad.
Deja las reglas bien establecidas. - Delimita roles y tareas.
Empieza por cumplir las tuyas. - Practica el arte de no ofenderte fácilmente.
Aprende a respirar antes de reaccionar. - Aprende a delegar y a trabajar en equipo.
No tienes que hacerlo todo tú. - Haz gala de paciencia y tolerancia.
Son virtudes clave para una convivencia duradera.
❤️ Sé la primera persona en amar
Amar al otro como a ti misma es el principio de toda buena convivencia.