La falta de sueño y el mal descanso dañan al cerebro
A menudo escuchamos sobre la importancia del sueño y del buen descanso del cuerpo. Algunos hablan de 8 horas de sueño, otros hablan de más descanso y en otras ocasiones solemos escuchar mucho acerca de la siestas y su importancia de aplicarlas durante el día.
La verdad es que más allá del descanso y bienestar que genera dormir y parar unas cuantas horas para recargar energía, sucede que el más beneficiado en todo este proceso es el cerebro y por ende, nosotros. Y de lo contrario cuando no se lograr cumplir con las horas de descanso necesarias las consecuencias pueden llegar a ser muy severas y entonces el cerebro se ve afectado de manera directa.
Los científicos descubren que el cerebro empieza a «comerse» a sí mismo tras el insomnio.
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Minnesota ha demostrado que la falta de sueño y descanso provoca que el cerebro se comporte como el de un adolescente, pues la privación del sueño obstaculiza el funcionamiento de los lóbulos frontales, que son los principales responsables del juicio ejecutivo: la capacidad de prestar atención y tomar buenas decisiones.
Durante el estudio los investigadores notaron que cuando las personas están muy cansadas y necesitan un sueño reparador, el flujo de sangre hacia las áreas de la zona frontal del cerebro es menor y las ondas cerebrales se mueven con mayor lentitud provocando fallas y lentitud en la capacidad de responder de forma asertiva ante los estímulos del entorno, siendo más probable que nos equivoquemos o que hagamos cosas que jamás nos hubiésemos atrevido a hacer.
Pues todos coinciden en que el sueño es necesario y saludable para el cerebro, sobre todo a largo plazo, por ello a continuación para concientizar acerca del descanso mencionaremos algunos aspectos negativos y perjudiciales del mal sueño:
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Cerebro cansado y lento: como consecuencia del mal descanso la actividad cerebral se vuelve más lenta como si recurriera a su reserva para gastar lo mínimo e indispensable. Por ende, no se puede pensar tan bien como se suele hacer normalmente dado que las neuronas no pueden recargar la energía necesaria para su correcto y óptimo funcionamiento.
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Síntomas de depresión: la angustia, la ansiedad y los temores afloran cuando el cerebro no recibe el descanso necesario.
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El centro emocional del cerebro se ve afectado: privarse del sueño o dormir pocas horas afecta de manera directa al centro emocional del cerebro generando reacciones desmedidas ante determinados estímulos: irritación, poca paciencia, malas contestaciones.
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La melatonina se ve afectada: la melatonina es una hormona encargada de mantener en buenas condiciones el ciclo del sueño. Si dormimos mal o descansamos pocas horas, la producción de esta hormona se ve afectada y es probable que haya problemas para conciliar el sueño.
Pues si no estás descansado lo necesario ten en cuenta lo arriba mencionado y haz el cambio. Intenta cenar lo más temprano que te sea posible y liviano, así puedes acostarte en un horario que te permita cumplir con las 7 u 8 horas necesarias que el cerebro reclama para su óptimo funcionamiento. Las siestas son buenas aliadas, si tienes unos minutos en el día considera tomar siestas de 15 minutos a media hora, aunque no concilies el sueño, lograrás que tu cuerpo baje tensiones y se relaje al menos unos minutos. Será muchísimo para tu cerebro y se sentirá como una alta recarga de su batería.