Ghee: la nueva “mantequilla” saludable que revoluciona la industria gastronómica
¿Has escuchado hablar sobre este novedoso superalimento? Pues si no lo conoces hoy te enamorarás de él y probablemente salgas a comprarlo para sumarlo a tus comidas diarias, porque no sólo es delicioso sino que además es saludable y viene a desterrar a la malvada mantequilla que tantas alegrías nos da… pero odiamos cuando su grasa se instala en nuestras caderas.
Pero… ¿qué es entonces el ghee?
Su nombre ya tienta y llama la atención, y resulta que el ghee es un derivado de la manteca vacuna, que se obtiene sometiéndola a un proceso artesanal mediante el cual se eliminan impurezas y sólidos lácteos, siendo el resultado un sustituto ideal del aceite y la manteca, versátil y nutritivo, fuente de proteínas y libre de grasas trans.
¿Cómo se obtiene este superalimento?
Se obtiene a partir del proceso de eliminación de la proteína de la mantequilla. La misma se derrite en una olla y en el proceso de ebullición es despojada de su espuma. El resto de la mantequilla es procesada y posteriormente conservada. Tras este tratamiento, la mantequilla puede conservarse por más tiempo y se convierte en un alimento mucho más digestivo, con grasas saturadas y gran cantidad de propiedades medicinales.
Su sabor y textura son similares a la de la mantequilla tradicional pero sus propiedades, mejores
¿Qué beneficios me aporta el consumo de ghee?
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Prevención de cáncer y de enfermedades cardíacas (debido a sus importantes aceites monoinsaturados que no aumentan el colesterol)
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Contiene antioxidantes y minerales como el calcio y vitaminas A, D, E y K.
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Más fácil de digerir para aquellas personas que padecen de intolerancia a la lactosa.
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Excelente aliado para personas que presentan afecciones relacionadas con el sistema digestivo ya que ayuda a mantener la flora intestinal y aliviar patologías de colon irritable.
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Se conserva mayor tiempo que la mantequilla. El proceso utilizado para elaborar ghee evita que se deteriore tan rápidamente, por lo que durará alrededor de seis meses en el refrigerador, o hasta un año en el congelador.
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Completamente libre de azúcar.
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La mantequilla y ghee contienen 0.5 gramos de grasas poliinsaturadas, pero ghee tiene un gramo más de grasas monoinsaturadas y saturadas, que son los tipos de grasas más beneficiosas, en comparación con una porción similar de mantequilla.
¿Dónde puedo conseguir ghee?
Pues muchas tiendas de productos naturales y orgánicas ofrecen la mantequilla ghee, que si bien ofrece un precio mucho más elevado que la mantequilla tradicional, se usa en menores cantidades, se conserva mayor tiempo (no necesariamente en el refrigerador) y aporta muy buenos beneficios para la salud.
Aunque si te animás podrás elaborarla en tu hogar, a continuación te brindamos una receta para que te animes:
Para hacer aproximadamente 500ml de ghee necesitarás:
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750 gramos de mantequilla sin sal
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Un recipiente (olla) de fondo grueso
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Una cuchara de madera
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Un recipiente esterilizado de vidrio para el ghee
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Un colador fino
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Un trozo de tela o gasa de quesero de algodón
Procedimiento:
1. Pon la mantequilla en la olla a fuego medio. No calientes la olla antes de meter la mantequilla, ya que se puede quemar.
2. La mantequilla empezará a fundirse. Es importante no tapar la olla durante el proceso, ya que el contenido en agua de la mantequilla tiene que evaporarse. Empezarás a ver cómo los sólidos combinados con el agua van flotando hacia la superficie.
3. Estos últimos forman una capa blanquecina y algo espumosa. Si quieres obtener mantequilla clarificada, en este momento debes apagar el fuego y retirar esta capa. Y luego filtrar la grasa usando el colador forrado con la tela. Deja que se enfríe antes de tapar el bote y conserva la mantequilla clarificada en la nevera.
4. Si lo que quieres es obtener ghee, continúa con el proceso. A fuego medio, deja que la mantequilla derretida comience a hervir. En ningún momento aumentes el fuego más allá de esta temperatura.
5. Mientras hierve la mantequilla y se evapora el agua, los sólidos lácteos comienzan a desintegrarse. Según se van separando, volveremos a ver la grasa amarilla.
6. Ahora se forman burbujas grandes y transparentes y hierve con bastante fuerza. Reduce un poco el fuego. A partir de este momento, remueve de vez en cuando para que los sólidos no se peguen al fondo ni a los bordes de la cazuela.
7. Según se sigue evaporando el agua, las burbujas se van haciendo cada vez más densas.
8. Ahora verás cómo se ha ido formando una capa espumosa y cada vez más densa en toda la superficie. Debes bajar aún más la temperatura y dejar que hierva a fuego lento. A partir de este momento, los cambios son rápidos, así que no te muevas.
9. Apaga el fuego, pero deja la olla en su sitio. El calor de la placa y el que retiene el fondo de la olla terminarán la cocción del ghee hasta que esté listo. En la superficie ahora tendrás una capa de espuma muy fina. Los sólidos se han vuelto marrones y se han depositado en el fondo de la olla.
10. Cuando tenemos un líquido de color ámbar con un poco de espuma flotando por encima, es señal de que casi hemos terminado. Ten mucho cuidado de que no se quemen los sólidos que están en el fondo. Deja que se enfríe un poco y filtra el ghee usando el colador forrado con la tela. Cuando se enfríe por completo, tapa el bote. Si has hecho correctamente el proceso, puedes guardarlo sin problemas a temperatura ambiente. Al enfriarse, se volverá semisólido.
No te quedas con las ganas de probar cocinar tu propio ghee y si no estas con ganas o no cuentas con tiempo, puedes conseguir este “líquido dorado”llamado por muchos, en tiendas de ventas de productos naturales y orgánicos. No dejes probarlo!